Adiós

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Corri a una velocidad increíble, al parecer mi poder demoníaco había aumentado y se había adaptado a mi demasiado bien, la verdad no esperaba que el fuera trás de mi.

- ¿Esto era lo correcto? ¿Dejarlo así como asi?-. Me preguntaba.

Mientras pensaba una voz me sacó de aquellos pensamientos que revoloteaban mi mente.

- Vaya, no crei que los poderes demoníacos se adaptarán tan bien a ti-. Dijo aquella voz.

- ¿Qué haces aquí? ¿Qué quieres?-. Pregunté molesta.

- Al parecer mi hijo ha tomado una decisión y se quedara con el mocoso-. Se burló.

- Eso ya no importa, yo respeto su decisión y he decido marcharme-. Voltee la mirada.

- Bien me alegra oir eso, ¿Por qué no haces un trato conmigo?-. Propuso inesperadamente.

- ¿Un contrato contigo? No soy estúpida además ya no poseo un alma ¿Que podría darte?. Me reí por un momento.

- Podrías darme tus recuerdos, sabes los recuerdos son más preciados que un alma. Explicó intimidante.

- ¿Mis recuerdos? Eso significaría que olvidaría todo sobre mi vida. Dije pensando.

- Así es todo, incluso el dolor que sientes ahora, ya que eres un demonio puedes dejar atrás todo lo que te hace humana. Dijo mostrando una amplia sonrisa.

- ¿El dolor se irá? ¿Y podré empezar una nueva vida?. Me preguntaba en mis pensamientos.

Todo se había tornado tan extraño, ya no era humana, el sueño de mi vida con Sebastian se había ido al infierno literalmente, sólo quería volver a casa y olvidarlo todo, pensar que sólo era eso, un sueño y el Demonio Supremo me estaba ofreciendo algo muy tentador.

- Si rompes está hoja tu trato con mi hijo se romperá para siempre y en ese momento tus recuerdos serán borrados. Explicó.

- ¿Y cual es el truco?-. Desconfie.

- Bueno no lo hay, solo quiero degustar tus recuerdos llenos de dolor y miseria. Susurraba en mi oído.

- ¿No habrá más dolor?-. Pregunté aturdida.

- No, te doy mi palabra sólo entregame tus recuerdos querida Raven-. Sonrió.

- No eso no-. Escuche una voz a lo lejos mientras me desvanecia.

Ya no escuchaba nada al parecer había quedado inconsciente.

Pensaba en todas aquellas ocasiones en que mi vida se había tornado oscura, visiones de mi pasado chocaban una a una, desde mi nacimiento hasta mi vida actual, algo no cuadraba era una pieza que no encajaba en todo aquello.

- ¡Raven! ¡Raven!. Gritaba una voz familiar.

- Eres tu de nuevo, ¿Qué es lo que quieres de mi?-. Pregunté.

La silueta de esa mujer que atormentaba mi mente cada que cerraba los ojos estaba frente a mi, aún no podía ver su rostro, pero su voz me hacía sentir tanta nostalgia que quería llorar.

- Ese demonio, mira lo que te ha hecho-. Dijo mientras una lágrima caía de su mejilla.

- El no tiene nada que ver con mi falta de voluntad-. Replique.

- Claro que si, ese demonio te a asechado desde que eras una bebé-. Afirmo.

- ¡¿Qué?! ¿De qué hablas? No digas tonterías-. Subi el tono de mi voz.

- No son tonterías, es la verdad el te arrebató de mi, por su culpa yo-. Su voz desaparecia.

- Tu ¿que? ¿Quien eres? ¡Espera!-. Grité.

- ¡Espera!-. Me levanté agitada.

- Al fin despiertas-. Me dijo una voz entre las sombras.

- Muestrate ahora, o sino-. Amenace.

- ¿Me matarás?-. Pregunto saliendo poco a poco hacia la luz.

