Esto Que Siento ¿Es Amor? (SebastianxTu) (Terminada) [Editando]

Visitas No Tan Deseadas

Termine de bañarme y sali, Sebastian no estaba justo como se lo pedi y aunque me ponia triste no verlo, no se me olvidaba su grosería, era un dia realmente hermoso, hacia frio, estaba algo nublado, el viento soplaba fuertemente y hacia caer las hojas otoñales, y todo hubiera sido más perfecto de no ser porque ciertas personas llegarían ese dia.

No iba a poder ponerme mi ropa cómoda, mis jeans y mis sudaderas con personajes de anime, nada de eso, mi madre me habia pedido usar algo elengante o al menos más normal.

- Que fastidio tener que hacer esto.- dije mientras miraba enojada el guardarropas.

La verdad nada me tenía satisfecha hasta que decídi que solo no debia ser tan informal así que tome una blusa manga larga blanca, un saco negro, una falda azul, y una bufanda gris para cubrir la marca, y me me recogí el cabello en dos colas.

- Creo que asi estara bien espero.- me mire al espejo.

Aunque seguia molesta con cierto demonio, lo extrañaba, sabia que con solo decir su nombre el vendría pero, no queria que viera que el era mi debilidad, tragandome los deseos de verlo salí de mi habitación.

SEBASTIAN

Sin que ella supiera que estaba allí, la miraba sin que se diera cuenta por la ventana se veía hermosa, nunca la habia visto recogerse el cabello, y su perfume a fresas estaba por toda la habitación.

Esta sensación de hacerla mia se acresentaba y no podía envitarlo, escuche un auto estacionarse afuera de la casa, y vi a dos hombres bajar debo admitir que me dio una gran desconfianza su presencia sobre todo el del mayor, supuse que eran el prometido de la Señora Anne y el hijo de este.

Entre a la habitación ya que la señorita ya no se encontraba ahi, estaba inquieto, usando mi poder me convertí en una sombra y salí sin ser detectado, tenia que asegurarme de que mi ama estuviera bien.

RAVEN HALL

Tocaron a la puerta y mi madre abrió rápidamente.

- Nos haría bien tener un mayordomo.- sonrio mi madre.

- Si supieras.- pensé.

Poco después entraron, ahi estaban Chris y su hijo Albert, Chris era un gran empresario socio de nuestra empresa, un hombre alto como de uno setenta, barba cerrada, ojos azules, cabello teñido de canas, mirada a veces seria y penetrante, su hijo era parecido a el, cabello negro, ojos azules, el único heredero de los Balley, y aunque odiara admitirlo era muy guapo.

- Hola querido, ¿Como estuvo el viaje?.- pregunto mi madre

- Algo largo querida Anne, antes que nada quiero presentarles a mi hijo Albert Balley Landers, único heredero de la familia Balley.- dijo orgulloso.

- Mucho gusto bellas damas, señora Anne y señorita Raven ¿Cierto?. Beso las manos de ambas.

- Mucho gusto Albert eres todo un caballero igual que tu padre.- sonrió mi madre.

- Gusto en conocerlo joven Albert.- dije inexpresiva.

- El gusto es todo mio creeme.- coqueteandome.

Este chico me coqueteaba, seguramente era un mujeriego, maestro en el arte, pero no iba a ser tan fácil seducirme, ya estaba perdidamente enamorada de alguien más, aunque me hubiese roto el corazón.

Mi madre los escoltó hacia el comedor, que vaya que era enorme y mi madre se habia encargado de que todo fuera perfecto, ella realmente era genial, hasta podría competir con Sebastian, bueno no tanto así pero vaya que mi madre era la mujer ideal.

- Querida Anne te has lucido con semejante detalle.- adulaba Chris.

- Gracias cielo es para que se sintieran a gusto.- contestó modesta.

- Eso me recuerda les traje obsequios.- sacó unas pequeñas cajas adornadas con listones.

Para mi madre un collar de oro con un diamante azul y para mi un brazalete de oro con incrustaciones de cuarzo morado. Agradecimos el detalle y nos dispusimos a comer mi madre habia preparado lomo mechado marinado con salsa italiana, pure de papas y ensalada César.

El ambiente era tenso para mi sin duda alguna.

- ¿El demonio me estaría observando?
¿Qué era esta sensación? Las cartas ya habian sido lanzadas-. Pensaba