16

1.2K 155 2
                                    

Taehyung apenas durmió la noche del jueves, imaginando un montón de escenarios distintos en los que los padres de Jungkook no estaban contentos con su presencia. Suspiró, dando vueltas sobre el colchón topándose con la figura de Jeon en la cama frente a la suya. El pelinegro dormía pacientemente, con el cabello revuelto y los labios entreabiertos. Taehyung sonrió de forma inconsciente, observándolo respirar con tranquilidad mientras se escondía bajo las sábanas, tratando sin mucho éxito de conciliar el sueño.

Horas después, ya por la mañana, Jungkook le dio los buenos días de forma perezosa, frotándose los ojos mientras caminaba hacia el baño. Taehyung observó cómo los músculos de su espalda se movían bajo la tela de su camiseta, apartando la vista sonrojado cuando se dio cuenta de que llevaba más tiempo del normal observándolo. Era un adolescente hormonal al fin y al cabo, y Jungkook era muy agradable a la vista, así que nadie podía culparlo.

"Mi madre ha ofrecido que te quedes a dormir, dice que no quiere que te vayas de noche." el azabache devolvió a la realidad con sus palabras, y el rubio asintió rápidamente.

"Claro, vale. Tengo que pasar por casa a arreglarme y eso, ¿a las nueve, verdad?" preguntó, y Jungkook asintió.

A sus ojos Taehyung no necesitaba arreglarse, era extremadamente bonito con maquillaje, sin él, con ropa cara o con sus sudaderas extra grandes que lo hacían ver diminuto, haciendo que el azabache tuviese que contenerse para no lanzarse a abrazarlo, darle besitos y protegerlo del mundo.

"¿Necesitas que te recojamos?" preguntó, terminando de ponerse el abrigo.

El menor negó. "Nop, el padre de Jimin me lleva." le dijo, y Jeon asintió. "Me quiere más que el mío propio." quiso bromear.

"Porque el tuyo es un imbécil." le dijo encogiéndose de hombros, y Kim no pudo reprimir su sonrisa. "¿Nos vamos a clase?" preguntó, y Taehyung asintió poniéndose de pie, caminando tras el azabache.

Ese día para el rubio las horas se hicieron eternas, el hueco en su estómago era inmenso, mentiría si dijese que no estaba nervioso a morir.

"¿Por qué tienes esa cara de bulldog estreñido?" preguntó Jimin cuando llegó la hora de la comida.

El mayor lo fulminó con la mirada. "Imbécil." masculló con mala cara. "Voy a cenar en casa de Jungkook." le dijo, y Jimin abrió mucho los ojos.

"¡¿Cómo?!" exclamó el pelirrosa, y algunas personas a su alrededor se giraron con sorpresa. Park se sonrojó al momento.

"Lo que oyes. Sus padres quieren conocerme." le dijo, encogiéndose de hombros.

"¿Así que cena con los suegros, eh?" inquirió el menor, con una ceja alzada.

"¿Sabes con quién puedo cenar la semana que viene?" le preguntó el rubio sonriendo. "Con tu puta madre." escupió, dirigiéndose a la mesa de siempre con el pelirrosa pisándole los talones.

"Pero bueno Kim, ¿por qué traes esa cara?" preguntó Yoongi riendo.

El menor bufó. "Tú también no, Min. A Jimin solo lo he insultado porque lo quiero mucho, pero tú igual te comes el tenedor." advirtió, viendo a Jeon sonreír divertido frente a él.

Min levantó las manos con falsa inocencia y la comida siguió su curso tranquila.

Algunas horas después Taehyung se bajaba del coche del Señor Park, aparcado frente a su casa, para recoger algunas cosas. "No tardo nada." prometió, cerrando la puerta del vehículo y caminado hasta la casa. Agradeció mentalmente cuando la encontró vacía, subiendo hasta su habitación y entrando directo a la ducha.

Apenas media hora después el rubio salía por la puerta en tiempo récord, vestido, peinado, maquillado y con una bolsa negra de piel en su mano derecha.

"Listo. Podemos irnos. Perdón por la espera." dijo, con las mejillas un poco  rojas por la vergüenza de haberlos hecho esperar.

"Vámonos entonces." habló el hombre, antes de arrancar el coche.

El rubio jugaba con sus manos en su regazo, mordisqueándose el labio con nerviosismo ¿Y si no los agradaba? Se preguntaba. El pelirrosa sentado a su lado fue consciente de la crisis interna de su amigo, agarrándole la mano en señal de apoyo.

Taehyung se bajó del coche unos quince minutos después, soltando una gran bocanada de aire y observando la casa frente a él. "Gracias por traerme, Señor Park. Nos vemos el domingo Minnie." se despidió, sin prestar mucha atención a la despedida contraria, observando como el vehículo desaparecía calle abajo poco después.

Llegó hasta la puerta con pasos indecisos, pulsando el timbre con la mano derecha y escondiéndola después en el bolsillo de su abrigo. Segundos después, Jungkook apareció al otro lado de esta, y Taehyung casi se queda sin aire.

El azabache llevaba la frente despejada, con el flequillo cayéndole elegantemente por los lados, vestía camisa negra y pantalones apretados del mismo color, y sus orbes penetrantes lo observaban con un brillo que Taehyung jamás había visto en ellos.

Jeon tampoco se abstuvo de observar al contrario. El pelo rubio le caía despreocupadamente sobre la frente, sus ojos lucían una ligera pero brillante sombra rosácea que los hacía ver más delicados, bajo su largo abrigo negro había una camisa blanca y un collar que caía sobre sus clavículas, haciendo juego perfectamente con sus pantalones negros de vestir.

"Hey, pasa." indicó el pelinegro haciéndose a un lado, y el menor asintió, cruzando el umbral de la puerta con timidez. "Ven, dame el abrigo y la bolsa." pidió, y Taehyung obedeció, viendo como el pelinegro colgaba su abrigo en el perchero de la entrada y desparecía con la bolsa entre sus manos, Kim supuso que para llevarla hasta su cuarto.

Apenas tuvo tiempo de analizar la estancia cuando una mujer de cabello negro y ojos brillantes apreció frente a él.

"Tú debes de ser Taehyung."afirmó, extendiéndose a abrazarlo.

El rubio asintió, devolviéndole el abrazo. "Y usted la madre de Jungkook." habló, viendo como la mujer asentía, sonriente.

"Pero pasa, hijo. No te quedes ahí." un hombre que supuso sería el padre del azabache apareció también, y guiado por la Señora Jeon, el rubio llegó hasta el salón, tomando asiento tímidamente a la mesa.

Minutos después, Jungkook apareció también, tomando asiento a su lado, sonriendo de forma brillante.

La señora Jeon podía asegurar que hacía mucho tiempo que no veía a su hijo sonreír de una forma tan pura y sincera.

 Butterfly [kookv]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora