.седьмой.

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Con pasos lentos camina hasta la cocina, hoy había sido una jornada agotadora, el ruso solo quería ponerse un buen capítulo de Naruto y cenar ramen, no pedía nada más.

Se cruza de brazos esperando a que el agua comienzo a calentar, se gira con pereza observando la mochila de trabajo que estaba sobre la isla, con un suspiro resignado, pues se había olvidado de vaciar el interior de esta, camino hasta la encimera y arrastró hasta estar cerca de él la mochila, abrió la cremallera y comenzó a sacar el teléfono, el cargador de este, los guantes de trabajar, una funda de las gafas...

Todo lo que había en su interior era cotidiano, es decir, el ruso siempre lo ponía al iniciar el día y lo quitaba al terminarlo, eran cosas elementales para su día a día de trabajo.

Pero entonces después de estar sacando cada cosa y dejamos en el lugar de la vivienda correspondiente, saca el sobre azul, ese sobre azul que Dan estaba buscando como loco por toda la comisaría, ese sobre azul que tal vez, conseguiría cambiar algo y abrir los ojos al comisario.

Lo toma entre sus manos y lo observa con detenimiento. El ruso juraría que era la letra de Horacio, más tampoco podría confirmarlo. Le da la vuelta observando la solapa que es sellada con unos labios. Una parte de él, pequeña, le aterrorizaba abrir aquel sobre que parecía ser inofensivo, pero las apariencias engañan, ¿No?

Deja el sobre en la isla y pone el ramen en un bol, seguido de eso saca unos palillos, y un tenedor por si se cansa de los palillos y camina hasta la mesa de café donde está el sofá, vuelve a la comida cogiendo una botella de agua y observa al sobre, sin pensarlo lo toma y va al salón. El comisario se sienta en el sofá dejando la botella sobre la mesa al igual que el sobre, coge el bol y los palillos comenzando a comer sin dejar de observar aque sobre. Sentía que se volvería loco de la curiosidad estaba ansioso, pero una parte de él se sentía realmente mal, le había robado a su compañero, del cual sospechaba, pero su compañero a fin de cuentas.

Entonces la curiosidad le ganó por completo, y dejo el bol casi vacío y agarro el sobre, lo abrió y saco del interior de este dos cartas y una pequeña bala que parecía haber sido utilizada.

El ruso decide optar por agarrar la primera carta y comenzar a leerla.

incógnitamente enamorado. VOLKACIO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora