Capítulo diecinueve: "La luz de Remus Lupin"
La primera clase de Defensa contra las Artes Oscuras del año había dado comienzo en un salón vacío, en el que un puñado de estudiantes se preguntaba que función cumplía el armario que reposaba al medio de la habitación. Draco había decidido no seguir a la muchedumbre y permanecer al final de la clase, junto a sus amigos y a Pansy, quien no dejaba de intentar acercarse nuevamente a él y preguntandole que qué hacía Artemisa Rosier visitándolo en la enfermería, interrogante que él supo ignorar a la perfección. Frente de todo el conglomerado de curiosos alumnos, junto al bueno para nada de Harry Potter, se encontraba Artemisa Rosier.
La pelirroja no hablaba con nadie y tenía la hundida mirada perdida, a pesar de que Millicent Bulstrode estuviera parloteando sin cesar a su lado acerca de quien sabe qué. Draco se preguntó si la ojimiel había tenido tiempo o intenciones de leer su poema, ya que al parecer la muchacha seguía aplicándole la ley del hielo a pesar de tener en su cuello nuevamente la bufanda esmeralda que Draco le había devuelto. La noche en la que se había dispuesto a devolverle la prenda perdida, durante la que se infiltró a la habitación de la pelirroja usando a Pansy como cebo ya que la azabache era su compañera de habitación y le daría entrada al apuesto rubio, había pasado horas en vela frente al imponente escritorio de la sala común. Entrada la madrugada, se había tomado la molestia de rodearse de velas y poemarios, intentando componer un poema que fuera lo suficientemente bueno para que Artemisa Rosier lo perdonara.
Al parecer, no había servido en lo absoluto. La muchacha estaba completamente ida, no hacía sociales con nadie ni reía junto a Finnegan Todley como le era costumbre, no anotaba todo lo que veía en su cuaderno de clases o levantaba la mano para dejar a todos humillados con su sabiduría. Sus ojos ahora eran decorados por notorias ojeras negras que no cubría con maquillaje como las otras chicas, su boca se mantenía en linea recta sin dejar a la luz esa perlada sonrisa suya que tanto la caracterizaba. Estaba claro que dado a su condición, no tendría tiempo para preocuparse por algo tan tonto como el poema de Draco. La ojimiel parecía un fantasma, una entidad que asistía a clases o se mantenía despierta solo por obligación, incluso en los entrenamientos de Quidditch parecía ida de si misma, golpeando a todos con fuerza bruta y logrando jugadas sucias y peligrosas. La adolescente parecía estar llena de odio, y Draco no tenía intenciones de averiguar a que se debía y donde la muchacha ponía en práctica sus violentas actitudes.
El rubio ojigris bajó la mirada apenado en cuanto Pansy notó como no le quitaba la vista de encima a la otra Slytherin frente a la clase, no tenía sentido enojarse o frustrarse por el fracaso de su tan elaborado poema o de la pelea que habían tenido en el puente cubierto. Artemisa ahora necesitaba tiempo a solas para tragar las noticias recientes, su vida estaba yendo en picada y Draco solo podía esperar a que las cosas mejoraran pronto para ella.
- Impresionante, ¿no creen?- el nuevo profesor bajó las escaleras de su despacho rápidamente, estaba contento y energético por su reciente puesto en la escuela.- ¿Alguien quiere adivinar que hay allí dentro?
La clase mantuvo el silencio por unos momentos, Remus Lupin cruzó los brazos frente al pecho y clavó la curiosa mirada en dos alumnos que le llamaron la atención. Harry yacía al frente, acompañado siempre de sus dos más grandes amigos, quienes también habían estado con él durante el ataque de los dementores en el tren. Luego estaba la muchacha pelirroja que tanto intrigaba al profesor; si mal Remus no recordaba, aquella Slytherin de ojos tajantes había sido la misma quien conjuró el patronus del oso pardo en el vagón, salvando así al hijo de los Malfoy.
Tenía total razón, era como ver a Lily Evans rondando una vez más por los pasillos de Hogwarts, y que estuviera a un lado del hijo de su mejor amigo no le hacía al profesor las cosas más fáciles. Si entrecerraba los ojos, era como ver a James y a Lily juntos otra vez.
ESTÁS LEYENDO
UNA ROSA NEGRA {DRACO MALFOY}
FanfictionArtemisa Rosier carga con un apellido temido por la comunidad mágica. Siendo solo una huérfana a causa de la copilada muerte de ambos padres, Artemisa es puesta en manos de familiar en familiar, hasta acabar con una de las mortífagas más peligrosas...