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ARIS
- Y por favor, no tomen nada que un extraño les ofrezca; mejor ni tomen alcohol chamacos, todavía no tienen edad para esas cosas- repetía el padre de mi mejor amigo mientras estacionaba la burra algunas calles atrás de dónde era la fiesta.
- Si papancho, ya entendimos- Temo giro los ojos, mientras que soltaba una risita
- Cuidadito con esos ojos Cuahutémoc- advirtió el adulto.
- Ya perdón, ¿Podemos ir a la fiesta ya? -
Pancho soltó un suspiro y asintió; ambos sonreímos emocionados, baje de la burra para después ayudar a Temo cargando lo por unos segundos para después dejarlo delicadamente en el piso, ambos gritamos un adiós y empezamos a caminar algo rápido.
- ¡Regreso por ustedes a las dos! ¡Cualquier cosa me hechan un teléfonazo!- se escuchó el grito de Pancho mientras arrancaba la camioneta.
- Yo creo que a la próxima nos venimos en Uber Temo- reí mientras pasaba mi brazo sobre sus hombros y el solo soltó un suspiro.
- Lo siento Ari, sabes que suele ser muy protector conmigo- mientras más caminábamos la música de la fiesta se escuchaba más fuerte.
- No tienes por que disculparte. Mi mamá es igual o peor- ambos soltamos una carcajada, sabíamos que era verdad.
- Aún no se cómo convenciste a Polita de que te dejará venir- me dió un suave empujón, el cuál yo le regrese pero un poco más fuerte haciendo lo tropezar un poco.
- Fácil- lo mire- le dije que tú ibas, y que no te podía dejar solo en una fiesta así- el castaño a mi lado sonrió. A decir verdad si le dije eso a mi mamá, no me perdonaría si algo le pasaba a Temo.
- Que inteligente saliste ahora Aristocles- soltó una risa y yo solo lo mire indignado.
- Oh cállate y camina, o nunca llegaremos- tome su brazo para apegar lo más a mi cuerpo.
Cuando llegamos a la casa donde se están haciendo la fiesta, pudimos notar muchas luces de colores saliendo por las ventanas, la música a un volumen ensordecedor y el bullicio de la gente. Voltee a ver a Temo y ambos sonreímos; se veía que la noche iba a ser muy buena.
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