Undertaker

80 12 2
                                    

Él se notaba algo tenso por lo que me había contado, pareciera que sus recuerdos lo abrumaban e inquietaban, Sebastian no me estaba contando todo y eso me hacia sentir triste.

- Esa es la historia señorita ¿Por que está llorando?-. Se sorprendió.

- Puedo ver que era muy preciado para ti y eso es doloroso.- Me limpiaba las lágrimas.

- Lo siento señorita no quería hacerla sentir de esa manera-. Dijo preocupado.

- Tranquilo Sebastian, me alegra que me hayas contado lo que pasó ¿Y en donde está enterrado Ciel?-. Sonreí.

Sebastian cambio la expresión de su rostro.

- Yo puedo contestar eso jiji-. Una voz más apareció.

- ¡Undertaker!-. Gritamos.

- Debemos dejar de hacer eso-. Dijimos mirándonos el uno al otro.

- Jijiji parece que tienes una nueva víctima cuervo-. Dijo desde las escaleras.

- ¿Qué haces aquí?, no se supone que deberías estar en la prisión de los Shinigamis-. Sebastian se colocó para atacar.

- Digamos que no fue difícil burlar a todos esos tontos-. Sonrió.

- ¿Tu eres el verdadero Undertaker? ¡Wow! Nunca pensé que viviría para ver este día.- Dije asombrada.

- Señorita no se supone que usted diga eso.- Se molesto Sebastian.

- Es un placer niña, y me halaga que conozcas mi existencia.- Hizo una reverencia.

- Sebastian tranquilo por favor-. Me puse delante suyo. - Undertaker dijiste que tu podías responder a mi pregunta, responde-. Dije convencida.

- Espero que sepas que todo tiene un costó. Dijo sonriendo ampliamente.

- Se lo que quieres-. Sonreí. - Ahora nuestros corazones arden de entre las cenizas todos somos ¡El Fenix!.- Grite haciendo la pose.

- Joven ama, no pensé que fuera a hacerlo ¿Por qué simplemente no me pidio decírselo?.- Puso la mano en su cien con algo de vergüenza.

- Siempre quise hacerlo-. Me sonroje.

Undertaker no dejaba de carcajearse en el piso, y yo estaba roja de vergüenza pero debo admitir que fue divertido.

- Y bien ¿Responderás ahora?-. Me intrigue.

- Claro yo siempre cumplo lo que digo.- Rió.

- No es necesario, yo se lo diré Señorita después de todo no puedo mentirle-. Interrumpió mi mayordomo.

- Esta bien, ¿Qué pasó?.- pregunté.

- Bien, sigame por favor-. Me dirigió.

Lo seguimos hasta una parte del jardín que no me había mostrado, estaba rodeada de arbustos con gardenias, cuando despejó el arbusto, ahí estaba el féretro abierto con el cuerpo de Ciel Phantomhive en él.

- No puedo creerlo, pero ¡¿Como?!, ni siquiera se ve mal o huele mal-. Me asombre.

- Así es niña este demonio fue en contra de si mismo y de las propias reglas del inframundo.- agregó Undertaker.

- Señorita déjeme explicarle-. Se inclino.

- Adelante te escuchó.- le permití.

- Es cierto que devore el alma del joven amo, sin embargo...-. Miró hacia un lado.

- Sin embargo ¿que?-. Me acerqué a el.

- Verá nosotros los demonios no tenemos permitido romper el contrato con nuestros amos por nada del mundo-. Explicó.

- Si, ¿Pero eso qué tiene que ver?-. Pregunté.

- Sin embargo pueden hacerlo pero eso seria condenarse a muerte-. Agregó Undertaker.

- Espera Sebastian tu, ¿Rompiste el contrato con Ciel?-. Me sorprendí.

- No podría decir que lo rompí por completo-. Dijo.

- ¿Entonces? ¿Qué pasa con el? ¿Por qué sigue durmiendo?-. Me altere.

- El está suspendido en un limbo sin fin-. Dijo Undertaker algo serio.

- No entiendo nada-. Me enoje.

- Tranquila señorita, sólo pude romper parte del contrato, devore su alma pero no desapareció como se suponía.- Volteo a ver a Ciel.

- En pocas palabras su alma no puede trascender ni desaparecer, eso le causa dolor a Ciel y no permite que su cuerpo se degrade.- explicó Undertaker.

- Sebastian, ¿Por qué hiciste eso?-. Me confundi.

- Una parte de mi no quería hacerlo me detuvo, no se explicar lo que sentí en ese momento. Dijo serio.

- Sin embargo, tu sufriras más cuervo y es por eso que estoy aqui.- Dijo Undertaker sacando su guadaña.

- ¡Espera! ¿Qué crees que haces?-. Me puse delante de Sebastian.

- El demonio supremo reclama tu cabeza cuervo, por haber infringido una de sus más grandes reglas.- Sonrió Undertaker.

- Eso lo sé, pero no me arrepiento de lo que hice. Dijo Sebastian frunciendo el seño.

Entonces recode a los demonios que querían matar a Sebastián en aquella visión que tuve, será que era lo que el tenía que pagar, su traición, me sentía tan triste Sebastian me había metido, aun a sabiendas del contrato, al parecer la lealtad hacia Ciel era más grande que la mía.

- Te mataré y entregare tu cadáver al Demonio Supremo y recuperare el alma del conde. Se preparó para atacar.

- No lo harás, ni tu ni mi padre lograrán lo que desean. Se lanzó al ataque.

Estaba confundida, yo no estaba en condiciones de pararlos estaba muy desorbitada y aunque estuviera lúcida no podía hacer nada solo era una frágil humana. Ciel estaba ahí inmóvil, se veía tan inocente y tierno, no podía sentir rencor hacia el.

Cuando voltee sangre cayó en mi rostro, habían herido a Sebastián, me preocupe y corri hacia el.

- ¡Detente Undertaker! ¡Ya basta!-. Grite.

"Si pudiera describir mi dolor, sería como cuando te cortas las venas mientras tu madre toca la puerta con la angustia de verte morir, silencioso, lento y mortal"

Esto Que Siento ¿Es Amor? (SebastianxTu) (Terminada) [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora