incógnitamente enamorado. VOLKACIO.

Первый

Consejo aurora: Primero escúchar la canción, luego leéis.

—Escuchame la mafia no quiere herirte, ¿Vale? Solo queremos abrirte los ojos —acaricio su mejilla.

—¡Callate! —grito intentando soltar sus manos atadas.

—¡Ni siquiera te ha protegido! ¡La policía es muerte! ¡Confía en mí, en tu hermano que ha estado toda la vida contigo! —Horacio observó a Gustabo a los ojos, sus labios entreabiertos soltaban pequeños jadeos ajustados por él dolor de su cuerpo.

Cerró los ojos con fuerza y cuando los abrió observó a Conway con ambas manos en su rostro —. ¿¡Por qué!? ¿¡Por qué todo me sale tan mal!?

Horacio se levantó y puso una mano en su hombro —. Era lo mejor —su voz salió sería, Conway le miró sorprendido, la puerta fue llamada, quién llamo abrió está dejando ver al Dr Claudio y el comisario Volkov, limpio sus lágrimas y sonrió. El ruso camino hasta este con la intención de poner una mano en el hombro del chico, mes este dio un paso hacia atrás haciendo que la mano de Volkov quedara extendida, le miró confundido —. Preferiría irme Conway. No me siento bien.

—Conway nos quiere matar, por que no le servimos —le dijo en voz ácida, este negó con la cabeza sin parar consternado.

—¡Gustabo abre los ojos! ¡Joder! ¡El nos ha salvado innumerables veces! ¿¡Cuantas veces la hemos cagado!? ¿¡Y cuantas veces nos ha perdonado y ayudado!? ¿¡Cuentas Gustabo!? —gritó la última pregunta intentando desatarse de las cuerdas que aprisionaban sus doloridas muñecas —. Más de las que nos gustaría admitir.

—¡Todo era un jodido truco Horacio! ¡Nos trata como basura! Solo quería meterse en nuestra mente para matarnos —le sonríe con tranquilidad.

—¡Pues que me mate! —bramó mirándole a los ojos —. ¡Hasta que el sol deje de brillar Gustabo!

—¿Qué está pasando Conway? —preguntó Volkov mirando la puerta por donde se había ido aquel chico.

—Ciertamente no lo se Volkov —dijo serio —. Pero vienen tiempos oscuros.

—¿Qué por qué lo hago? ¡Por que soy malo! ¡Un asesino nato! ¡Alguien que debería estar encerrado! —sonrió rodeando la silla donde el ensangrentado Horacio se encontraba sentado a duras penas.

—Eso dicen de ti, ¿Pero realmente eres eso? ¿¡Eres eso Gustabo!?

El hombre dejó de rodear al chico y se acerco al rostro, con los dedos índice y corazón los dirigió a la herida abierta manchándolos de sangre —. Soy peor que eso —dice pintando con la sangre una sonrisa sobre sus labios con la sangre del opuesto.

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Sate, sate, sate... Nos volvemos a encontrar. CHAN CHAN CHAN.

✨No✨ he vuelto. Solo estoy de paso.

By:NGA.