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"Entonces...¿mi hijo y tú estáis juntos?" preguntó la Señora Jeon, y Taehyung estuvo a punto de atragantarse con el café.

"¿Por qué....? ¿Por qué dice eso?" preguntó, sin mirarla a los ojos.

"Os vi besaros ayer." habló la mujer, con expresión tranquila, y las mejillas del rubio se colorearon al instante.

"Oh..." murmuró. "Nosotros no... No estamos saliendo." aclaró, bajo la mirada confundida de los padres de Jungkook.

"¿Y eso por qué?" preguntó el señor Jeon. "No había visto a mi hijo tan feliz como cuando está contigo." le aseguró, notando el sonrojo subirle hasta las orejas.

"Nosotros... Es complicado. Pero creo que vamos a intentarlo, o algo así." susurró.

La Señora Jeon sonrió en grande, antes de agarrarle la mano por encima de la mesa.

"Cuídale mucho, ¿vale?" pidió, y Taehyung asintió. "Y si necesitas cualquier cosa puedes pedirla, esta es tu casa." le aseguró, y poco después un Jungkook con pantalón de chándal y camiseta de manga corta apareció por la escalera.

"Buenos días." habló, sentándose junto a Taehyung.

Los otros tres corearon un saludo, y Jungkook empezó a comer de forma tranquila.

"Papá y yo tenemos que ir a hacer unas compras, pero volveremos en un par de horas." informó la Señora Jeon, levantándose de la mesa. "Taehyung, ya que ibas a pasar el fin de semana en en internado, ¿por qué no te quedas hasta el domingo?" ofreció, y Kim negó con vergüenza.

"No hace falta... No quiero molestar." murmuró con vergüenza.

El Señor Jeon sonrió. "No molestas, Taehyung. Quédate."

Kim miró se reojo a Jungkook, que asentía con la cabeza.

"Yo... Está bien." cedió al fin, y la Señora Jeon sonrió brillantemente.

"Genial." habló. "Nosotros vamos a irnos ya, no tardaremos mucho. Adiós, chicos." se despidió, levantándose de la mesa.

"Adiós, mamá. Adiós, papá." se despidió Jungkook mientras mordisqueaba la tostada.

"Adiós, Señores Jeon." se despidió Taehyung, viendo como se ponían los abrigos y caminaban a la puerta.

Una vez que ambos se marcharon, el azabache se giró hacia él.

"No me has dado los buenos días." acusó, haciendo un mohín.

"Estoy muy seguro de que te los he dado." se defendió el rubio, viendo a Jeon sonreír.

"Hazlo otra vez." pidió, viendo a Taehyung bufar.

"Buenos días, Jeon." susurró, y el mencionado sonrió.

A continuación, sintió las manos del pelinegro en sus mejillas, y sus labios sobre los propios, moviéndolos en un beso suave y perezoso.

"Buenos días, Kim." susurró el pelinegro, para después frotar su nariz con la del rubio.

"Imbécil." espetó el menor con las mejillas rojas.

Jeon sonrió, y le dio un pequeño beso en la comisura de los labios. "Te encanta este imbécil." aseguró, y Taehyung puso sus manos en el pecho contrario, tratando de apartarlo pero sin poder disimular la sonrisa resbalando por su boca.

"Déjame desayunar." exigió, girándose de nuevo hacia la mesa sonrojado hasta las orejas.

"Está bien, está bien." se rindió el pelinegro levantando los brazos en señal de inocencia.

Una vez ambos hubieron comido y recogido la mesa, Jungkook se apoyó sobre la encimera de la cocina, observando cada movimiento del rubio.

"¿Qué quieres hacer?" inquirió, y Kim se acercó hasta él.

"No lo sé ¿Qué me propones?" preguntó, con las cejas en alto en una mueca de diversión.

"Por ahora un besito." le dijo, atrayéndolo de la cintura, mirándolo a escasos centímetros de su rostro.

Taehyung sonrió. "Me gusta esa idea." afirmó, enredando sus manos en el cuello del azabache, antes de juntar sus labios.

Jungkook sonrió, echándose hacia delante y separando los labios del rubio con los suyos. Trazó líneas sobre su lengua y Taehyung sintió como se derretía entre sus brazos.

Jeon lo miró fijamente cuando se separaron, acariciándole las mejillas.

"Mentiste cuando dijiste era la persona más bella que habías conocido." le dijo, y el rubio lo miró con confusión. "Porque en tus diecisiete años no te has dado cuenta de que la persona más bella de este planeta eres tú."

"No digas eso." pidió, mirándolo con ojos brillantes. "Me haces creer en un futuro que no sé si tendremos."

Jungkook negó con la cabeza. "Te recuerdo el futuro que estoy seguro que tendremos." corrigió, antes de atraerlo a sus brazos en un movimiento suave.

Kim sonrió contra su pecho, disfrutando de la tranquilidad de su aroma y la paz de sus latidos.

Todo era tan bonito cuando estaban juntos... Taehyung se sentía constantemente en una nube, flotando hasta una vida en la que no existían gritos, insultos, golpes o noches borrosas. Solo existían ellos dos. No había lágrimas, ni dolor. Solo la sonrisa brillante de Jungkook y sus labios de terciopelo.

"¿Sabes? Eres el niño rico más bonito con el que me he cruzado nunca, Kim." le juró, y el rubio se carcajeó contra su pecho, dejando un pequeño golpe sobre su hombro.

"Y tú el imbécil tatuado más abrazable del mundo, Jeon." aseguró, frotando su mejilla contra la camiseta de Jungkook.

"Eres el rey de los cumplidos, Taehyung." bromeó, y el rubio salió de su escondite para encararlo.

"Ya lo sé. Me lo dicen mucho." aseguró altanero.

Jungkook alzó una ceja, pasándose la lengua por el interior de la mejilla. "¿Ah, sí? ¿Vas haciendo muchos cumplidos por ahí?" quiso saber, y Kim se carcajeó por su repentino ataque de celos.

"Solo a la gente que quiero conquistar." le dijo encogiéndose de hombros con falsa inocencia.

"Ya...¿Y puedo saber cuantas personas son eso exactamente?" preguntó, y Taehyung sonrió en grande, mirándolo a los ojos.

"Pues ahora mismo..." pareció pensárselo un momento, mientras Jungkook alzaba las cejas. Taehyung se acercó a su rostro, antes de susurrar. "Tú." murmuró, antes de rozar sus labios con los del azabache.

"Está bien saberlo." afirmó Jeon, antes de besarle de nuevo. Taehyung sonrió
y le acarició la nuca con parsimonia. "Voy a empezar a acostumbrarme a tus besos de disculpa." murmuró el azabache, acariciándole los huesos de la cadera con movimientos circulares.

"Quizá deberías hacerlo." fue lo único que respondió el rubio antes de separarse de su agarre y caminar hacia la escalera, con la mirada del pelinegro fija en su figura.

Claro que lo haría.

 Butterfly [kookv]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora