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Después del incidente del viernes por la noche, Jungkook se había tratado de controlar lo máximo posible en las comidas, siendo estas prácticamente el único momento del día que pasaba con sus progenitores. Había pasado mucho tiempo en su cuarto, y otro tanto paseando por sus rincones favoritos, aprovechando para pintar o simplemente sentarse a observar el paisaje.

Una vez más, bajó del Audi negro aparcado frente al internado, dándole a su madre una pequeña mirada antes de cerrar la puerta tras él, caminando hacia la institución. Cruzó el pasillo a paso ligero, y cuando el ascensor frente a él estaba a punto de cerrar sus puertas, un conocido pelimenta apretó un botón, impidiendo el cierre de las puertas y esperando pacientemente su entrada.

Jeon se sorprendió, pero caminó de todas formas hacia el ascensor, observando al más bajo con recelo.

"Hola." saludó el de ojos felinos una vez que ambos estuvieron dentro.

"Hola." respondió el azabache en un murmullo, observando fijamente la puerta de metal frente a ellos.

"¿Jungkook, verdad?" preguntó, y el azabache se giró hacia él, mirándolo confundido a la vez que asentía. "Me he tomado la molestia de averiguar el nombre del chico que me ha ahorrado unos golpes." le explicó, con una sonrisa burlona escapando de sus labios.

"Esos golpes eran para mi, no tenía sentido que los recibieses tú." se excusó el pelinegro, encogiéndose de hombros.

Yoongi lo observó en silencio durante un par de minutos. "Pues si quieres que te devuelva el favor estoy unas puertas de la tuya, la 137, la comparto con el amigo de Taehyung."

"¿Con Jimin?" preguntó el azabache, con notable sorpresa.

"El mismo." asintió el pelimenta, moviéndose fuera del ascensor cuando las puertas de este se abrieron. "Nos vemos, Jeon." se despidió, dirigiéndose a su puerta.

Jungkook asintió, sin perderlo de vista mientras se sacaba la llave del pantalón, recorriendo el pasillo hasta llegar a su habitación. Cuando abrió la puerta Taehyung ya esta dentro, sacándose los zapatos con la camisa remangada.

"Cariño, ya estoy en casa." bromeó el azabache, y el rubio lo miró con el ceño fruncido, rodando los ojos.

"Serás imbécil." masculló, pero estaba sonriendo.

Jeon sonrió también, y se lanzó sobre la cama, soltando un suspiro a la vez que cerraba los ojos momentáneamente. El menor lo observaba desde su propia cama, tumbándose también, mirando al techo.

"¿Qué tal el fin de semana? ¿Me has echado de menos?" inquirió, todavía sin mirarle.

El azabache bufó. "Prefiero olvidar las experiencias traumáticas." le contestó, en una mueca. "Y ni me he acordado de ti." continuó, pero su voz estaba cargada de burla.

Kim se levantó de la cama rápidamente, con una mueca de falsa indignación. "Pues te va a dar conversación tu puta madre." le dijo, pero había una sonrisa amenazando con formarse en sus labios.

"Cualquier cosa menos eso." pidió el azabache, y el rubio no puedo evitar preguntarse qué parte de esa frase era real, si de verdad Jungkook no tenía buena relación con su madre. Se abstuvo de preguntar, y el silencio los envolvió durante unos minutos, hasta que Jeon habló de nuevo.

"¿Qué tal tú?" preguntó, y el rubio suspiró.

"Bien, solo estaba mi madre." le informó, volviendo a tumbarse sobre la cama. El pelinegro asintió. "Es la única mujer a la que voy a querer nunca." bromeó, y el mayor soltó una pequeña risa.

"Si es igual de extravagante que tú me muero por conocerla." le respondió.

Taehyung hizo una mueca. "Ni de coña, que te enamoras. No necesito más razones para que mi padre me odie." se negó, sacudiendo la cabeza.

Jeon lo miró con una ceja alzada. "Parece que no soy el único aquí con el título de deshonra de la familia." quiso bromear, pero sus ojos estaban tristes.

"Oh, créeme que no." el rubio soltó una risa nasal. "¿Qué puede haber peor que un heredero maricón?" preguntó.

"Uno bisexual que se pasa la Gillette por el brazo cuando no estás en casa." rió el azabache, pero Taehyung no le devolvió la risa. El pelinegro lo observó, sus ojos lo miraban con sorpresa, y Jungkook apartó la mirada. "¿Demasiado pronto para contarte mis trapos sucios?" preguntó.

"Yo..." quiso empezar el mayor, pero Jungkook lo cortó.

"Si te preocupa encontrarme medio muerto en el baño puedes estar tranquilo. Llevo casi un año y medio limpio." lo tranquilizó.

"No es eso, imbécil. Iba a decir que te admiro mucho, gilipollas." le espetó, negando con la cabeza.

Jungkook sonrió. "Pues para admirarme tanto me has insultado dos veces en la misma frase." reprochó, sentándose sobre la cama, mirándolo de frente.

"En realidad han sido dos frases." lo corrigió el rubio. "Y claro que te admiro. Te admiro  porque a pesar de esa mierda, y de toda esa otra que estoy seguro que hay pero no me has contado, estás aquí. Eres muy valiente, Jungkook." le aseguró, mirándolo a los ojos con sinceridad.

Jungkook esbozó una sonrisa triste. "Eres la primera persona que me dice eso." confesó. "Y también eres la primera que no me pide que le enseñe el brazo cuando se lo cuento."

Taehyung negó con la cabeza. "No tienes que enseñarme nada. No porque yo te lo pida. Si vas a enseñármelas tiene que ser porque tú quieres que las vea, porque quieres contarme tu historia. Yo no tengo el derecho de reclamarte nada." le dijo, y Jeon se sintió en paz observando sus orbes.

"Me gusta hablar contigo." le confesó el pelinegro. "Me transmites confianza."

Taehyung sonrió en grande. "Me alegra oír eso." susurró. "También me transmites confianza, Jungkook." le aseguró, y Jeon le devolvió la sonrisa, recargando la espalda  contra la pared, todavía sentado sobre el colchón.

"Por cierto, he subido con el gran Min Yoongi en el ascensor." le informó, obviando por un momento la conversación anterior. "¿Cómo no me has dicho que tu amigo y el amor de su vida duermen en la misma habitación?" preguntó, con una mueca de indignación falsa.

"Coño, se me había  pasado. No sabía que eras tan cotilla, Jeon." se excusó, con una mirada divertida.

"Soy una caja de sorpresas." dijo el azabache, encogiéndose de hombros. "Y no soy cotilla, Kim. Me gusta estar informado."

Taehyung rió mientras negaba con la cabeza. "Dios, ¡eres peor que mi madre!" 

Jungkook lo miró incrédulo. "No sé cómo tomarme eso." se sinceró, observándolo.

El rubio se levantó de la cama, cogiendo algo de ropa y dirigiéndose al baño. "Puedes pensarlo mientras me ducho." aconsejó, antes de cerrar la puerta tras él.

Jungkook sonrió y se lanzó hacia atrás, haciendo chocar su espalda con el colchón.

Quizá los domingos por la tarde se volverían lo mejor del fin de semana.



 Butterfly [kookv]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora