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ARIS
–¡Te extrañe tanto! – soltó Temo aún en los brazos de ese roba casi novios. Solo pude sentir el sudor frío bajando por mi espalda, y un dolor punzante en mi pecho.
–y yo te extrañe a ti¬– él extraño apretó más su agarre al cuerpo de Temo.
¿Qué acaba de pasar?
¿Temo solo estaba... jugando conmigo? No... él no seria capaz de algo así... ¿o sí?
Seguía viendo como ambos chicos se abrazaban, estaba a punto de darme la vuelta para desaparecer de ahí, cuando la voz del extraño llamo mi atención. Al fin había soltado a mi castaño.
–¿No vas a presentarme a tu...– me miro como si intentara descifrar algo– amigo? – la última palabra que salió de sus labios la sentí como un golpe en el estómago; porque, es decir, si soy amigo de Temo, pero pensaba que éramos algo más que amigos.
Mis ojos y los de Temo se reencontraron, supe que mi mirada reflejaba mi dolor porque rápidamente el menor se acercó y me abrazo.
–¿Qué paso? – susurro en mi oído, haciendo que una corriente eléctrica recorriera mi cuerpo. Me separe de su abrazo, y Temo frunció el ceño.
–Eh... no, nada– dejé un pequeño apretón en su mano y sonreí forzadamente.
–Bueno, ya que aquí Temo no me va a presentar lo are yo– el chico extendió su mano para saludarme, dude un poco pero acepte el saludo – me llamo Diego, mejor amigo de Temo, ¿tú eres...?
Mejor amigo, mejor amigo, mejor amigo...
Esas palabras se repetían una y otra vez en mi mente, y cuando por fin mi cerebro logro procesarlas un sonrojo no tan notable llego a mis mejillas. Santo Jesús wey, yo ya me estaba haciendo ideas que no eran, ya había tirado por la borda el resto de los pasos.
–él es Aristóteles– respondió Temo por mí, ya que yo me había quedado en completo silencio tratando de procesar la escena de celos que estaba a punto de montar.
Note como Diego dirigía sus ojos a Temo, parecía que se comunicaban con la mirada ya que lo único que pude notar fue que:
1.Diego miro a Temo.
2.Temo se sonrojo, bastante.
3.Diego puso una expresión rara en su cara, como si estuviera sonriendo... creo.
–Así que tu eres el famoso "Aris" – el extraño amigo de Temo regreso su mirada a mi – eh escuchado muchas cosas sobre ti.
–Oh, yo no había escuchado nada sobre ti. – Temo me volteo a ver como si hubiera acabado de pisar a su perro.
–Auch, y yo que pensaba que teníamos algo especial Cuauhtémoc– y otra vez el dolor en el pecho regreso.
–Ya Diego; si no le había contado nada a Aris sobre ti, es porque se suponía que tu llegabas la próxima semana y así los iba a presentar.