- ¿William T. Spears?-. Me asombre.

- ¿Te sorprende? Aunque más sorprendido estoy yo al ver lo que has hecho-. Dijo en tono molesto.

- No quiero hablar de eso, pero ¿Cómo llegue aqui? ¿Y el Demonio Supremo?-. Pregunté inquieta.

- Debe estar muy molesto porque le robe su festin-. Se acomodó las gafas.

- Will haces que mi corazón se encienda y se llene de pasión ¡DEATH!-. Se escuchó una voz.

- ¿Grell?-. Pregunté.

- Espera, espera ¿Por qué ella está aquí? Will me debes una explicación-. Se molesto mucho.

- Grell no es lo que crees, pero yo también quiero una explicación-. Me dirigí a Will.

- ¡Grell cállate! yo no soy nada tuyo no tengo porque darte explicaciones, ahora hablaré yo-. Se puso muy serio.

Al parecer las cosas eran más graves de lo que pensé, se habían roto muchas reglas, mi transformación era una de ellas y su superior no podía tolerarlo, según Will, el regreso de Ciel de la muerte era un error, ya que el curso de las cosas podía cambiar, por otro lado yo debía ser juzgada o de lo contrario iniciaría el Apocalipsis, la única manera de que yo pudiera continuar con esto era que Sebastian y yo mantuvieramos el contrato, no era algo tan fácil como sólo irme y dejar el camino libre, de elegirme a mi Sebastian tenía que ya no podría devorar mi alma ya que no poseía una al ser demonio, lo cual seria una tortura para el, pero no podía condenarlo a estar atado a alguien que no amaba y que encima ya no podía darle lo que el anhelaba, en cambio si elegía a Ciel, este tendría tener una nueva meta para que Sebastian pudiera ser de nuevo su mayordomo, o sea forjarse un nuevo objetivo, y Ciel ahora podría elegir cuantos años vivir hasta dejar su contrato libre como castigo a Sebastian además de no poder devorar su alma la cual pasaría a ser posesión de su padre.

- Si es tan difícil ¿Qué quería hacer conmigo el Demonio Supremo?-. Pregunté intrigada.

- Si tu rompias el contrato, y aceptabas el obtendría tus recuerdos, pero eso no es todo, si no que tu mayordomo habría sido condenado a muerte-. Explicó Will.

- Pero, ¿Por qué estas ayudándonos? tu lo odias-. Afirme.

- Si eso pasa, los Shinigamis tendremos el doble de trabajo, no quiero horas extras eso es todo-. Se acomodó las gafas.

- Will estoy dispuesta a aceptar mi castigo, quiero que Sebastian elija a Ciel-. Dije convencida.

- ¿De verdad? Sabes que si lo haces seras juzgada y perderás tus recuerdos junto a el y la oportunidad de regresar a tu mundo. Agregó.

- No importa el precio, yo salvare a Sebastian cueste lo que cueste-. Estaba llena de confianza.

- Niña eres muy tonta, aunque Sebastian elija a Ciel el no comer su alma al final es la peor tortura para un demonio-. Dijo Grell.

- No si llego a un acuerdo-. Insisti.

- ¿Que planeas niña?. Pregunto Grell curioso.

- ¿Dejaras que sea el quien devore tus recuerdos, me equivoco?. Cuestiono Will algo inconforme.

- Así es si los recuerdos son aún mejores que un alma, debería bastar para que Sebastian sobreviva. Dije segura.

- Vaya que eres o muy valiente o muy estúpida. Dijo Grell cruzando los brazos.

- No me importa voy a ayudarlo como sea, aunque tenga que sacrificar todo lo que tengo. Afirme decida.

"Dejar esos recuerdos, olvidar todo es peor que morir, los lazos y los momentos que vives son lo que te hacen sentir vivo"

Esto Que Siento ¿Es Amor? (SebastianxTu) (Terminada) [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora