Esto Que Siento ¿Es Amor? (SebastianxTu) (Terminada) [Editando]

No Quiero

Las cosas se habían calmado y me sente en el sofá suspirando. Por todo lo ocurrido no me habia dado cuenta de que Sebastian no llevaba puesto su traje de mayordomo, recorde el dibujo que habia hecho de el esa noche.

- Sebastian ¿Por qué estas vestido asi?.- sorprendida.

- Ah... esto ¿No le gusta lo confeccione justo al modelo de un dibujo que usted hizo, pensé que debía vestir a la época ó podría ser extraño mostrarme como mayordomo.- dijo sonriendo.

Esa sonrisa que me dejaba sin palabras, pero eso no cambiaba el hecho de lo que habia hecho, mi corazón sufría cuando recordaba eso.

- Y bien señorita ¿Que fue todo eso del novio?.- preguntó colocando su mano en su barbilla.

- ¿Qué querías que hiciera? fue lo único que se me vino a la mente, además soy pésima mintiendo.- me recargue sobre mi mano y cerre los ojos con un leve sonrojo.

- ¿Aún esta molesta?.- acercó su rostro.

La verdad quería decirle que lo extrañe y que queria que me abrazara, a pesar de mi fría apariencia me dolía, me sentía al borde de las lágrimas.

- Eres un idiota.- susurre mientras una lágrima caía.

La última vez que había llorado fue hace tanto que lo olvidé.

- ¿Señorita?.- se sorprendió.

- No me mires Sebastian.- agache el rostro.

- Yes, my lady.- asintió.

En un impulso me levanté del sofa y me arroje a abrazarlo, y lloré en su pecho, y luego alce mi rostro hacia el.

- ¡No quiero! ¡No vuelvas a hacer algo asi! ¡No te vuelvas a involucrar con otra mujer! ¡Yo soy tu ama! ¡Eres mio, me perteneces! ¡Idiota!.- le grité con todas mis fuerzas.

El abrió los ojos y sonrió después tornando sus ojos color carmesí, tomo con sus manos mi barbilla y me miro fijamente.

- Entonces sea mia, y jamás buscaré a otra mujer.- sonrio maleficamente.

Me aparte, pero el me acorralo hacia la pared.

- Sebastian, déjate de tonterias.- tartamudee.

- ¿Que pasa? ¿Volverá a huir de sus deseos? Los humanos son tan interesantes.- Susurro en mi oído.

- Sebastian, por favor no me hagas esto.- Dije tratando de resistir.

— Se que lo que desea es que lo haga — dijo mordiéndo suavemente mi oreja

Yo solte un pequeño gemido, y eso lo hizo tumbarme sobre la cama con un pequeño empuje algo violento.

Sabia que el entregarme a el no me garantizaba que el me amara, después de todo era un demonio, pero ya no podía aguantar más este deseo que me consumía, Sebastian me fue despojando de mis prendas poco a poco, me quito la blusa y comenzó a lamer mi pezones.

- Sebastian-. Decía entre pequeños gemidos.

- No se preocupe seré cuidadoso con usted después de todo es su primera vez ¿No es asi?.- sonrió.

- ¿Ya lo sabías?.- me sonroje.

- Soy un demonio, basta con oler su aroma señorita — dijo tornando sus ojos de un carmesí intenso.

Abrio mis piernas que ya no tenian medias, tomo mis caderas para bajar lentamente mis bragas, levanto mi falda y se inclino para lamer mi vagina, con su lengua tocaba mi clitoris haciéndome gemir de placer.

- Como lo supuse tiene un sabor dulce mi lady.- se saboreo.

El siguió moviendo su lengua provocandome una exitacion difícil de describir me sugirio que me pusiera a gatas sobre la cama y continuaba lamiendome, de pronto comenzó a meter sus dedos eso me hacia gemir aún mas y me agache más para disfrutarlo.

— Sebastian me gusta mucho — dije jadeando

- Me agrada que lo este disfrutando señorita — dijo para después se lamerse los dedos

Me coloco boca arriba y subió nuevamente manteniendo mis piernas abiertas, me quitó todo lo que restaba de ropa y me besaba metiendo su lengua para jugar con la mía.

- Sebastian ¿Puedo quitarte la ropa? — pregunté avergonzada

- Como desee no puedo negarme — sonrio mostrando sus colmillos.

El cuerpo de Sebastian era hermoso no era de este mundo, su figura volvería loca a cualquier mujer, y recorde lo de esa noche cuando había estado con esa otra mujer.

- Hazme tuya Sebastian pero desde ahora solo seré yo, no te atrevas a hacer tuya a ninguna otra mujer — dije mirandolo fijamente para besarlo con desesperación.

Su sonrisa se amplio y correspondió a mis besos bruscos.

"En los susurros de mi corazón, hay un mar ardiente de deseo, hundente en el deja que te consuma"