.CAPÍTULO DIECIOCHO.

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Capítulo dieciocho: "El tiempo de la inocencia ha llegado a su fin".

Severus Snape se caracterizaba por ser un hombre ingenioso, un mago que aunque pareciera callado e inofensivo podría estar leyendo tu mente aún con tus labios sellados. Para un estudiante, tener que dirigirle la palabra al profesor de Pociones generaba tanto o más miedo como tener que entrar al bosque prohibido en plena medianoche. El hombre de vestimenta oscura no paso por alto el hecho de que Artemisa Rosier y Draco Malfoy se encontraran en aquel instante juntos dirigiéndole la palabra al profesor de reputación más temible, los presentes en el gran comedor no les despegaban la mirada ni a los jóvenes ni a él y estaban comenzando a sospechar. Severus se armó del valor suficiente para seguir fingiendo enfado y desinterés, tomando por los brazos al par de estudiantes curiosos y arrastrándolos por los pasillos de entre las mesas, hasta que estos acabaron fuera del comedor con los codos entumecidos a causa de la fuerza de su agarre.

Nadie, ni siquiera el fisgón hijo de la aclamada Lily Potter, debía saber acerca de su cargo como tutor de Artemisa Rosier sino quería que, como reprimenda, el muchacho de la cicatriz comenzara a hacer preguntas que le eran muy difíciles de entender aún.

Los tres llegaron prontamente al patio desolado, y para su ventaja, no había ningún mago o bruja a causa de la predominante tormenta que teñía el cielo de un gris mucho más oscuro que el de los ojos de Draco. Allí, en una pequeña esquina oculta a la vista de cualquier fisgón, les indicó que ahora si tenían permitido hablar.

- Tienen cinco minutos, la clase de pociones está por comenzar.- y además, entre más rápido comenzaran a hablar menos sospechas levantarían y menos riesgos de ser vistos correrían.

Ambos dos serpientes intercambiaron una mirada de incertidumbre encontrando en sus mentes alguna forma no tan invasiva de ahondar en sus linajes, sin que Severus sospechara de sus pequeñas investigaciones.

- Creo tener parentesco con Black.- la pelirroja sintió las miradas de ambos dos arder sobre ella, más sin embargo, no se dejó intimidar.- Y si tomamos en cuenta que Draco es su sobrino...

Snape comenzó a agitar sus manos con desdén, intentando convencerse de que aún contaba con tiempo suficiente para desviar la atención de los muchachos. No eran estudiantes corrientes, sin embargo, eran ingeniosos y calculadores a pesar de los trece años con los que contaban. Subestimaba jóvenes a menudo, y eso era algo que Severus tenía que arreglar.

- ¿Por qué creen que yo sé algo acerca de lo que quiere Black con sus sórdidas familias?

- Tú eres mi tutor.- la chica lo descubrió instantáneamente al percibir cierto nerviosismo en el hombre, conectando los puntos casi de inmediato. Severus era el único candidato en aquella escuela que podría conocer a su tía para que esta le cediera el cargo de tutor, confiando plenamente en él. Era al único que había visto en la mansión Lestrange más de una vez, y si bien Artemisa no creia en las coincidencias, aquella era sin duda muy grata.- Tú conoces a mi tía, lo sé.

- Vaya, ¿por qué me sorprende que tu tía haya tenido total razón?- Severus fijó la mirada en aquellos singulares ojos mieles, quería lograr intimidarla, pero no lo conseguía.- Eres tan entrometida como ella te describió...me permitiré agregar insufrible también.

- ¡Oiga!- la pelirroja se enfurruñó, aquello le había causado tanta gracia a Draco que, aunque intentara cubrir su sonrisa socarrona detrás de sus manos, su risa lo terminó por delatar.

- Lo siento, pero me temo que por más que me emocione la idea de ayudarlos, no puedo hacerlo. No conozco las intenciones del prófugo Black pero estoy casi seguro de que no tienen que ver con ninguno de ustedes dos.

UNA ROSA NEGRA {DRACO MALFOY}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora