.CAPÍTULO CINCO.

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Capítulo cinco: "El segundo curso inicia"

En Flourish & Blotts, las mujeres del mundo mágico presentes en la instalación suspiraban con anhelo y arreglaban sus cabellos esponjosos embadurnados en colonia, todas ellas formando una extensa fila que Draco Malfoy juraba llegaba hasta el Callejón Knockturn. Si bien Draco había entendido, el fanfarrón escritor de biografías, conocido por el nombre de Gilderoy Lockhart, estaría firmando ejemplares durante lo que quedaba de aquella tarde y no quería perderse tal diversión. Observar como las mujeres se empujaban y tiraban del cabello sólo para poder llegar primero hasta el hombre le parecía de lo más ridículo, no podía creer que el estándar fuera tan bajo.

De todas formas necesitaba entretenerse con algo, su padre Lucius Malfoy lo había dejado por su cuenta nuevamente para llevar a cabo algún que otro nuevo negocio dentro de los confines del callejón. Draco sabía bien aunque prefería hacerse el desentendido, su padre ya no trabajaba para el Señor Tenebroso dado a que su trabajo como mortífago había caducado hace años, el poderoso hombre de cabello blanco estaba allí con su hijo no para comprar sus materiales de la escuela, sino porque debía deshacerse de reliquias y venenos peligrosos que el Ministerio de Magia no aprobaría, tratándose ahora de evitar la nueva ola de redadas que Arthur Weasley estaba llevando a cabo en su departamento.  El muchacho debía encontrar algo con lo que divertirse en medio de tantos libros hasta que su padre acabara con sus asuntos, y aquel hombre mentiroso de capa ornamentada que juraba haber hecho todas las aventuras inventadas de sus libros había sido para él la oportunidad perfecta de distracción.

Su vista era espectacular desde el segundo piso, no paraba de reírse una y otra vez de las niñas sonrojadas que rodeaban a aquel bueno para nada de Lockhart, estrechando los libros del hombre contra sus corazones como magdalenas enamoradas. Con sus brazos recostados contra la barandilla y su barbilla sobre ellos, casi podía conciliar el sueño si así lo quería, aunque por nada del mundo se perdería ni un momento bochornoso de la firma que estaba llevándose a cabo en el piso inferior.

Los flashes invasivos del fotógrafo de "El Profeta" lo hacían parpadear reiteradas veces, haciendo que sus ojos ardieran a causa de la luz cegadora; Aún no lograba comprender porque tanto escándalo por aquel arrogante. 

El padre de Annabelle Cuffe Port también estaba allí, simulando ser del agrado del aclamado escritor para probablemente conseguir alguna entrevista que pudiera alterar a su gusto para llamar la atención de los lectores cotilla de su diario. Le resultó raro a Draco, sin embargo, que su hija no se encontrara ahí con él, ya que por como era Annabelle, de seguro querría hacer uso de los beneficios que se le eran obsequiados por ser la hija del editor del Profeta y posando para varias fotos con el aclamado escritor.

-No puede ser.- el bufón vestido de azul dejó de posar para la cámara por un milisegundo, su vista se entornó curiosa en dirección a un pequeño mago que intentaba esconderse sin llamar demasiado la atención, estaba sucio y sus prendas corroídas por las cenizas de la chimenea de los Weasley no le ayudaban en la tarea de pasar desapercibido.- ¡Pero si es Harry Potter!

- ¡Harry Potter!- Barnabas Cuffe Port dejó su café tibio sobre un montón de libros, encargándose de tomar al muchacho de la túnica con sus grotescos brazos para lanzarlo a los brazos de Gilderoy. Sería una maravillosa portada para su diario, el niño que vivió y el escritor que lo hacía ganar millones de galeones.- ¡Una fotografía de los dos!

- ¡Para la primera plana!- agregó el escritor sediento de fama, aprisionando a Harry debajo de su brazo como si se conocieran de toda la vida.- Damas y caballeros, que extraordinario momento es este. Cuando Harry entró a Flourish  & Blotts esta mañana para comprar mi autobiografía titulada "Mi yo mágico"...

UNA ROSA NEGRA {DRACO MALFOY}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora