Confusión Y Confesión

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SEBASTIAN

Mi señorita se veía exhausta, estaba totalmente agitada incluso pese a tener un cuerpo frágil, ella lo había soportado muy bien.

Note una ligera mancha de sangre en las sábanas, era de esperarse, como buen mayordomo debía asegurarme de que mi ama pudiera sentirse cómoda en un ambiente limpio y ordenado.

- Cambiaré las sábanas de inmediato mi lady.- dije levantándome de la cama.

- Te amo Sebastian.- escuche sus palabras en forma de casi un susurro.

Mi corazón sintió como si le clavaran una daga ardiente, me senti sorprendido y fuera de mi, para ser sincero no sabía que responder o que decir. Yo no era nada más que un demonio que pasaba su existencia  devorando almas, y que disfrutaba de ver hasta donde eran capaz los humanos de llegar.

Realmente nunca nadie me importo, pero ella lograba hacerme sentir de una manera que no lograba explicar, mi ama era capaz de perturbar mi naturaleza cruel y apática.

RAVEN HALL

El seguía sin decir nada, a decir verdad me esperaba esa reacción, pero senti la necesidad de decirselo.

- Sabes Sebastian, la razón por la que hice ese contrato contigo, si hay un motivo.- suspire.

El seguía con la mirada algo sería y hasta cierto punto sentí que apretaba sus puños.

- Verás hace dos años exactamente, me diagnosticaron anemia, mi madre estaba devastada.- me entristeci.

- Señorita entonces usted.- volteó la mirada.

- Asi es la unica razón de mi contrato y ahora te la diré es que estes conmigo por lo que me resta de vida.-

- ¿Lo que le queda de vida? ¿De que habla?.- se sorprendió.

- Bien lo que paso es que hace un año deje de tomar mis medicamentos porque me sentía muy mal tomandolos, lo hice a escondidas de mi madre.- agache la cabeza

- Entonces su enfermedad se agravó supongo.- me miro curioso.

- Asi es un día sin que ella se diera cuenta fui a hacerme unas pruebas y...-

- ¿Y?.-

- Bueno el doctor fue sincero y afirmó que solo tenía un año más de vida por mucho.- sonrei falsamente.

- Usted me causa confusión.- puso su mano en su barbilla.

- ¿Confusión? Esa no es la respuesta que esperaba pero...

- No usted me hace sentir de una manera que hace que mis entrañas quieren explotar.- dijo con tono inconforme.

El se veía perturbado, al parecer mi confesión de amor habia desvariado a mi infernal mayordomo.

- Tranquilo Sebastian aunque no me correspondas, yo me siento feliz de haberlo dicho yo...

- No, no es eso yo soy un demonio, una bestia infernal, usted conoce mi verdadera apariencia, usted no debería amar algo tan malvado.- sus ojos brillaron pero con una expresión de inconformidad.

- Sebastian estoy condenada a muerte, por la misma vida y ahora por ti, yo encuentro bello aquello que no tiene color, lo que es invisible, a lo que todo mundo le teme.- reí.

- Mi lady.- sorprendido.

- Por eso ambos estamos malditos y ahora estamos juntos y quiero que trates a tu ama como un verdadero mayordomo.-

El se inclino hacia mi tomando su apariencia de mayordomo otra vez, tomo mi mano y la besó.

- Yes, my lady.- sonrió.

"La oscuridad, las sombras, el miedo del humano radica ahí, por eso la luz se creó para que todo aquello tuviera un balance, pero hasta el más puro corazón puede ser corrompido."

- Usted es realmente interesante señorita, a pesar de que todo es oscuro para usted, simplemente lo ignora.- dijo sonriendo.

- ¿Entonces me acompañarás al infierno?.- reí.

- Sus ordenes son lo que me hace sentir deseoso señorita hasta el final.- hizo reverencia.

Empecé a vestirme, y me maree, caí solo senti los brazos de Sebastian rodeandome y evitando que cayera.

- Joven ama, despierte.- escuchaba cada vez más lejos su voz.

Estaba en el mismo bosque de mi sueño de ese entonces, al lado de aquel féretro en el que ahora se dejaba ver a una dama que dormía apacible entre los brazos de la muerte, sin embargo no podía ver su rostro el cual estaba cubierto por un velo, sentí un líquido frío bajando por mis mejillas cuando tome el líquido con mis dedos note que era sangre, Sebastian apareció de repente y limpio mis mejillas con un pañuelo.

- El infierno se acerca señorita.- sus ojos carmesí brillaron.

Una espesa niebla lo cubrió todo solo podia ver a Sebastian.

- Sebastian, haré que todos paguen por sus pecados, quiero que este mundo desaparezca — dije sin expresión alguna.

Mi apariencia había cambiado, me había convertido en un demonio, con sed de venganza y deseo de destruir a quienes habian hecho de mi vida un infierno.

- Muerte, destrucción ¿Como podría ser mayordomo de la señorita Hall de no poder hacer algo tan simple como eso? — dijo Sebastian y se inclino con una pierna para  besar mi mano.

Esto Que Siento ¿Es Amor? (SebastianxTu) (Terminada) [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora