Federico no entendía aquello que estaba filmando, apreciando, una alumna subiéndose la saya con el maquillaje y el lápiz labial corrido, mientras el profesor de historia se ponía sus pantalones, con el lápiz labial de ella marcado completamente sobre su rostro. La alumna sale corriendo por la puerta asustada mientras el profesor atemorizado observa. Sin decir una sola palabra solo miraba a la cámara y a su portador de forma incesante. Una vez detenida la grabación, el profesor le intenta arrebatar esta. Pero tan aferrado estaba su portador que apenas lograba separarla centímetros. Enojado empuja al susodicho y avanza hacia el aula donde comenzaban las clases, siendo perseguido a grandes esfuerzos.
Una vez en el aula Federico continúa observándolo con cierta extrañeza marcada en su rostro, sin embargo, se marcó aún más al observar su libreta en un gabetero del profesor. Con veloces movimientos lo retira de ahí, desatando cólera en el profesor quien amaga con pegarle, pero seguidamente reflexiona y le intenta retirar esta, acto que realiza con tanta fuerza que termina lanzando el muchacho sobre el suelo.
Tal situación había sido filmada por su compañero de equipo Erdwin, quien sonreía observando al agresor para seguidamente decir:
—Devuélvasela, es la libreta perdida de él, ciertamente no la tenía ningún alumno, será divertido ver el rostro del director al notar que el ladrón era de quien más confianza teníamos. Que decepción.
En ese instante interviene la muchacha que había sido filmada en el local del profesor:
—Entrégale la libreta de una vez. No vale la pena –al escuchar tales palabras Franchesca se vuelve con rostro extrañado.
Dadas las circunstancias y el alboroto en que se estaba tornando el aula el profesor se vio en la imperiosa necesidad de devolver la libreta alegando ante todos que él no la ocultó. Tras esto Erdwin le rebatió con argumentos sólidos que lo hicieron temblar, pero alguien saltó entre toda la multitud, anunciándose como culpable.
—¡He sido yo! –gritó Franchesca a toda voz deteniendo cientos de acusaciones que le precedían– me vi obligada a esconderla ahí, sabía que era el único lugar donde no registrarían. Y sí la tenía el día que me revisaron –tras esa afirmación todos comenzaron a preguntarse ¿Cómo? – Mi mochila poseía un fondo falso.
Tras las siguientes palabras guardadas en su cámara Erdwin le pronosticó sus últimos días en esa escuela, sin embargo, Federico de buena fe le dijo:
—Perdónala, ella cometió un mal acto, como todo humano merece perdón y una segunda oportunidad. Pocos saben perdonar sin olvidar, sin rencores recordar. Muestra misericordia, todos pueden cambiar, hasta el árbol torcido renace de su tronco cortado para intentarlo una vez más.
Franchesca —No necesito la lástima de un inválido que solo representa un peso para los que le rodean.
Federico sonríe mientras contenía las lágrimas:
—Ese odio, solo te destruirá, ese juzgar solo hará que te juzguen más aún, ese sentimiento oscuro te llevará más allá de las energías que me dejaron inválido. Yo te perdono y tal como yo lo hice Erdwin lo hará.
Franchesca roja de cólera grita:
—Yo no necesito vuestro perdón, ni vuestra lástima, vamos denúncienme con el director si tienen lo necesario.
Más calmado por aquellas palabras, pero con cierta tristeza le advierte:
—El orgullo, ese te destruirá, es como un cuerpo generando su propio veneno, una y otra vez.
Ya fuera de sí la chica a pasos veloces se aproxima a Federico cambiando de rumbo hacia la puerta antes de llegar a él. Durante el recreo observa a la muchacha que había filmado hablando con Franchesca, quien parecía enojarse más mientras más escuchaba. En cuestión de segundos abate la silla contra el suelo y corre a Federico quien desesperadamente busca la libreta mágica, entonces recordó habérsela dado a Erdwin para que la cuidase hasta la salida.
Una vez parada frente a él la presunta amenazante le pregunta:
—¿Qué tienes en contra de mi amiga Susan? ¿Por qué el acoso y agresión a su persona?
Federico arquea una ceja y levanta la mirada
—¿Yo? ¿Acosando y agrediendo a tú amiga?
—Dame tu cámara –impera extendiendo su mano abierta.
—Me temo que mi proyecto está ahí.
—¿Mi amiga es parte de tu proyecto? Dámela si no quieres una golpiza.
—Más que tú amiga tengo la posible razón que justifique sus buenas notas en historia cuando saben lo mismo que yo o menos de esa asignatura.
Franchesca anonadada se retira lentamente con los ojos bien abiertos, luego de volver a su asiento la amiga comienza a decirle algo y se aprecia como ella le manda a callar con un simple y rápido gesto. A lo largo de todo el recreo se queda en ese lugar sin decir una palabra con la mirada perdida en el vacío. Suena el timbre anunciando la entrada a las aulas, pero Franchesca parece no haberlo notado. Federico, preocupado con sentimiento de culpa se desplaza hasta la posición de ella para preguntarle que le ocurría ante lo que ella responde inconscientemente sin mirarlo:
—Desde hace tiempo lo sospechaba, pero hoy me lo confirmó ese demonio en silla de ruedas. Era lo único en que me creía perfecta además del baseball, mi padre es Historiador y estaba orgulloso de mis falsos resultados, de esa falsa imagen. Ahora cómo voy a decir que todo ello era falso.
En intentos de consuelo le dice:
—Tú ni siquiera sabías de ello, no puedes culparte. En caso de que quieras remediarlo, la solución aún está en tus manos. Lucha hasta el último aliento, quizás las notas te las merecías, quizás eran verdaderamente tuyas, puede que no te guste, que te parezca duro, pero…si no las crees tuyas, estudia arduamente para que lo sean. Así tu padre continuará orgulloso.
Seguido de esas palabras sonríe y dirige su mirada hacia el consejero para cambiarla drásticamente, golpeando fuertemente en la cara a aquel muchacho. Al notar la hora sale corriendo del lugar para intentar llegar a clases a tiempo, sin embargo, Federico no contaba con esa capacidad por lo cual se vio obligado a quedarse fuera. Alison quien notó la cabellera negra asomándose por la ventana solicitó permiso para ir al baño y de esta forma entregarle la libreta mágica que tenía su primo.
Una vez que agradeció comenzó a leerla, estaba emocionado, volvería a aquel mundo. Las letras realizaban el proceso común. Parecía una adicción, al estar en ese otro lugar se sentía extremadamente feliz, sus lágrimas corrían mientras su cuerpo rebosaba de energía. Las aventuras estaban por continuar…
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TWORLDS
Fantasy¿Es real o fantasía? Federico deberá lidiar una lucha constante en el mundo donde nació y el que está descubriendo. Usando un libro como portal viajará entre estos intentando solucionar cada uno de los problemas que se le presenten. Es así que en e...