-¡Horacio! -exclamo Volkov incrédulo, completamente congelado, estiró su mano libre más a unos centímetros de tocarle se detuvo dejando su mano extendida a unos pocos centímetros de su brazo, tenía miedo de que no fuera real, su boca se abría y se cerraba repetidas veces —. ¿Es.. estas vivo? —logro articular con voz ahogada.
—¿Lo estoy? No lo estoy, o puede que lo esté —murmuro pensativo seguido de sonreír —. Haber, técnicamente como que si estoy vivo, ¿No? Es decir, estoy respirando, ¿Eso es que estás vivo? Supongo. Pero por otra parte estoy muerto por dentro desde hace años ¡Pero nadie lo nota! ¡A que soy bien actor! —exclama lo otro con emoción, más su gesto se torció —. Papu me matará de verdad —se ríe de su desgracia.
—¡Estas vivo! —grito asustando a Horacio, el ruso apartó más la puerta y con ambas manos agarro los antebrazos del chico zarandeadole —. ¡Vivo! —sonrie como un niño aliviado, su sonrisa tiembla y pequeñas lágrimas se acumulan en sus ojos, desliza sus manos a las mejillas de este —. ¡Por qué me mentiste! —exclama —. ¡Creía que me moría! ¡Necesito que me explique y...!
Horacio agarro de la camisa a Volkov acercándolo a este hasta juntar sus labios —. Callate un poco que harás que me arrepienta de haber venido —le susurra, Volkov deslizó las manos a su cintura atrayéndolo a él y retrocediendo hasta entrarlo en la casa, con el pie empuja la puerta dando un portazo y hace retroceder a Horacio hasta que su espalda toca la espalda.
—¡Me dijeron...! ¡Vi...!
—Shhh —demando con ternura poniendo las manos atrás de su nuca —. Estoy aquí de momento.
—¡No te vayas! —exclama —. No lo hagas.
—No te lo puedo prometer eso, pero por mi parte yo no me quiero ir —alza su mirada observandole con una pequeña sonrisa —. Siento habértelo hecho pasar mal, pero desde lo que ocurrió, papu no...
—No te vayas —murmuro con voz rota. Qué irónico, el comisario más serio y frío estaba llorando por el más problemático y alegre.
Dos polos completamente apuestos que se atraen de manera instantánea como dos imanes.
Moriría por él.
—¡Volkov! —canturreo con una sonrisa.
Mataría quien fuera.
—¡Horacio! —grita de manera agresiva.
Pero ambos se protegerían mutuamente aunque fuera extraños.
El ruso acercó sus labios al más bajo —. Vi una foto... Yo...
—Estoy bien —susurra sobre sus labios.
Con la yemas sus manos acarició la cicatriz de una cruz invertida, su espalda estaba corrompida por ese aviso que había dejado tantos estragos en todos.—¡Gustabo! —grito de manera desgarradora —. ¡Papa, Volkov! ¡Ayudarme! —continuo gritando entre sollozos adoloridos forcejeando del agarre de los dos hombres evitando que el hombre siguiera clavando con fuerza aquel cuchillo.
El chico se removió un poco al sentir el tacto de este en su espalda, poco a poco se giró quedando cara a cara con el ruso, con la mano que acarició su espalda, la posó en su mejilla y con un suspiro.
—Una flor para otra flor —le sonrió tendiéndole una flor algo maltratada y casi sin pétalos.
—Está de servicio, centrese.
Sin bajar su mano tendida con la flor, su sonrisa fue poco a poco desapareciendo, el ruso suspiro agarrando la flor y miró a un lado y al otro, al comprobar que están solos le sonríe posando su mano libre en su hombro —. Le agradezco este detalle Horacio, pero en horario de trabajo no lo haga, ¿Vale? El asunto está algo peliagudo.
—Después de aquello y que nos metieran en federal, papu nos obligaron a ocultarnos y abandonar el contacto con la policía —susurro —. Sigo órdenes, Volkov... Además creí que... No me extrañaría —le sonrió poniendo la mano sobre la que Volkov tenía en la mejilla de este.
—¡Nos ha llegado un aviso, el alumno Horacio Pérez ha sido secuestrado! ¡Furgoneta negra por garaje central!
—¿Disculpe? —grito el ruso —. ¿¡10-20!?
—No digas esa mierda Horacio —reprendió —. Te he extrañado más que a mí propia ausencia... —murmuro —. A veces me alegro que no se te dé bien beber.
—Que te jodan —se río un poco con una mueca de dolor, el dolor de cabeza ya comenzaba a manifestarse. El ruso se levanta de la cama y camina a la puerta.
—Tienes diez minutos para salir se la cama y venir, primer aviso —abrio la puerta.
—¿Y si no voy? ¿Vas a detenerme? —se burló sentándose como indio en la inmensa cama.
—Puede ser, tengo las esposas y el teaser.
—¿¡Quién se lleva todo eso a casa!? —se carcajeó, Volkov le ignoro saliendo de la habitación.
Horacio observó con una sonrisa la puerta abierta, está mostraba el pasillo y al ruso caminando con su chándal hacía cocina.
Sin duda dormir con el una vez más era como el paraíso, pero sabía perfectamente que esto lo tenía que ocultar con su vida.
Dan no había ido con el ruso.
Horacio si.
Se recordó a si mismo para ni cagarla en unas horas en comisaría.
—¡Horacio! —grito el ruso desde la cocina.
—¡Voy! —exclamo de mabefa infantil alargando la o, este se levantó y camino hasta el borde de la cama, una vez llegó salta de la cama hasta que sus pies tocan en suelo y camina hasta la cocina con una sonrisa llena de alegría.
Horacio tenía claro una cosa.
Pasaría mil dolores de cabeza más solo por dos minutos con aquel hombre que a simple vista parecía un amargado.
🎱🎱🎱🎱🎱🎱🎱🎱🎱🎱🎱🎱🎱🎱🎱🎱
Se Fini.
¿Horcajo le contara a Gustabo, lo que pasó con Volkov? (Twitter).
Poco a poco el pasado de Horacio va saliendo, ¿Por eso Conway decidió ocultar a Horacio? Tan tan tan.
Les recuerdo quedan 9 capítulos para terminar.
Un beso.
—N.G.A
ESTÁS LEYENDO
incógnitamente enamorado. VOLKACIO.
FanfictionHabía conseguido llegar a su helado corazón, había visto su sonrisa más sincera y sus abrazos llenos de cariño me habían abrazado con fuerza. Tenía a la persona que más feliz me había junto conmigo, pero lo perdí, lo perdí por la sed de venganza, lo...