Capítulo siete: "Merecido y recompensa"
Dos pares de pisadas apresuradas contra los pequeños escalones de loza de la Torre de Defensa contra las Artes Oscuras retumbaron entre las húmedas paredes, resultando ser el único sonido perteneciente al tercer piso. Un alto niño de cabello azabache y su fiel amiga pelirroja lucían las mejillas sonrojadas a causa de sus corridas apresuradas por los extensos pasillos desérticos. A Finnegan Toddley le había parecido una excelente idea practicar Quidditch durante el horario del almuerzo, y aquello le había costado al par de Slytherin un excesivo retraso para su primera clase de Defensa contra las Artes Oscuras. Finn no dejaba de tirar de la túnica de su amiga para incitarla a continuar, pero la pequeña muchacha parecía haberse rendido ante el intento por ser puntual. A su lado, los inmensos ventanales del pasillo del tercer piso le brindaron a Artemisa Rosier una vista de lo más encantadora, el cielo color dorado y arrebol de la tarde siempre le había parecido un espectáculo.
- ¿Crees que nos suspenderán?- la pelirroja tenía el ceño levemente fruncido intentando recuperar el ritmo, acurrucaba algunos de los libros de Gilderoy Lockhar contra el pecho, para que estos no se le cayeran por el camino. No sabía porque el condenado hombre les había encargado tantos libros y solo esperaba no tener que leerlos todos, ni siquiera logró que entraran todos en su morral y no le encantaba la idea de tener que traerlos todos a cada clase que tuvieran.
- Dime, ¿Cuántas veces nos han suspendido cuando estás conmigo?- la interrogante del egocéntrico Finnegan Toddley podía responderse fácilmente, dado a que con sus dotes de niño ejemplar, tenía una habilidad nata para convencer a cualquier profesor hasta con la excusa más sencilla. Si en alguna ocasión llegaban tarde, el muchacho de ojos como el mar y sonrisa encantadora solo necesitaba decir algo como, por ejemplo, "la escalera cambió de sitio" y aquello bastaba para que le creyeran.- ¿Es que no confías en mi encanto, Arty?
- No me gusta Arty, ya te lo dije.
La pelirroja había aprendido, con el tiempo, a desarrollar un particular odio sobre aquel sobrenombre. Desde que Finn la había integrado en su grupo de amigos, los cuatro la habían bautizado de esa forma gracias a Blaise, quien siempre recalcaba que por la forma en la que actuaba y vestía, se asemejaba más a un niño.
- Si Blaise te dio un apodo es porque ya te tiene cariño, así que acostúmbrate.- la sonrisa perlada con la que Finn acompañaba su galantería era un soborno, siempre que quería salirse con la suya, resolvía todo tipo de situación regalando sonrisas socarronas que podían convencer a cualquiera de que se trataba de un buen muchacho.
En el interior del aula 3C reinó el silencio en cuanto el Slytherin de cabello oscuro se hizo paso entre los asientos, dándole un pequeño portazo de gracia a la pesada puerta de roble. A sus espaldas, intentando pasar desapercibida, Artemisa le seguía el paso firme y erguida.
Los alumnos ya presentes de Gryffindor y Slytherin murmuraron entre ellos acallando las risas, quizá imaginando el bochornoso castigo que Gilderoy Lockhart les daría por aquellos quince minutos de tardanza a los recién llegados. Sin embargo, por muy extraño que al par de serpientes les resultó, el profesor los recibió con una gran sonrisa desde su escritorio repleto de autorretratos.
- Pero qué agradable sorpresa, veo que han estado corriendo para no perderse mi clase...¡Me halagan!- el hombre vestía de un dorado incandescente que a Artemisa le pareció ridículo, su túnica también contaba con excesivos lazos, brillos e inclusive una grotesca camisa con encaje.- Déjenme presentarles a su nuevo profesor de Defensa contra las Artes Oscuras, yo. Gilderoy Lockhart, caballero de la Orden de Merlín, tercera clase, miembro honorario de la liga de Defensa contra las Artes Oscuras, y cinco veces ganador del Premio a la Sonrisa más Encantadora, otorgado por la revista Corazón de Bruja...pero no quiero hablar de eso. ¡No me libré con mi sonrisa de la banshee que presagiaba la muerte!
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UNA ROSA NEGRA {DRACO MALFOY}
FanfictionArtemisa Rosier carga con un apellido temido por la comunidad mágica. Siendo solo una huérfana a causa de la copilada muerte de ambos padres, Artemisa es puesta en manos de familiar en familiar, hasta acabar con una de las mortífagas más peligrosas...