.четырнадцатый.

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La sonrisa plasmada en sus labios, sus ojos brillando como las estrella, sus manos temblando con nerviosismo, su nariz olfateando aquella sudadera que no era de su propiedad, parecía un adolescente enamorado, junto a él un Gustabo que observaba de reojo confundidl a su hermano, ¿Acaso estaba drogado? Pero a pesar de que Gustabo le mirase de esa manera eso no significaba que Horacio quisiera darse cuenta o tan siquiera disimular su radiante alegría —. ¡Ya wey, esto es incomodo! —grita Emilio exasperado en medio de los dos asientos del duo.

Horacio algo asustado volvió a la tierra observando a Emilio y Gustabo, este observaba con su celo fruncido —. ¿Que... Qué pasa? —pregunto con voz baja debido a la suma confusión.

—¡No mame! ¿Cómo que que pasa, nos vas a contar de una vez, joto? —dijo Emilio.

—Lo que quiere decir, es que te fuiste en mitad de la fiesta, y hoy nos pediste que te recogieramos frente de una cafetería casi al otro lado de la ciudad con esa sonrisa y ropa que no te pertenece —se encogió de hombros.

—¡Os tengo que contar algo! —exclamo lleno de emoción —. ¡Yo estuve con...! —de inmediato se calla dejando con la duda de lo que iba ha decir aquel chico. Horacio quería contarle a su hermano sobre el encuentro poco casual que tubo con el ruso, más no podía decirlo —. ¡Comprando! —ambos le miraron realmente confundidos sin entender nada de aquel chico —. Ayer me fui a casa y hoy madrugué a comprarme ropa y tomar un café.

—Ese estilo no te pega, que raro que tú compres algo negro —dijo pensativo Gustabo.

—De normal es algo colorido o rosado, ya sabe ropa de joto.

—¡Hay que expandir muros! —hablo con nerviosismo intentando salvar su mentira piadosa.

—Bueno, puede ser, ¿Y madrugaste solo para comparar esa sudadera? —inquierio.

Horacio miró hacia abajo viendo la sudadera tan grande que poseía —. No —intenta sonar obvio —. Quería comprar más, pero no me gustan nada de la tienda, solo esto.

Los siguientes minutos en los que Gustabo aparcaba dejando salir a Emilio transcurrieron en completo silencio incómodo —. Gracias por traerme wey, iré a dormir, nos vemos mañana —y con eso entro en la casa, Gustabo salió del pequeño estacionamiento y comenzó a ir hacia la ciudad, pues Emilio vivía en el norte.

Quince minutos en completo silencio incómodo —. Se que me ocultas algo —hablo al fin Gustabo, Horacio se tenso —. Pero no pasa nada, si no quieres contarlo está bien, solo creía que éramos hermanos sin secretos, pero veo que hay más de los que pensaba.

 Pero no pasa nada, si no quieres contarlo está bien, solo creía que éramos hermanos sin secretos, pero veo que hay más de los que pensaba

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Los días pasaron, Volkov y Horacio hablaban por mensajes en secreto, parecían dos adolescentes. En cambio Volkov odiaba más y más a Dan, la mayoría del tiempo discutían, bueno el ruso buscaba la discursión y el subinspector buscaba evitarle. En fin toda la comisaría disfrutaba de las discursiones tan cómicas de esos dos.

Pero Horacio a pesar de estar hablando con cierto ruso seguía sintiéndose mal, le estaba ocultando su segunda identidad y eso le dolía, había mentido a Gustabo, a Volkov incluso a el mismo, se estaba mintiendo poco a poco.

Sabía que en la mafia no le querían, le daban los trabajos más sencillos pero que le manteniera más tiempo lejos de ellos, veía como alababan a su hermano y a él solo le decían que dejara de ser tan blando.

En la comisaría Dan discutía con Volkov pues el buscaba las peleas, y por muy bueno que fuese a veces se sentía bastante desplazado, pues los agentes solían hacer planes después de la jornada y ya ni siquiera contaban con él, antes invitaban siempre al subinspector, más este siempre tiene que decir que una respuesta negativa, pues no pueden ver qué Dan realmente es Horacio. 

Hoy Gustabo o bueno Fred, no había ido a comisaría, tampoco cogía el teléfono, según tenía entendido Horacio, Gustabo ayer le dijo a su hermano que tenía cosas que hacer, pero el de la cresta sabía perfectamente que estaba en la mafia y que sólo querían estar con Gustabo.

Tal vez estarían hablando mal de él o tal vez no.

Levantó la mirada del plato observando que alguno agentes almorzaban en grupos, estos estaban en mesas algo alejadas del chico del pasamontañas, Volkov estaba con Greco hablando con tranquilidad, mientras que Leonidas y Moussa se carcajeaban de algunas cosas que comentaban en el otro lado de la improvisada "cafetería".

Sin duda, Horacio y Dan se sentían desplazados.

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Se Fini.

Real que dude con la votación, es decir, no contarle a gusta o lo que ocurrió, hace que se sienta mal Horacio y que la relación se distancie, mientras que si le cuenta quien sabe que podría haber pasado. Fue difícil la verdad.

Poco a poco Horacio esta más quemado de tener tantos secretos.

Con las decisiones que habéis tomado, algunas egoístas, otras tiernas (me incluyo) Horacio poco a poco está llegando a su límite y no podemos hacer nada.

Otra cosa.

Se que si sonara raro y tal vez me vean mal, ¿Pero puedo pedirles un favor?

Esta persona es muy importante para mí y bueno por un problema que ocurrió dejamos de hablar, pero bueno eso da igual, ella era

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Esta persona es muy importante para mí y bueno por un problema que ocurrió dejamos de hablar, pero bueno eso da igual, ella era... Mi inspiración.

Bueno me enrollo con sentimiento melancólicos.

¿Pueden ir y en su muro ponerle corazones o algo bonito? Si no quieren no lo hagan.

No digan que fui yo, aún no estoy lista para remediarlo, más me haría feliz si lo hacen, por qué de verdad quiero mucho a esa persona.

Las que lo hagan si quieren os puedo dedicar algunos capítulos.

Otro capítulo en unos minutos.

Un beso.

—N.G.A

incógnitamente enamorado. VOLKACIO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora