Me despierto a causa de una pesadilla y descubro que Dylan no está tumbado a mi lado y lo busco por la habitación, pero nada. Me levanto de la cama y envuelvo mi cuerpo desnudo con una de las sábanas de la cama y me dirijo al pequeño balcón que hay en la habitación. El olor a playa me encanta, y ver las olas deshacerse en la orilla me dejan embobada durante un instante.
- ¿Te has despertado?- Escucho la voz de Dylan detrás de mí y me giro para verle. Él está vestido solo con calzoncillos y lleva en las manos las dos bolsas que supongo que son en las que está la ropa que ha traído para el fin de semana. Yo asiento respondiendo a su pregunta.
- Una pesadilla.- Me adentro a la habitación porque hace un poco de frío afuera y cierro las puertas del balcón.
- ¿Estás bien?- Deja las bolsas en el suelo y se acerca a mí.- Me refiero con todo esto.- Mueve la cabeza hacia atras y señala la habitación preocupado.
Me encanta verle así de nervioso y cortado hablando conmigo, pocas veces puedo ver a Dylan así, y me alegra ser yo la que causa estas reacciones en él.
- Dylan, estoy genial.- Le miro a los ojos.- Nunca había estado tan a gusto como lo estoy contigo. Eres el único que me hace sentir... Así.-Le explico y él sonríe. Me inclino un poco y le beso.- ¿Qué hora es?- Pregunto mirando el cielo por la ventana.
- Las cuatro.- Se gira y se dirige a donde están las lucecitas.- Voy a apagarlas.- Yo me pongo nerviosa, pero él me mira y añade.- Dejaré algunas encendidas, no te preocupes.- Me sonríe y asiento.
Me siento en el borde de la cama y miro como va apagando algunas de las lucecitas.
- Una noche, tenía siete años, y mi madre trabajaba de noche para poder con las facturas, ya que mi padre se las pasaba de casino en casino y de bar en bar.- Dylan deja de prestar atención a las luces y me mira a mí atentamente.- Esa noche tenía miedo, porque pensaba que había un monstruo en mi armario y que saldría en cualquier momento. Mi madre me había puesto esa mañana la película de monstruos S.A., y digamos que esa película me hizo creer eso... supongo.- Me rio un poco y Dylan se sienta a mi lado y me coge de la mano.- Decidí ir a la habitación de mis padres y esperar allí a mi madre para que me salvara del monstruo inexistente. Fue entonces cuando el verdadero monstruo que habitaba en mi casa apareció por la puerta tambaleándose como siempre.- Pongo los ojos en blanco.- Yo me escondí debajo de las sabanas esperando que no me viera y se fuera al sofá a dormir como hacía siempre, pero me vio y se pensó que yo era mi madre, o eso me hizo creer.- Suspiro y noto como los ojos se me llenan de lágrimas.- Él me sacó la sábana de encima y yo no veía nada, ya que la habitación estaba a oscuras y apenas entraba luz por la ventana. Mi padre me quitó la camiseta, creyéndose aún que era mi madre, cuando tendría que haber notado que no, y comenzó a besarme.- Una lágrima se escapa de mis ojos y suspiro para poder seguir contándole esto.- Yo grité y lloré que me dejara, que no era mamá, que era Adriana, pero él me decía que era una puta mentirosa y siguió a lo suyo mientras me oía llorar.- Noto como Dylan se tensa a mi lado y aprieta un poco más la mano mientras con la otra me limpia las lágrimas.- Me consiguió quitar el pantalón y las bragas y comenzó a acariciarme, pero lejos de sentir lo que me haces sentir tú, me dolía y mucho. Justo antes de que me desmayara, escuche a mi madre gritar desde la puerta y mi padre paró, o eso creo.- Suspiro intentando tranquilizarme.- Me desperté al día siguiente en el hospital, rodeada de cables y de muchas cosas. Mi madre lloraba a mi lado y se repetía a sí misma que era su culpa. Pero no lo era. Los médicos dijeron que todo estaba bien y que no me había hecho ningún daño... ahí abajo, pero que debería llevarme a psicólogos para qué me ayudarán a olvidar, cosa que fue difícil.- Miro al suelo.- No he vuelto a dormir con la luz apagada, y aún hay días que sueño que mi padre vuelve, y vuelve a pasar lo mismo que aquella noche, solo que esta vez no está mi madre para salvarme.- Miro a Dylan llorando y veo como le cae una lágrima de sus ojos.- Fue mi culpa Dylan.-Lloro mirándole.- Si no hubiera sido tan tonta de creer que había un monstruo en mi armario, no me habría ido a la habitación de mi madre, y nada de esto hubiera pasado.- Lloro y él me abraza fuertemente mientras hace fuerzas para no llorar y mantenerse seguro.
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My Destiny
Novela Juvenil[EDITANDO] Dejar toda mi vida a un lado, para ir a vivir a California a casa de mi tía y su nuevo marido, no me parecía buena idea, porque no los conocía a ninguno. Dejar a mi madre sola en casa, tan lejos de mí después de todo lo que vivimos junta...