Cállate, rubia - TodoBaku [Finalizada ✓]

Día 4 de suspensión.

Lunes.

Era día festivo, así que no tenían clases.

Ambos iban a tener el día solo para ellos.

Hasta mañana, nadie los molestaría.

Es una pena que Shouto no sepa que sus amigos irían a verlos...

Y que Bakugo lo haya olvidado.

– Buen día mi amor, cómo dormiste? – preguntó el bicolor acariciando el cabello de Katsuki.

– Desde la maldita mañana vas a ser así de cursi? – Shouto rió ante lo dicho por su compañero.

– No te gusta que te diga mi amor? – levantó su torso para ver directo al de ojos rubíes.

El sonrojo se apoderó del rubio.

– Si – dijo casi en un susurro, pero su compañero logró oírlo.

El más alto besó tiernamente los labios del menor.

– Me encantas Katsuki... – después de una pausa grande por parte de los dos comenzaron a reir– Diablos Kat, que me hiciste? Nunca en la vida imaginé decirte algo así a ti, pero es la verdad, me vuelves loco, y estos 4 días, fueron los mejores de mi vida, me encanta estar contigo cariño – acomodó el cabello del más bajo que lo veía tontamente.

– Te am... – Katsuki al darse cuenta de lo que iba a decir abrió sus dos ojos y se levantó de un salto de la cama – Vamos a desayunar – sintió los brazos de Shouto aferrándose a su cintura.

– También yo Kat, se que ahora no lo quieres decir, pero espero ansioso el día en que estés listo, porque yo siento lo mismo – besó su nuca y se levantó de la cama dejando a un muy sonrojado Katsuki. Tomó el rostro del menor entre sus manos y lo besó – No sientas vergüenza, no por ser tu mismo y decir lo que sientes, al menos no conmigo, me encantas tal y como eres, eso me vuelve loco mi rubia musulmana– lo volvió a besar y se dirigió a la puerta – Voy a esperarte abajo – y salió.

Demonios Katsuki, ibas a decirle te amo?

Que mierda sucede contigo?

Pero...

Me dijo que siente lo mismo.

Maldito bastardo mitad mitad que me vuelve loco.

Shouto llegó a la sala común y se sentó en uno de los sofas que ahí habían.

Tomó una revista y comenzó a leerla.

Sintió dos manos cubriendo sus ojos y un beso en su mejilla.

– Hola mi amor – habló el mayor sabiendo que se trataba de su rubia.

– Hola, que estás haciendo? – dijo sentándose en el regazo de mayor.