- Bien, Katsuki, él si te ama, está enojado contigo y es razonable, fuiste un maldito idiota y traicionaste su confianza, es normal, pero detrás de toda esa furia, él te ama, tienes que recuperarlo, haz lo que sea necesario, Shouto te ama y tú lo amas a él, claro que no será fácil, al contrario, él te quiere a 10.000 kilómetros lejos suyo, pero a pesar de todo, si lo haces bien, puedes recuperarlo, solo... solo tienes que pensar como acercarte a él sin que ataque con palabras tan hirientes que te quedes sin nada que decir. Tal vez... Bueno, eso no importa ahora idiota, solo no pierdas las esperanzas por él si te ama, solo está muy muy enojado, pero él aún te ama... Él aún me ama... - susurró golpeando el espejo del baño de su habitación rompiéndolo en mil partes.
Su mano sangraba y tenía pequeños fragmentos de vidrio incrustados en su piel, pero no sentía el dolor.
Bueno, si lo sentía, pero no era nada en comparación al dolor que sentía su corazón.
Estaba sufriendo hacía 18 días.
Enojado por haberse cortado bajó al baño de la planta baja en busca del botiquín.
Quitó con cuidado los vidrios, se desinfectó y se vendó.
Salió y se encaminó a la cocina, tenía que desayunar y salir a la academia.
Sus padres estaban ahí.
La hermosa relación que habían conseguido todos estos meses, se había esfumado.
Katsuki se alejó de sus padres durante esas semanas.
Los dos adultos intentaban acercarse de alguna manera al menor, pero decidieron que debían dejar de insistir.
Cuando Katsuki esté listo, volvería a sus brazos, y serían la familia que aprendieron a ser durante los últimos meses.
- Buen día - saludó el rubio esperando que sus padres devolvieran el saludo con un abrazo o algún gesto cariñoso.
Se había acostumbrado a ese tipo de cosas por parte de su ahora ex novio, y el no tenerlas lo estaba matando.
- Hola - dijeron los dos adultos al mismo tiempo.
El rubio bajó la cabeza y comenzó a desayunar.
- Qué te pasó en la mano hijo? - preguntó la rubia tocando el vendaje.
- Nada, no toques - se alejó el menor.
Se maldecia interiormente por ser así.
Shouto le había enseñado a mostrar sus debilidades con sus seres queridos.
Shouto le había enseñado que no estaba mal pedir ayuda.
Shouto le había enseñado muchas cosas.
Pero ahora, estando lejos de él, no sabía cómo hacerlas.
Quería que su madre lo abrazara, que besara su frente y que le diga que todo estaría bien, pero se negaba a pedirlo, y cada vez que ella se acercaba, él la rechazaba.
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Cállate, rubia - TodoBaku [Finalizada ✓]
Romance⚠️ ¡Advertencia! Ésta historia contiene prácticas BDSM y relaciones sadomasoquistas, lea bajo su propia responsabilidad ⚠️ 💕💕💕💕💕💕💕 Shoto descubre que le gusta Bakugo después de un castigo por pelear. Hará lo que sea por tomar a ése rubio que...