.восьмой.

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El ruso entre abrió sus labios, de estos el aire entraba y salía con pesadez, apretó con fuerza la segunda carta arrugandola más de lo que ha estaba, el silencio en la sala delataba la respiración pesada del chico que observaba consternado la situación.

«Me ama, me ama, me ama...» se repetía una y otra y otra vez en su bloqueada cabeza.

Dejo la carta sobre la mesa de manera lenta, pues sus músculos estaban en completa tensión, y agarro la bala que se encontraba solitaria en la mesa, está parecía que le reclama para que el chico la sosteniera. Con sus manos temblorosas acarició la pequeña bala usada y algo magullada.

—¡Lo has hecho bien! ¡Buen trabajo! —el ruso le abrazó acariciando su espalda con su palma abierta.

Horacio con su rostro enrrogecido paso las manos por su cintura apoyando la mejilla en su alto hombro —. ¡Gracias comisario bombón! —exclamo sonriendo.

Apretó su mandíbula con fuerza al obtener ese recuerdo tan preciado qué ocultaba su mente.

—Horacio —murmuro con voz rota llevando su mano libre a su ojo tapándolo y haciendo un leve puchero con su labio, algo de él le tenía roto, ¿Pero que era? Aún se preguntaba confundió, ¿Qué era eso que estaba sintiendo?

¿Era una emoción? ¿Estaba sintiendo... Amor?

Asustado por sus pensamientos tan agresivos que se precipitaban contra él, dejo la bala sobre la mesa y apoyo su espalda en el respaldo del sofá y subió sus pies a este y abrazo sus rodillas apoyando la cabeza en estas, su mirada se dirigió hacia las dos cartas y sobre.

¿Qué hacía una carta de Horacio en la taquilla de Dan? ¿Por qué este la ocultaba tanto? ¿Qué ocultaban esos dos?

—¿¡Le parece normal!? ¡Podrían haberle matado! ¡Y encima agrede a un civil! ¡Y en hora de trabajo! ¡Es usted un imbécil! ¡Un traidor del CNP! —grito al chico que se encontraba apoyado en la pared algo acorralado por el comisario con lágrimas en sus ojos —. ¡Me ha decepcionado! ¡Demasiado! ¡Sabía que no cambiaría, nunca! —las palabras impactaron de lleno en el chico.

—¡Pero...!

—Tanto que alardea de que se come los problemas, y a la mínima los evita con golpes como un cobarde —dice para irse de allí dejando al chico, este se deslizó por la pared hasta el suelo sollozando.

—¡Volkov! —grito entre llantos clavando sus uñas en sus antebrazos, más este ya había salido de la sala de interrogatorios dejándolo llorar como un pequeño niño regañado.

Sabía que fue muy duro con él, ¡Lo sabía! Pero ya fue tarde para remediarlo. Tal vez fue el miedo de que está vez Emilio si terminara con lo que no pudo terminar. Pero aún recuerda el QRR de que Horacio, ¡Aún recuerda el miso que pasó! Aún recuerda cuando le estaba trasladado al hospital de urgencia.

—¡QRR! —grito por radio Gustabo, de fondo se oían pequeños disparos.

—¿¡Disculpe!? ¡Mandé 10-20! —grito el ruso nervioso dejando a la mujer que estaba poniendo una denuncia, está fue asustada por los gritos y gestos bruscos de comisario.

—¡Emilio ha disparado repetidas veces ha Horacio y le ha dado un culegazo! —exclamo —. ¡A huido! Pero... ¡Horacio abre los ojos!

Cada recuerdo golpeaba más y más al pobre ruso que estaba siendo atormentado por sus recuerdos, por su culpabilidad.

—Tu tienes un problema, Volkov —comento pensativo su superior encendiendo un cigarro observándo por la azotea de la comisaría. El comisario se apoyó en el muro de piedra —. Tu problema es que eres gilipollas.

—Oh, vaya, muchas gracias súperintendente —comento con ironía —. Muy amable por su parte estás palabras tan bonitas dirigidas hacia mi.

—Soy sincero —se encogió de hombros —. Además, yo soy un tío campechano, un tío humilde, si te lo digo es por qué soy amable contigo —pego una calada al cigarro, el ruso se reía internamente; ¿Campechano? ¿Humilde? ¿¡Amable!? ¡Qué gracioso chiste, cuenta otro! Más su rostro era serio —. Horacio está en federal con un nudo en su garganta y corazón, pobre de él, un año encerrado allí, sin ver la luz del sol, y con los recuerdos tan dolorosos que le ha dicho su amorcito machacándole —hablo con sarcasmo sacando una mirada apenada del comisario —. No me sorprendería si se suicida —se encogió de hombros —. Mejor para mí, un gilipollas me... —el ruso comenzó a caminar a las escaleras que llevaban al interior de la comisaría —.¿¡Eh, a dónde vas!? —grito al sentir que le dejaban la palabra en la boca. Más el ruso no le respondió.

El chico se levantó y camino hasta la cocina cogiendo el teléfono entre sus manos pulsando el contacto de Horacio.

¿Le llamo o no?

Pensó con un nudo en su garganta.

—¡Volkov! —le sonrió el chico de la cresta con una sonrisa.

Su sonrisa, su mirada, sus labios pronunciándo sus nombre con ilusión.

—¡Mire Volkov! ¿¡Está orgulloso!? —señalo a un hombre encarcelado que tenía una pequeña herida en su pómulo, parecía haber tenido un accidente.

Como le mostraba todo con ilusión buscando su aprobación.

—¿Me gustas, le gustó?

Como se lanzó a la piscina solo por qué le dejara amar.

—¿¡Disculpe!?

Aún que le rechazara.

—¡Qué le quiero Volkov! ¡Quiero que me quiera! ¡Y si no puede, no pasa nada! ¡Yo querermé por los dos!

Brindo su amor aún no recibiendo nada.

—Le prometo que jamás le abandonare, comisario —le sonrió el chico posando una mano en su rodilla, este alzó su mirada dejando ver la sonrisa cálida del chico.

¡Estaba lleno de culpa! ¿¡Como no estarlo!? ¡Estaba condenando a un chico impaciente por su estúpido ego, su frialdad!

—Alejese de mi, no me importa, ni me importabas, ni me importarás ¡Váyase de ml vida! ¡Solo estorba!

El chico con lágrimas en sus ojos sonrió alzando su mirada —. Si eso deseas, Volkov, eso haré. No puedo retenerle más conmigo. Lo siento si molesté, siento si mis sentimientos y preocupación le molestó.

Mordió su labio con más fuerza hasta que sintió el sabor metálico y vio como pequeñas gotas de sangre se precipitaban contra la impecable encimera.

¿Le llamo o no le llamo? 

«Le amo, comisario bombón.»

🎱🎱🎱🎱🎱🎱🎱🎱🎱🎱🎱🎱🎱🎱🎱🎱

Se Fini.

Espero que os guste.

¿Le llamo o no le llamo?

Decisión importante de la historia.

Nos vemos en Twitter, ¡Botad!

Quiero llorar son las 3:41 y madrugo ¿Lo peor? No haré siesta y estaré hasta tarde haciendo cosas 😭.

Pero bueno lo que sea por mis lectoras o lectores.

Un beso.

—N.G.A

incógnitamente enamorado. VOLKACIO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora