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NARRADOR
Los chicos estaban cursando su segundo año de preparatoria, se podría decir que sus compañeros ya no le daban tanta importancia a que fueran pareja, algo que Aristóteles agradecía; ya que en su primer año fue suspendido en dos ocasiones por haberse peleado con cualquiera que le faltara el respeto a su novio, o a su relación. Pero al ser suspendido en previas ocasiones, no podía seguirse arriesgando, tendría una mancha muy grande en su historial académico, lo cual le impediría ir a la universidad en la Ciudad de México.
Aunque, ¿podrá Aris evitar los problemas?, ¿incluso cuando su príncipe azteca está involucrado?
TEMO
Hoy llegue más temprano de lo usual a la escuela, no había terminado mi tarea ayer, y quería acabarla antes de que empezaran las clases. Pase a mi casillero a recoger algunos libros que necesitaba, pero cuando abrí la puerta, un papelito doblado cayó al piso, me agache para recogerlo, mire a mi alrededor extrañado, pero no había nadie cerca. Desdoble el papel y tenía algo escrito...
"No soy muy bueno con las palabras, pero por ti hago el intento. Solo quiero decirte que me encanta tu sonrisa, y yo haría lo que fuera para mantenerla. Atte: A"
Sonreí al acabar de leerla, me encantaba cuando Aris me escribía notas; volví a doblar la hoja y la guarde entre uno de mis cuadernos y empecé a caminar a mi salón de clases; tenía esperanza de que el rizado ya se encontrara allí, pero cuando llegue al salón estaba vacío, lo que llamo mi atención fue el ramo de rosas sobre mi escritorio.
Me acerque a el algo extrañado, otra nota se encontraba al lado de las flores "para Temo" decía. Las tome un poco confundido, y las acerque a mi nariz para olerlas un poco.
- Hola tahi- di un brinco en mi lugar- perdón, no quería asustarte. Llegue apenas y supuse que ya estabas en el salo...- cuando me di la vuelta para poder verlo, aún con las flores en mis manos, él dejo de hablar.
- Hola amor- sonreí- gracias por las notas y las flores- di unos pasos para besar su mejilla, pero me detuve al ver su cara de confusión.
- Eh, yo, yo no deje esas notas- respondió serio- ni las flores; yo se que tus favoritas son los girasoles, no las rosas- gruño molesto. Yo no podía estar más confundido.
Dirigí mi vista a las flores, sabía que algo estaba raro... Aris siempre que me regalaba flores, eran girasoles. Deje las rosas sobre mi banca y regrese mi atención a mi chico, el cual se encontraba con la mirada en el piso, con el ceño fruncido.
-Ricitos, ey- lo tome delicadamente de las mejillas para que me viera a los ojos- no le des importancia, no pasa nada- acaricie su cara y el puso su mano derecha sobre la mía.
- Lo sé, solo me molesta que alguien te regale flores con otras intenciones- soltó un suspiro y se separo cuando más personas entraron al salón. Se que este tema le esta afectando, por que en todas las clases se quedo mirando su cuaderno distraído.
