11

1.2K 144 6
                                    

"Entonces, ¿pasamos todos el fin de semana en casa?" preguntó Seokjin, a lo que todos asintieron.

"Por desgracia." resopló Taehyung, y Jungkook no pudo evitar sentirse identificado con esa frase.

Jimin frunció el ceño. "¿Tu padre está en casa este finde?" preguntó, a lo que Taehyung asintió, haciendo un puchero.

Para nadie en esa mesa parecía ser un secreto la mala relación del rubio con su progenitor, así que nadie se extrañó por la mala cara de este.

"Bueno, solo será esta semana. La que viene no creo que esté." habló Kim, con una mueca de cansancio. "¿Vosotros qué tal?" quiso saber, sonriendo.

"¡Mamá me dijo que había comprado pasteles!" exclamó el pelirrosa, a lo que el rubio sonrió con ternura. "Te guardaré uno, por supuesto." continuó, mirando hacia Taehyung, que le agradeció con la mirada.

"¿Habrá una para mi?" preguntó Min, haciendo un mohín.

"Claro que sí, hyung." murmuró Park, y Yoongi sonrió en grande.

"Pues yo voy a ver a Namjoonie." informó Seokjin, y el Kim menor arrugó la nariz.

"Tampoco nos hacen falta detalles." se burló el rubio, y el pelimorado lo miró mal.

"Yo me voy a pasar el día durmiendo, ser el capitán de un equipo de mononeuronales cansa mucho." dijo el pelimenta, y Jeon se carcajeó.

"¿Y tú, Jungkook? ¿Qué vas a hacer?" preguntó Yoongi, mirándolo con interés.

El mencionado se encogió de hombros. "Rezar para que se acabe pronto." contestó, y Taehyung soltó una risa.

Horas después, ya frente al coche de su madre, Jungkook ponía en práctica lo dicho. Aún no se había marchado y y estaba echando de menos ese puto internado. Vio a Taehyung subirse con Jimin en un coche rojo, suponiendo que el hombre sentado frente al volante era el padre del pelirrosa.

El viaje fue corto, y tratando de atrasar la cena lo máximo posible, Jungkook se fue directo a la ducha, preparándose mentalmente para el fin de semana.

Supo que algo estaba mal cuando encontró a sus padres reunidos en el salón, esperándolo impacientes. Jungkook los miró con una mueca de confusión.

"Nos llamaron del internado el otro día." empezó su madre, y el Jeon menor permaneció estático. "¿Te has peleado con un chico?" preguntó, y Jungkook cerró los ojos durante un segundo, maldiciendo mentalmente.

"Sí." afirmó, y los ojos de sus progenitores se ensancharon.

"¡Jeon Jungkook! ¿En qué demonios estabas pensando?" exigió saber su padre, y Jungkook lo miró con furia.

"¡En que ese hijo de puta acosa sexualmente a mi compañero de cuarto!" exclamó, alzando los brazos. Ante el repentino silencio, Jungkook aprovechó para seguir hablando. "¿Sabéis? Quizá la violencia no arregla nada, pero ojalá le hubiese pegado más fuerte." se lamentó, sentándose a la mesa.

Durante el resto de la cena los tres permanecieron en silencio, y el azabache se levantó en dirección a la escalera tan pronto como terminó de comer, metiéndose en su habitación y lanzándose sobre la cama.

Jungkook no se consideraba una persona agresiva ni que perdiese fácilmente los estribos. Era racional y crítico. Pero también era humano, y su paciencia tenía un tope. Y, cuando se trataba de proteger a los suyos, Jungkook tenía muy claros sus límites.
Park Jungsuk era un arrogante, egocéntrico y un hijo de puta de primera. Y Taehyung era un puto ángel. Jeon odiaba admitir cuando empezaba a encariñarse con las personas, no le gustaba admitir lo que sentía, porque le hacía sentir expuesto y vulnerable; pero tenía claro que Taehyung era una persona importante para él. Yoongi, Seokjin y Jimin también lo eran, pero con Taehyung el sentimiento era diferente. Más intenso, más íntimo.

Suspiró y cerró los ojos, luchando por quedarse dormido, cubriéndose con el edredón.

Menos de cuarenta y ocho horas después, Jungkook volvía a pisar aquella institución, bastante más contento de estar allí que la primera vez que lo pisó, dirigiéndose sin prisa a la escalera, subiendo los tres pisos a paso ligero.

Jugó con la llave entre sus manos mientras recorría el pasillo, listo para recibir algún chiste malo por parte de Taehyung en breves minutos.

Pero la realidad fue diferente, porque cuando Jungkook cruzó el umbral de la puerta Taehyung estaba en el baño, con la puerta entreabierta.

"¿Taehyung?" lo llamó, dejando su famosa bolsa negra sobre la cama y dirigiéndose a la puerta.

"E-enseguida salgo." respondió el rubio, y Jeon frunció el ceño ante el temblor en su voz.

"¿Estás bien?" preguntó, abriendo la puerta del baño y observando a Taehyung soltar rápidamente unos productos de maquillaje y darle la espalda.

"E-estoy bien, no te preocupes." lo tranquilizó, todavía de espaldas.

Jungkook reconocía el nerviosismo y el miedo en su voz, así que frunció el ceño, manteniéndose estático tras él. "Taehyung, mírame." pidió. Al ver que el rubio no le hacía caso, Jeon volvió a hablar. "Date la vuelta, por favor." pidió, con voz suave.

El rubio se giró lentamente, con los ojos rojos y el labio entre sus dientes, y Jungkook reparó en la marca violeta sobre su pómulo, que el menor había tratado de cubrir con maquillaje antes de que el azabache entrase.

Jungkook sintió el aire escapar de sus pulmones, y se tragó el nudo en su garganta, viendo como los orbes de Taehyung lo observaban atentos. "Taehyung..." murmuró, dando un paso hacia el castaño. "¿Quién ha sido el hijo de puta que te ha hecho eso?" exigió saber, mientras le acariciaba la barbilla con sus dedos.

El rubio dejó salir un suspiro, y se acercó al azabache. "Abrázame, por favor." susurró, y su voz sonaba rota.

Jungkook obedeció y llevó sus brazos a la cintura contraria, empujándolo contra su pecho y notando como el menor empuñaba su camiseta. Le acarició el pelo con ternura, con la impotencia corriendo por sus venas.

¿Quién en su sano juicio se atrevería a ponerle una mano encima a alguien como Taehyung? A Jungkook se le partía el alma de verlo, tan vulnerable, temblando contra su pecho.

"Tranquilo, estoy aquí. Todo va a estar bien" susurró, aspirando su aroma.

Y, por primera vez en mucho tiempo, Taehyung creyó en esas palabras.

 Butterfly [kookv]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora