Butterfly [kookv]

26

"¿Os acostasteis?" preguntó Jimin incrédulo, y Taehyung le tapó la boca con las mejillas sonrojadas.

"Sí, nos acostamos ¿Tienes alguna pregunta más?" le dijo irónicamente y Park asintió.

"Bastantes, en realidad." se encogió de hombros, y Kim bufó. "Me interesa saber en qué más es bueno Jungkook. Ya sabes, pura curiosidad." bromeó, giñándole un ojo.

"No voy a hablar de mi vida sexual contigo. Y mucho menos de las habilidades de mi novio, bastante buenas por cierto, y es lo único que te diré." cortó Taehyung, al ver como Jimin estaba listo para preguntar, y el pelirrosa hizo un puchero. "Lo que sí voy a contarte es que soy la persona más feliz del mundo." le dijo sonriendo, y Park sintió una inmensa felicidad extenderse por su cuerpo. Porque Teahyung había sufrido mucho, y se merecía todas las cosas buenas del mundo.

"Me alegro mucho por ti, Tae." le dijo el más bajo, sonriendo con sinceridad mientras le acariciaba las manos con cariño. "Te mereces ser todo lo feliz del mundo." le aseguró, y Kim desvió la mirada a Jungkook, que jugaba en la cancha de baloncesto con Yoongi. El pelo azabache le caía sobre los ojos, y los bíceps se le marcaban orgullosos bajo la camiseta negra remangada hasta los codos. Kim sintió como la boca se le hacía agua. Malditas hormonas.

"Lo soy, Minnie. Lo soy." aseguró, viendo al pelinegro encestar. "¡Vamos, Jeon!" lo animó con los brazos en alto y una gran sonrisa en sus labios, y el azabache corrió hasta él sonriendo también, mostrando sus dientes blancos en el gesto.

"¡Eh, bonito!" exclamó a metros de ellos. "¿Qué me das si le gano al capitán del equipo?" preguntó, elevando las cejas sonriente.

"Una palmadita en las espalda y un besito." respondió el rubio con burla y una mirada inocente, encogiéndose de hombros.

Jeon sonrió. "Ya." asintió pensativo, y su rostro pareció iluminarse de repente. "Me motivaría más que te vistieses con una faldita o algo así." propuso de forma inocente, aunque guiñándole un ojo con picardía. Taehyung sintió el color subirle a la cara ante la proposición para nada inocente del azabache.

"Y a mi que se te cayese la pelota en los dientes." farfulló el rubio con las mejillas sonrojadas a más no poder.

Jungkook sonrió antes de llegar hasta él, y le dio un pequeño beso antes de susurrar. "Voy a ganar, Kim. Ve eligiendo la falda." y antes de que Kim pudiese replicar, el azabache ya estaba de vuelta en la pista junto al pelimenta. El rubio vio al mayor recolocarse la cinta sobre la frente, y esperó de verdad que Yoongi lo rematase. Por mucho que quisiese a su novio, su dignidad no estaba en juego.

Taehyung bufó. "¡Patéale el culo, Min!" exclamó, y vio a su novio sonreír mientras negaba con la cabeza.

Yoongi era el capitán del equipo de baloncesto, así que ese partido estaba prácticamente ganado. O eso pensaba Taehyung, aunque sin tener en cuenta el pequeño detalle de que Jungkook era bueno en todo lo que hacía. Y pudo comprobarlo una vez más cuando Jeon encestó su canasta número ocho, celebrando su victoria. El azabache se había deslizado por la pista con soltura, como si llevase haciendo aquello toda su vida. Aprovechando su buena forma física el pelinegro ni siquiera parecía cansado, por mucho que el contrario no se lo hubiese dejado fácil. No era un trabajo sencillo ganarle al gran Min Yoongi, así que incluso el propio pelimenta estaba anonadado con la destreza del pelinegro, y lo hubiese fichado pasa el equipo de no ser su última semana en la institución. Taehyung debía aprender a no subestimar a su novio.

"Joder, Jeon. Me siento un puto inútil a tu lado." exclamó Mil, y el mencionado se encogió de hombros.

"Tengo una buena motivación, Min." se excusó, dando un vistazo rápido a un sorprendido Taehyung.

Jimin corrió hasta su pareja y le dio muchos besos, diciéndole que lo había hecho muy bien y que era su ganador, mientras Min sonreía en grande solo para el pelirrosa.

Taehyung se dejó caer hacia atrás en la manta que tenía estirada sobre el césped y cerró los ojos bufando. Cuando volvió a abrirlos Jungkook estaba sobre él, mirándolo con una ceja alzada y una sonrisa burlona. Kim se sobresaltó, dejando un golpe sobre el hombro del mayor.

"Puto imbécil." masculló, y Jeon puchereó.

"¿De verdad que ni siendo pareja vas a dejar de insultarme?" se quejó, rozando su nariz con la del rubio.

"Me gusta insultarte." se excusó el menor, encogiéndose de hombros con falsa inocencia.

"A mi me gustas tú." murmuró, antes de besarlo.

Taehyung sonrió contra sus labios mientras le acariciaba los cabellos azabache.

"Entonces..." empezó el azabache, y Kim le dio otro pequeño beso. "¿De qué color vas a comprar la falda?" preguntó con una ceja alzada.

Taehyung bufo con las orejas rojas. "No me voy a poner la puta falda, Jeon." farfulló, y Jungkook soltó una pequeña risa.

"Vale, pero déjame besarte como premio." pidió, y Kim sonrió.

"Me parece justo." concluyó antes de atraerlo de nuevo a su boca, oyendo los silbidos de Jimin y Yoongi, a los que respondió con su dedo corazón en alto.

En aquellos nueve meses, Taehyung y Jungkook habían aprendido infinidad de cosas. Habían aprendido el significado de amar y ser amado, de confiar, habían aprendido a olvidar el miedo y a perdonar a sus corazones heridos. Habían aprendido a construirse, a levantarse y sonreír. En aquel camino lleno de piedras ambos adolescentes habían aprendido a ver lo bello del recorrido.

Habían aprendido a volar. Resurgiendo de sus heridas y curando sus dolores ambos vivían entonces su utopía. Su nueva felicidad.

Porque Jungkook había aprendido a vivir libre.
Porque Taehyung había aprendido a dejar atrás el miedo y el dolor, y vivir plenamente su futuro.

Porque en ocasiones los tatuajes solo cubren heridas, mientras recuerdan las batallas.
O porque, a veces, la ropa de marca solo se encarga de ocultar los complejos mientras asfixia los sueños.

Y sobre todo porque, por fin, Jungkook y Taehyung habían encontrado en el contrario su para siempre.