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Taehyung, Jimin y Jungkook caminaban por el corredor del colegio, charlando y aprovechando los diez minutos de recreo para ír a tomar aire al hermoso jardín interno.

Taehyung caminaba cargando al bebé, siendo observado en detalle por la gente que pasaba a su lado. Se sentía incómodo por eso, pero se sentía aún más incómodo al estar en presencia de Jimin, y al tener que ocultar todo. Suspiraba pesado cada cinco segundos y mordía frenéticamente su labio.

—¿Se enteraron? —dijo Jimin mirando a los dos a su lado.

—¿Que cosa? —preguntó Taehyung interesado por el chisme.

—¿Te refieres a que Yoongi está en detención? —rió Jungkook y negó con la cabeza, insinuando que era previsible que Yoongi se encontrara en detención.

—¡¿Eh?! —gritó Taehyung abriendo los ojos, y luego intentó disimular mirando hacia otro lado.

—Si, dicen que golpeó al chico nuevo, ese Sun Ho, el que hizo la fiesta —dijo Jimin.

Taehyung abrió los ojos como dos platos tamaño extra grande. ¿Sun Ho? ¿El que había querido besarlo anoche en la fiesta? Esperaba que la pelea no tuviera nada que ver con eso.

—Si, Sun Ho está en la enfermería con el labio roto —agregó Jungkook.

—¿Y Yoongi está bien? —preguntó Taehyung inconscientemente y los dos lo miraron extraño.

Luego de unos segundos de tensión, Jungkook cortó con el desesperante silencio.

—Muy bueno Tae... —dijo, pensando que se trataba de un chiste.

—Iré a ver como está luego... —Jimin río.

Los tres se sentaron en un banco bajo un arbol en el jardín, siendo observados por el resto de alumnos del colegio. Pues los tres eran los más populares, y además, Taehyung hamacaba en sus brazos a un chillón bebé de silicona que no paraba de llorar.

Jungkook miró a Taehyung por algunos segundos.

—Ahora que lo pienso, ustedes faltan y vienen los mismo días al colegio...

—¿Eh? —dijo Taehyung entrando en pánico— ¿Ustedes quienes? —quiso despistarlo.

—Yoongi y tú...

Taehyung comenzó a reír para no parecer sospechoso.

—Quizás ese sucio pordiosero me copia porque quiere ser como yo —dijo, y a decir verdad, le dolió hablar así de él por primera vez en su vida.

Jungkook rió y asintió.

—El Sábado es su cumpleaños —dijo Jimin.

—¿Mañana? —preguntó Taehyung intentando sonar despreocupado.

—¿Hoy es viernes? —Jimin achicó los ojos. Ni siquiera sabía en que día vivía.

—Si, hoy es viernes —contestó Jungkook acariciando el rosado cabello de su novio mientras lo miraba con amor.

—Entonces es mañana —Jimin miró a Jungkook y comenzaron a besarse descaradamente frente a todo el alumnado.

Taehyung miró hacia otro lado, pensando que el enano no le había dicho acerca de su cumpleaños, y que quería prepararle algo. Sonrió al pensar en una idea que cruzó su mente: hacía mucho que quería cambiar su Lamborghini por uno mejor. Quizás este era el momento.

—¡Tae! —Jungkook golpeó su brazo para sacarlo de su trance, y cuando éste le prestó atención, señaló detrás de él.

Taehyung volteó a ver: Sung Ho se paraba detrás suyo, sosteniendo una gasa en su boca.

—¿Puedo sentarme? —Sung Ho señaló en banco en que los tres se sentaban.

—Si, claro —Taehyung se corrió para hacerle espacio a su lado.

Jimin y Jungkook se miraron con complicidad. Los habían visto hablar en la fiesta y sabían que se habían besado.

—¿Que te sucedió en el labio? —tartamudeo Taehyung pretendiendo no saber.

—El asqueroso chico nuevo me golpeó —giró los ojos con pesadez.

—¿Y por qué lo hizo? —indagó Taehyung, no entendía por qué razón Yoongi lo había golpeado.

—Bueno... no sé —se ruborizó y agachó la cabeza— a decir verdad estaba hablando de ti con un amigo, y de repente me dió un puñetazo.

Taehyung tragó duro. ¿Le había pegado porque estaba hablando de él? ¿Eso significaba que él estaba... celoso?

—No te preocupes, me ha pegado cientos de veces —dijo Jungkook risueño.

—Si, me enteré por ahí de toda la historia —señaló a Jimin y Jungkook—. Lo de que ustedes eran novios, luego terminaron, luego vino el primo de Jimin, osea el violento que me acaba de golpear y salieron, luego volviste con Jungkook quién resultó ser tu primo y le pegó... ¿era así? —se razcó la cabeza mirando a Jimin.

Los tres lo miraron con los ojos como platos. ¿De verdad todo el colegio sabía la historia completa?

—Si, tal cuál así... —dijo Jimin en voz baja, impresionado.

Del Odio Al Amor, Hay Una Botella De Ron © (Primos 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora