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Jungkook besó su mandíbula antes de separarse unos centímetros de su cuerpo, deshaciéndose rápidamente de su camiseta negra, y a Taehyung se le secó la boca. Si lo hubiese sabido antes le hubiese tomado la palabra, pidiéndole que se cambiase dentro de la habitación. Jungkook tenía un cuerpo cuidado, con músculos firmes y marcados y la piel lisa y pálida, en contraste con la tez canela de Taehyung.

Kim lo agarró de la nuca, besándolo de nuevo mientras el azabache jugaba con el dobladillo de la camiseta contraria. Taehyung acarició los músculos contrarios antes de erguirse sobre la cama, sacándose la prenda antes de volver a tumbarse sobre el colchón. Jungkook le cubrió de nuevo con su cuerpo, apoyando su peso sobre sus antebrazos, a cada lado de la cabeza de Taehyung. Trazó un camino de besos por su cuello hasta su pecho, agarrando entre sus labios uno de sus pezones. Kim jadeó y Jeon sonrió mentalmente, porque al parecer había encontrado uno de los puntos débiles de Taehyung.

Volvió a separase de nuevo de su cuerpo, y Kim hizo un pequeño mohín. Jungkook rió por la ternura del castaño, y se deshizo de sus pantalones en un movimiento rápido. Siguió entonces con los besos en el torso del rubio, llegando esta vez hasta su ombligo, retirando con parsimonia sus pantalones de chándal.

Jeon volvió de nuevo a su boca, mientras acariciaba sus muslos. Taehyung se sentía un puto virgen de nuevo, esperando cada pequeño movimiento que el pelinegro haría a continuación.

Cuando ambos estuvieron desnudos Jeon no detuvo sus caricias, siguió mimándolo como si fuese lo más preciado que había tocado nunca. Sus dedos le producían escalofríos, erizando cada vello de su piel.

"¿Quieres seguir?" preguntó el azabache, mirándolo con una mezcla de dulzura y preocupación.

"Jodidamente sí." pronunció Kim, y el pelinegro hubiese reído por la desesperación en su voz.

Jungkook se estiró a un lado de Taehyung, abriendo el cajón de su mesilla, sacando una botella de lubricante y un condón. Kim lo miró con una ceja alzada.

"Hay que estar preparado." se excusó, y el rubio solo rodó los ojos antes de atraerlo de nuevo a su boca.

Jungkook se colocó entre sus piernas, vertiendo el lubricante sobre sus falanges, mirando a Taehyung en busca de su permiso.

Taahyung sonrió mientras le acariciaba la nuca. "Me tratas como a un virgen." le dijo.

"¿Te molesta?" preguntó el azabache, haciendo círculos con sus dedos sobre el anillo de músculos de Kim.

"Me encanta." aseguró el menor contra sus labios, y Jeon introdujo en primer dedo.

Kim jadeó, y Jungkook sonrió satisfecho mientras lo dilataba. El menor agarró las hebras azabache del mayor, mientras las ya tres falanges en su interior se encargaban de ensanchar sus paredes.

Jungkook los cubrió a ambos con las sábanas a la vez que retiraba sus dedos, y Taehyung lo observó atento mientras deslizaba el condón por su extensión. Erguido sobre él, con el cabello azabache cayéndole sobre la frente, iluminado únicamente por la poca luz que todavía se colaba por la ventana; y Taehyung pensó que estaba soñando.

Jungkook agarró sus muslos, enredando sus esbeltas piernas en su cintura, rozando su nariz con la contraria, antes de pulsarse contra su anillo de músculos. Kim gimió cuando Jeon estuvo completamente dentro.

"¿Bien?" preguntó el azabache, jadeando levemente contra su oído.

Taehyung sintió un escalofrío sufriendo por su espina dorsal, y acarició sus hombros antes de mover sus caderas contra las contrarias. "Muy bien." respondió, y Jungkook sonrió, antes de empezar a moverse.

Taehyung gimió en el momento en que Jeon empezó a embestirlo, arañando su espalda mientras el azabache mordisqueaba su cuello. Kim sonrió, porque Jungkook estaba dejando marcas sobre su piel.

Jeon trazaba sus curvas con sus manos al momento en que sus embestidas se volvieron más lentas y profundas, llevándolo al borde de la locura en cada uno de sus movimientos.

"Jungkook..." suspiró el rubio, y Jeon sonrió antes de besarlo de nuevo. "Jungkook, por favor... Más rápido." casi suplicó, y Jeon sintió que su ego estaba a punto de explotar.

El azabache irguió una de las piernas del menor hasta su hombro, haciendo más fácil la penetración, y Kim casi pudo ver las estrellas cada vez que Jungkook lo embestía.

"Hyung voy a..." el rubio ni siquiera era capaz de terminar sus frases, y el pelinegro sonrió con orgullo, antes de aumentar el ritmo hasta convertir a Kim en un desastre de gemidos y súplicas.

Taehyung dio un último gemido antes de alcanzar su orgasmo, y Jungkook lo hizo también apenas unos segundos después, derramándose en el condón y saliendo de él antes de tumbarse a su lado, agarrándolo de la cintura y pegándolo a su cuerpo.

Taehyung se acopló contra su pecho con la respiración agitada, escuchando los latidos del azabache retumbar contra su oído.

"Eso ha sido..." empezó Jeon, todavía suspirando pesado.

"Increíble." completó Taehyung, moviéndose hasta llegar a su rostro, besándole mientras le acariciaba la mandíbula. "Muchas gracias." susurró, y el azabache frunció el ceño con confusión.

"¿Por qué?" preguntó, mientras Taehyung sonrió de una forma brillante.

"Porque gracias a ti, ya no tengo miedo. Gracias a ti, soy completamente feliz." murmuró, mientras el pelinegro le acariciaba la espalda.

"No hay nada que agradecer." replicó el mayor.

"Yo ahora mismo agradecería limpiarme un poco." bromeó el de hebras rubias, y Jungkook se carcajeó, antes de ponerse de pie.

"Ven aquí anda, vamos a limpiarnos." le dijo el azabache, y Kim se enredó en su cuerpo, siendo llevado por el pelinegro hasta el baño.

El mayor los metió a ambos en la ducha, y se lavaron a la par que se regalaban pequeños besos y caricias sobre la tez contraria.

Aquella noche ambos durmieron en la cama de Jungkook, con Taehyung adherido al pecho de Jeon y con este rodeándolo con sus brazos. La tormenta los acompañó durante la noche, siendo testigo único de lo ocurrido en aquellas cuatro paredes, cubriéndolos con su oscuro manto.

Y justo antes de quedarse dormido, Kim se dio cuenta. Se dio cuenta de que las manos de Jungsuk ya no existían. Porque Jungkook las había borrado. Solo había rastro entonces de sus toques, y Taehyung se sintió entonces la persona más valiosa de todo el universo. Porque las manos de Jungkook eran capaces de reconstruir  todo su mundo con solo una caricia.

"Koo." lo llamó Taehyung justo antes a punto de quedarse dormido.

"Hmm..." murmuró el azabache.

"Te quiero mucho." susurró, escondiéndose contra su pecho.

Jungkook sonrió en grande antes de dejar un beso sobre su cabeza. "También te quiero, Kim" murmuró.

Y, entonces, Morfeo los envolvió en sus brazos, entre caricias suaves y respiraciones pausadas.

 Butterfly [kookv]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora