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Escuchó la puerta que daba al jardín, y luego un fuerte "¡Al agua pato!", y abrió los ojos al instante. Vió a Yoongi volar en forma de bomba sobre la piscina, seguido de una enorme ola de agua tibia que lo empapó por completo.

-¡Hijo de puta! -Se levantó de la reposera chorreando agua y lo miró enojado.

Yoongi nadaba con una sonrisa de oreja a oreja.

-¡Ay, no seas tan amargo! ¿Para qué tienes una piscina tan grande si no te metes en ella? -rió flotando de espaldas, solo para molestarlo aún más.

-Salte del agua que la dejarás sucia -ordenó, y con una toalla que tenía cerca comenzó a secarse el cuerpo.

-¿Que haces con ese bañador? Pareces un viejo de los 40's -río a carcajadas mirándolo. Debía admitir que el loquito tenía buen cuerpo, y además ese diminuto bañador dejaba verlo casi por completo.

-¿Que sabrás tu de moda, roñoso? Es de Louis Vuitton -giró los ojos haciendo una mueca de desprecio.

-Si, si. Como sea. Ayúdame a salir -nadó hacia el borde y extendió su maño.

-Usa las escaleras.

-¡Vamos ayúdame, tengo un calambre en la pierna, no puedo nadar hasta las escaleras! -hizo una mueca de dolor.

Taehyung suspiró pesado y se acercó a él, extendiendo su mano para que la tome. Yoongi la tomó con firmeza y lo miró a los ojos.

-¿Que? -dijo Taehyung con el ceño fruncido.

-¡Al agua pato! -sonrió maliciosamente y tiró con todas sus fuerzas de él, haciéndolo caer al agua.

Taehyung cayó de panza y comenzó a dar manotazos desesperados para todos lados.

Yoongi lo observó uno momento.

-¡¿No sabes nadar?! -abrió los ojos como platos y río de él, viendo como luchaba para sacar la cabeza fuera del agua.

-No sé na... nadar... idio... ta... -decía como podía en su intento por no ahogarse.

Yoongi se dió cuenta de que no estaba bromenando cuando lo vió tomar una bocanada, pero no de aire, sino de agua.

Se acercó a él y lo tomó por la cintura para ayudarlo a salír. Lo acercó a las escaleras y Taehyung salió, aún tosiendo agua.

-Lo siento, no sabía que tu no-

-Imbecil -interrumpió ofendido. Estaba enojado.

Tomó su toalla, apagó la música y se metió a la casa, dejándolo solo en la piscina.

Subió empapado las escaleras y se metió a su habitación. Nunca nadie lo había sacado tanto de quicio, y odiaba cada maldito segundo en que había querido sacar otro papelito. Aunque pensaba que hacer el trabajo con su amigo el ladrón no hubiera sido mucho mejor.

Se metió al baño y tomó una ducha, salió vistiendo una camiseta básica blanca y unos jeans claros gastados; no pensaba salir de casa.

En un segundo vino algo a su mente que había olvidado por completo: el bebé.

Salió al balcón de su habitación, el cuál daba al jardín trasero y a la piscina, y le gritó al pálido ser que tomaba sol en su reposera:

-¿A dónde has dejado al bebé?

Yoongi levantó la cabeza y giró para ver a Taehyung.

-En mi habitación -se acomodó nuevamente para continuar con su bronceado.

"¿Mi habitación?" dijo Taehyung entre dientes. ¿Acaso ya se había apropiado de su casa? Apretó su puño en el aire y salió de su habitación para entrar en la de al lado. Tomó al bebé que estaba sobre la cama y volvió a meterse dentro de su habitación.

Estaba oscureciendo, se recostó con el bebé en su cama y encendió la gran televisión que tenía frente a ésta, buscando alguna película que mirar. Allí pasó al rededor de una hora, hasta que su puerta fue abierta abruptamente. Vió a Yoongi entrar, vistiendo aún su bañador.

-¿Que sucede? -se incorporó en la cama y giró los ojos -Sal de aquí.

Yoongi entró exaltado y con una expresión de miedo. Se dirigió directo hacia la cama de Taehyung.

-Oye te dije que no entres a mi hab-

-Cállate. -Susurró sentándose a su lado y tapándole la boca con su mano.

-Si es por el beso de anoche, creo qu- -dijo con dificultad, hablando bajo la mano de Yoongi hasta que éste interrumpió su frase.

-¡Mierda, has silencio! -Gritó en voz baja apretando aún más su mano sobre su boca.

-¡Sueltame! -quitó la mano con todas sus fuerzas y lo miró mal. -¡¿Que mierda quieres?!

Yoongi lo miró espantado. Su ritmo cardíaco iba muy rápido y sus palabras casi no salían de su boca.

-Hay... hay alguien abajo -Susurró entrando en pánico.

-¿Eh? ¿Quién? -Lo miró preocupado, él no esperaba a nadie -Iré a ver.

-¡No entiendes! -Lo tomó por los hombros y los apretó para que le preste atención, haciendo contacto visual-. ¡Está encapuchado, está robando!

Del Odio Al Amor, Hay Una Botella De Ron © (Primos 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora