࣪𓏲ּ ҂ ˳𓄹 🦋 ╱ ❪ 𝐒𝐎𝐔𝐋𝐌𝐀𝐓𝐄𝐒 ❫
❝describe aquellas relaciones
en las que se establece una
conexión especial con la
otra persona❞
𝗲𝗻 𝗱𝗼𝗻𝗱𝗲 𝗠𝗮𝗿𝗶𝗮𝗻𝗲𝗹𝗹𝗮 𝘆 𝗥𝗮𝗺𝗶𝗿𝗼 habían terminado hace cinco meses, claro, ellos ja...
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𝗘𝗡𝗖𝗘𝗥𝗥𝗔𝗗𝗢𝗦
Pasaron los minutos, la castaña caminaba por los pasillos sumergida en sus pensamientos, no sabía donde estaba Rama, y la enojaba que sus amigos lo cubrieran, sin darse cuenta a unos centimetro del pasillo, avanzaba Rama, totalmente boleado y con paso errático, producto de la intervención que acababan de hacerle.
— ¡Ahí estás! —gritó cuando lo vió—. ¡¿Dónde estabas?!
Pero el rubio apenas podía mantenerse de pie. Intentó hablar, sonrió y como prácticamente cayó en sus brazos.
— Amor... —fue la única palabra que pudo soltar en todo el momento. Se sentía muy mareado.
Pero ella creyó que estaba borracho al ver sus ojos que apenas podía mantenerlos abiertos.
— Tenés olor a alcohol —lo olió—. ¡¿Te fuiste de joda?! ¡No lo puedo creer basura!
Pero Rama no podía ni balbucear, y practicamente se desvanecio sobre ella, convenciendola más aún de que estaba alcoholizado ─quien lo tiró al piso echa una furia para entrar al baño─.
Sus amigas al verla inquieta y furiosa trataron de calmarla, diciéndole que Rama jamás se iría a una fiesta pero ella las ignoró completamente y para sacar su rabia comenzó a tirar cosas en el aire.
— ¡Es un mentiroso! —gritó, tirando una crema.
— Cálmate un poco, Mar —dijo la gitana cubriéndose detrás de la puerta del baño.
— ¡Es un traidor! —gritó, y ellas se volvieron a agachar—. ¡Se fue a de joda! ¡Volvió borracho! ¡Lo voy a matar!
— ¿Te engañó con otra? —preguntó Caridad sin anestesia.
— ¡Sí! ¡Me engañó con otra Caridad, me engaño!
— ¿Quién diría no?... —divago Amelia con nerviosismo.
— Con esa cara de... —completó Vale.
Caridad negó— Bueno, ¿qué tiene?
— Tranquilízate Mar —pidió Amelia.
— ¿Pero qué, te...te guapeó? ¿Se fue con otra?
Ella a veces no era prudente y no sabía cuando era mejor no hablar, como ahora.
— ¡Sí, Caridad!
— No, que es un degenerado —siguió ella.
— ¡Cállate, Cari basta! —pidió la gitana. Agarró la mano de su amiga—. Ey, basta. No tires más cosas
La castaña apretó los puños enojada, su respiración estaba un poco agitada y sus ojos brillaban de ira, la puerta del baño se abrió de repente y Melody se agachó cuando Mar tiró una crema.
