Salgo del baño una vez vestida con mi pantalón de chándal y la camiseta de manga corta porque ya he entrado en calor y creo que la sudadera sería demasiado, teniendo en cuenta que Dylan ha subido la temperatura.
Me dirijo hacia la cama para dejar la sudadera a los pies de esta y por la ventana se puede ver la gran tormenta que está cayendo, y me alegro de haber aceptado a pasar la noche aquí.
Me giro y me siento en la cama al lado de donde he puesto la sudadera y me encuentro a Dylan tumbado en el sofá mirando el móvil con solo los calzoncillos puestos e inconscientemente me muerdo el labio.
- Em, ¿Cómo ha ido la llamada? - consigo preguntar después de quedarme un rato embobada mirando su cuerpo semidesnudo, y el tatuaje de la flor, que cuanto más se lo veo, más me fascina.
Él aparta la mirada del móvil y me mira sonriente.
- Bien, les he dicho que pasaremos la noche fuera y me ha dicho que no nos preocupemos - explica mirándome sonriente -. Me han dicho que se alegran de que ambos estemos bien - asiento sonriente como él.
Él se levanta del sofá y se acerca a mí, sentándose a mi lado en la cama y mirándome directamente a los ojos.
- Entonces... ¿Qué quieres hacer? - su pregunta me deja desconcertada, porque no sé a que se refiere y le miro con el ceño fruncido.
- ¿Qué quiero hacer con qué? - le pregunto y él pone su mano en mi muslo y me fijo en el tatuaje que tiene en dos de sus dedos, el índice y el corazón, tiene el número 23, supongo que será un número importante para él.
Pongo mi mano encima de la suya inconscientemente y con la yema de mis dedos rozo los números.
- Con esto - responde señalándonos a ambos con la otra mano y yo cojo aire.
- No sé qué es lo mejor ahora mismo - susurro acariciando el tatuaje de la pequeña cruz que tiene debajo del dedo pulgar.
Me fascinan todos sus tatuajes.
- No pienses en lo mejor, piensa en lo que quieres - me coge de la barbilla y levanta mi mirada para que quedemos cara a cara -. Yo sí sé lo que quiero - me afirma mirándome a los ojos.
Seguidamente, baja la mirada a mis labios y noto como me pongo nerviosa cuando se humedece su labio inferior con la lengua.
Y tenerlo delante solo con los calzoncillos hace que las que hablen y actúen por mí sean mis dos neuronas que conectan con mi parte íntima.
- ¿Y qué es lo que quieres? - le pregunto sabiendo la respuesta.
La pregunta sale de mi boca antes de que pueda procesarla bien y él pone una sonrisa de lado, antes de besarme.
Sus besos son la medicina que necesito para curar todas mis heridas, aunque esas heridas las haya causado él.
Poco a poco el beso cambia de intensidad y mi cuerpo reacciona como siempre, poniéndose a mil por hora, y actuando por sí solo sin dejarme pensar las cosas con claridad.
Me siento a horcajadas encima de él y él apoya sus manos encima de mi culo, y él comienza a hacer que mueva las caderas lentamente, notándolo por debajo del calzoncillo y provocando que se me escape un pequeño gemido, y escucho como él gruñe sin separar sus labios de los míos.
- Joder Adriana, aprendes rápido - Me susurra con la voz un poco ronca provocandome un gemido.
Es de las primeras veces que me gusta escuchar mi nombre sin la abreviatura dicho por él. Yo inmediatamente noto como me sonrojo y él se echa a reír.
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My Destiny
Teen Fiction[EDITANDO] Dejar toda mi vida a un lado, para ir a vivir a California a casa de mi tía y su nuevo marido, no me parecía buena idea, porque no los conocía a ninguno. Dejar a mi madre sola en casa, tan lejos de mí después de todo lo que vivimos junta...