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NARRADOR
Un adolescente, y dos niños algo parecidos... se encontraban caminando en una de las bibliotecas más grandes de la Ciudad de México. El mayor acompañaba a sus hermanos a encontrar unos libros que necesitaban para su tarea de historia; ya que al parecer la maestra de sus calcomanías era una señora de edad avanzada que no creía en la información que se obtenía del internet, decía que era un tipo de brujería... en fin. Temo iba tan concentrado intentando encontrar el área de "historia de México", que no se dio cuenta que sus hermanos habían empezado a correr, pero cuando escucho golpe volteo asustado.
Temo no esperaba encontrar a sus hermanos parándose rápidamente del piso, repitiendo a la par la palabra "perdón". Habían tirado a un chico de complexión delgada, alto, y con un bonito pelo rizado. El castaño se apresuro a ayudarlo, ya que este parecía bastante confundido mientras miraba fijamente al piso, recogiendo los libros que llevaban.
-Perdón- repetía Lupita una vez más, aun sin recibir respuesta del chico que habían tumbado al piso. La castaña, junto con su mellizo decidieron ocultarse atrás de su hermano mayor, por cualquier cosa.
-Lo sentimos déjame ayudarte- Temo se agacha junto al chico y empieza a recoger algunas de las cosas que llevaba, cundo termino de las extendió. El chico lo tomo sin siquiera mirarlo, ni agradecer. Lo cual a Temo le pareció algo grosero. – De nada eh- murmuro entre dientes, ambos se levantaron del piso, y el castaño estaba por darse la vuelta para seguir caminando junto con sus hermanos, pero el chico lo tomo de su brazo con algo de fuerza para detenerlo.
Cuando lo volteo a ver, el rizado le hizo una seña de que si lo podría esperar un momento. Tomo un cuaderno que llevaba y en una hoja al azar empezó a escribir algo. El castaño lo miraba curioso, esperando a que pasara algo, pero más grande fue su sorpresa cuando el chico le extendió su cuaderno para que pudiera ver lo que escribió.
"Lo siento, soy sordo. Gracias por ayudarme a recoger mis cosas. Y diles a los pequeños que no se preocupen". Temo lo miro impresionado, y el rizado le regalo una sonrisa nerviosa, la cual el menor de altura respondió con una sonrisa amable. El chico extendió su mano para tomar su cuaderno y volver a escribir algo en él. Cuando acabo, le devolvió el cuaderno a Temo, pero esta vez junto con un lápiz.
"Me llamo Aristóteles, pero puedes decirme Ari. ¿Tu como te llamas?" Temo miro el nombre de chico con sorpresa, y el pensaba que tenia un nombre... muy poco usual. Ari soltó una risa nasal cuando vio la cara del chico castaño al leer su nombre, él solo se limito a asentir con la cabeza mientras veía al chico escribir su respuesta.
"Un gusto Ari. Me llamo Cuauhtémoc, pero puedes llamarme Temo" Fue lo que el rizado leyó cuando le devolvió su cuaderno.
Ambos sabían que no seria la primera, ni la ultima vez que se verían. A Aristóteles le había llamado la atención desde que lo tomo del brazo, y pudo respirar el dulce, pero no empalagoso aroma que desprendía; pero cuando se giro y pudo ver sus ojos, esos enormes ojos cafés se perdió por completo; usualmente el no solía dar explicaciones de su condición, pero no quería que el castaño se fuera sin saber su nombre.
Mientras que Temo, también le había llamado la atención el rizado. Su rosto parecía una estatua griega, su mandíbula era fuerte y afilada, sus ojos profundos, y ni hablar de su cabello. Claro que no iba a ser la última vez que se verían.
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1/3
Wolaaaa, ¿qué opinan? super cortito yo se :(
Quería hacer todo en un solo capitulo, pero me iba a tardar bastante y por la universidad no me da tanto tiempo. No quería dejarles sin algo que leer... entonces decidí dividirlo en tres. Es una idea que me gusto bastante y espero que a ustedes también.
