Tan pronto como Taehyung pronunció esas palabras, el bebé, que se encontraba semi sentado en el sillón comenzó a llorar. Los dos giraron los ojos simultáneamente, y Taehyung se acercó a levantarlo para llevarlo a su pecho y hamacarlo.
Yoongi lo miraba desde un costado, todo despeinado y agitado por la pelea.
—Te dije que tu serías la madre... —rió apoyando sus dos manos en su cintura, y de repente sintió como un almohadón negro de los del sofá chocaba con fuerza contra su rostro. —¡Ey! —se acomodó el cabello y lo miró mal.
—Debemos comprar todas las cosas para éste pedazo de plástico —dijo molesto cargando al bebé, y señaló una pequeña mesa junto a la puerta de entrada —. Allí están las llaves del Lambo, dámelas.
—Si señor —puso con sarcasmo su mano en su frente como un militar, y caminó hacia allí para tomar las llaves—. ¿Debemos llevar al bebé mientras compramos?
—Claro, ¿mira si ésta cosa tiene un sensor, o un micrófono o algo, y el profesor sabe si estamos cuidándolo o no? Piensa un poco enano.
—Enano tu pene —contestó enojado rápidamente.
—Si supieras... —sonrió de lado —, y hazme un favor y deja de referirte a mi pene o a mis pelotas, ¿puede ser?
Yoongi lo miró por unos segundos. Sería difícil para él, ya que esas eran sus respuestas automáticas.
—Con gusto princesa —hizo una mueca de asco junto con una reverencia sarcástica, y abrió la puerta de entrada para dejarlo pasar primero.
Yoongi llevó al bebé en brazos mientras Taehyung conducía a cien kilómetros por hora hacia una tienda de cosas para bebés. Bajaron allí e ingresaron.
Taehyung miraba las cosas que comprarían: pañales, biberones, ropa, baberos en caso de que realmente esa cosa vomitara, mantas de bebé, un carro para pasearlo y algunos chupetes. Todo era unisex, ya que no estaban seguros del sexo del bebé. Metió todo en un carro de compras y lo llevó hacia la caja.
Yoongi lo seguía con el bebé en brazos. Moría de vergüenza por cargarlo allí dentro, sintiéndose juzgando por las miradas de la gente que compraba.
—¿Algo más que necesite el bebé? —preguntó Taehyung.
Yoongi miró las cosas que había agarrado, creía que con eso sería suficiente para mantener al pedazo de silicona callado.
—Creo que eso estará bien.
El bebé comenzó a llorar a todo volumen y Yoongi se desesperó. La señora detrás del mostrador los miraba con ternura mientras cobraba las cosas. Yoongi dejó bruscamente el bebé sobre el pecho de Taehyung; él sabría como calmarlo.
Taehyung comenzó a hamacarlo y lentamente el bebé dejó de llorar.
—¿Ves? No es tan difícil, bruto —dijo mirandolo de reojo.
—Eso es porque tu eres la madre.
La señora cambió su expresión de ternura por una de espanto. Se quedó boquiabierta y con el ceño fruncido al ver esa escena; no preguntaría detalles por miedo a escucharlos. Le cobró un total de mil quinientos dólares a Taehyung y éste pagó con la tarjeta.
Yoongi lo miró pagar impresionado, ¿de donde mierda sacaba tanto dinero?
Se subieron al Lamborghini con todas las bolsas, y bajaron todo en la casa de Taehyung. Éste preparó una habitación de huéspedes junto a la suya, donde dejó las cosas del bebé, y lo recostó sobre la cama. Al perecer dormía —si es que el plástico pudiera dormír—.
Bajó las escaleras y se encontró con Yoongi bebiendo otro vaso de Whisky en la cocina.
—Si, sírvete —dijo sarcásticamente.
—Es que tenía sed.
Taehyung intentó contener su sonrisa. Ese idiota era de los suyos.
—Sabes que ese Whisky es más caro que tu vida, ¿verdad? —se apoyó contra la mesada de la cocina.
—Sibis qui isti whiski is- —comenzó haciéndole burla, pero casi termina en el suelo al tropezar con una banqueta de la isla—. Mierda... —se incorporó como pudo tomándose de la mesada.
Taehyung rió como un loco frente a él. ¿Estaba ebrio con tres vasos de Whisky? Wow, el pequeño pordiosero no aguantaba bien el alcohol.
—¿De que te ríes marica? —dijo con voz de borracho.
—De tí, debilucho —rió—. Escucha, tenemos que arreglar quién se quedará con el bebé por las noches —se sirvió un poco de whisky en un vaso limpio y lo bebió.
—Obviamente que tú, yo no pienso llevarme a esa sili... sili... silicona —y ahora sus palabras comenzaban a trabarse. Bravo Yoongi, ahora estaba ebrio en la casa de su peor enemigo.
—Pues nos quedaremos con el "sili-baby" un día cada uno —dijo haciéndole burla— ¿Está bien?
—Yo no me llevaré —hizo una pausa para respirar—, esa cosa a mi apartamento —se dejó caer sobre la mesada de la cocina y allí se quedó por varios minutos.
Taehyung intentó despertarlo moviendolo con el mango de una cuchara de madera, pero éste parecía no tener señales de vida.
—¿Y ahora que hago? —pronunció en voz alta justo cuando escuchó al bebé llorar en el piso de arriba.
Subió las escaleras y caminó hacia la habitación. Lo tomó en brazos, no sabía si lloraba porque tenía hambre o que démonos le sucedía. Así que tomó un biberón de los que había comprado y lo puso en su boca, y aunque éste estuviera vacío, el bebé se calmó. Taehyung sonrió victorioso al ver que se había dormido, lo sostuvo unos segundos más para luego dejarlo cuidadosamente sobre la cama. Nunca había tratado a algo con tanta suavidad, y se sorprendió de él mismo al verse acostando a ese bebé. Algo sobre eso lo hizo sentir bien, pero incómodo al mismo tiempo.
Bajó las escaleras y miró rápidamente hacia la cocina. Se alegró al ver que Yoongi no estaba allí, ya era hora de que se fuera a casa.
Giró media vuelta hacia la sala, y se frenó en seco al verlo durmiendo todo desparramado sobre su enorme sofá blanco.
—¡Maldito! —dijo apretando los dientes.
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Del Odio Al Amor, Hay Una Botella De Ron © (Primos 3)
FanficUna semana. Una botella de ron. Un bebé de silicona. Algunos eventos extraños. Dos personas que se odian a muerte. ¿Podrá salir algo bueno de eso? ¿O permanecerá la enemistad intacta? Estado: COMPLETA. •Spin Off de la Saga "PRIMOS" (Se puede leer...