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Aunque no quisiese admitirlo, para Taehyung fue un alivio saber que Jungsuk estaba en el hospital y que no volvería al instituto en un par de semanas. Sorprendentemente Paro no había delatado a Jungkook, así que este seguía en el instituto sin ningún problema.

"¿Estás nervioso?" preguntó la todavía Señora Kim, acariciando la mano de su hijo.

Taehyung asintió, mordiéndose el labio con nerviosismo. "¿Y si no firma?" preguntó.

Su madre negó con la cabeza. "Va a firmar, mi amor. En unas horas ese hombre dejará de ser mi marido, y tú y yo dejaremos de depender de él." aseguró.

El Kim menor no pudo evitar pensar en aquellos días en los que los tres fueron una familia feliz. No pudo evitar pensar que, de no ser por él, aún lo seguirían siendo.

"Mamá. Lo siento mucho." se disculpó, y la mujer lo miró con el ceño fruncido.

"¿Qué es lo que sientes, mi amor?" preguntó, y el rubio se encogió de hombros.

"Todo." habló. "He roto tu matrimonio y nuestra familia. He destrozado tu felicidad."

"Mi felicidad se destruyó en el momento en que ese monstruo te puso una mano encima." le dijo la mujer. "Mi niño, tú no tienes la culpa de nada. A ese señor se le olvidó algo muy importante: que es imposible luchar contra el amor."

"¿Crees en los "para siempre"?" preguntó Taehyung, y su madre asintió.

"Claro que sí." aseguró. "Creo que cada persona tiene a alguien a quien está destinado a amar, alguien moldeado perfectamente a su medida."

"¿Crees que papá era tu "para siempre"?" se arriesgó a preguntar, y su madre no pareció dudar ante su respuesta.

"No." respondió firme." Creo que hay personas que por desgracia no llegan a conocer a esa persona nunca, pero eso no significa que no la tengan. Si tu padre y yo hubiésemos estado destinados a pasar nuestra vida juntos él jamás te habría puesto una mano encima." le aseguró, y el rubio la miró con los ojos rojos.

No pudo evitar pensar en Jungkook ¿Sería él su para siempre?

"¿Estás pensando en ese chico?" su madre pareció leerle la mente, y el rubio negó con la cabeza, son las mejillas sonrojadas.

"No."

"Vamos, que te he parido, Taehyung." se burló, y el nombrado bufó. "Ese chico es bueno, mi amor. He visto sus ojos y como te mira. Mucho tengo que equivocarme para que él no sea el indicado para ti."

Taehyung miró sus manos, todavía sonrojado. "Ojalá lo sea." murmuró.

"Espero que estéis juntos por mucho tiempo." le dijo la mujer sonriendo, antes de acariciarle las hebras rubias.

"Todavía no hemos empezado." murmuró Kim con vergüenza.

"¿Y a qué esperáis?" preguntó la Señora Kim, y justo entonces la puerta sonó.

"Mira, se lo puedes pedir ahora." bromeó, antes de levantarse a abrir. No se sorprendió cuando vio al azabache al otro lado de la puerta, porque ella ya era plenamente consciente de su visita.

"Jungkook, pasa." pidió la mujer, haciéndose a un lado mientras el pelinegro la saludaba.

"Hola, Señora Kim."

"Llámame suegra."

"¡Mamá!" exclamó el rubio con las orejas rojas, y el pelinegro se carcajeó.

El azabache le besó la cabeza cuando pasó junto a él, y Taehyung bufó todavía sonrojado.

La madre de Taehyung se puso el abrigo y cogió su bolso, volviendo al salón mientras se lo colgaba al hombro.

"Os llamaré cuando salga." avisó. "Cielo, estate tranquilo, todo va a salir bien. Jungkook, siéntete en tu casa." ambos asintieron, y la señora Kim se despidió con la mano.

"Adiós, mamá."

"Adiós, Señora Kim."

Oyeron la puerta poco después, y Taehyung suspiró, acercándose al azabache. Este abrió los brazos, y el rubio se tumbó sobre su pecho. Jungkook lo rodeó con sus brazos y Kim cerró los ojos, dejando escapar una bocanada de aire que no sabía que estaba reteniendo.

"Eh, tranquilo. Estará todo bien. Tu padre firmará y tú y yo seremos muy felices." habló el azabache mientras le acariciaba la cabeza.

"¿Lo prometes?" preguntó, mirándolo con ojos brillosos, y Jen sonrió en grande.

"Lo prometo." aseguró, rozando sus narices en un movimiento suave que hizo que el rubio soltase una pequeña risita.

El rubio sonrió, y estiró los labios, pegándolos inocentemente a los del pelinegro.

Pasaron la tarde entre abrazos y caricias, mientras Jungkook trataba de distraer a Taehyung lo máximo posible, mientras esperaban la muy deseada noticia.

El Señor Kim no se había tomado nada bien el divorcio, y había intentado por todos los medios de hacer ver a Taehyung como el culpable de este. Pero la Señora Kim era una mujer de armas tomar, así que el hombre contaba entonces con una orden de alejamiento hacia su propio hijo y a punto de firmar una sentencia de divorcio con su primera y única esposa.

Aún así, el Kim menor vivía con el miedo en el cuerpo, temiendo que su padre tratase de atentar contra su madre o contra Jungkook. El azabache y él habían hecho una especie de pacto silencioso, posponiendo la oficialización de su relación hasta después de la sentencia, y a ambos los días se les hacían eternos. Estaban bien así, pero Jungkook estaba deseando presentar a Taehyung como su novio, y el rubio no podía esperar a restregarle por la cara a todos los imbéciles que lo habían dañado en el pasado lo feliz que estaba. Porque había encontrado a su príncipe azul en aquel azabache con tatuajes y ropa negra.

El silencio fue interrumpido entonces por el teléfono móvil del menor, haciéndolos saltar a ambos en su lugar. El rubio miró al mayor, que le devolvió la mirada con confianza.

"Vamos, cógelo." animó, y el rubio obedeció aturdido.

Descolgó el aparato con manos temblorosas, y Jeon podía ver como se mantenía estático, sin emitir una sola palabra. El pelinegro se temió lo pero cuando colgó el teléfono con una lágrima se deslizó por su mejilla, levantándose del sofá a la velocidad de la luz, pero Taehyung sonrió en grande asintiendo, y Jungkook sintió que jamás había sido tan feliz como en ese momento. 

Lo atrapó entre sus brazos eufóricos.

Su momento de estar juntos había llegado por fin.

















 Butterfly [kookv]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora