Pesadilla

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En el jardín de una humilde casa se podían apreciar a una omega y su cachorra jugando, ambas tenían ojos y cabellos cafés, con la diferencia de que el pelo de la menor era muy rebelde y parecía desafiar a la gravedad con varios mechones.

—Mami, ¿me haces otra vez la historia de los destinados y la diosa Luna? —Le pidió la niña de solo 6 años.

—Claro que sí cariño. —La sentó en su regazo y comenzó trenzar su cabellos mientras hablaba—. Hace mucho, pero que mucho tiempo atrás, nuestros ancestros solo podían permanecer en su forma de lobo. Al no poder comunicarse con los humanos de la época, estos los vieron como enemigos y los cazaron numerosas veces...

La diosa Luna que velaba por todas las criaturas durante la noche, sentía su corazón romperse con cada vida que se perdía en esa guerra sin nombre, por eso le concedió a ambos bandos un regalo para entenderse: el don de cambiar formas.

A los humanos se les dió el poder de transformarse en lobos durante las noches de luna llena, mientras que a los lobos se les dió el de volverse humanos en luna nueva. Formando así un puente entre ambas especies.

Pero los humanos repudiaban aquello que era diferente

Ignoraron el deseo de la diosa Luna y masacraron a aquellos que habían sido bendecidos. La Luna lloró por noches una vez más, pero con el tiempo, encontró un motivo para llorar de alegría.

Esos fueron los destinados.

Individuos cuyas almas estaban hechas el uno para el otro. Los lobos solo tienen una pareja en toda su vida, mientras que los humanos las cambian por diferentes razones la mayor parte del tiempo. Cuando estos seres recibieron la bendición de la Luna, también recibieron a un compañero de vida que los complementara. Un alfa para un omega y viceversa.

Con el tiempo, ambas razas se fueron mezclando gracias al regalo de la diosa Luna. Lobos y humanos con el poder de cambiar sin restricción fueron naciendo en el mundo, siendo acompañados también por sus respectivos destinados.

Pero a medida que el número crecía, también lo hacían las distancias.

Los grupos de cambia formas debían separarse para no resaltar en la sociedad humana y perecer como sus ancestros. Por esto, muchos destinados fueron privados de la oportunidad de conocerse y formar un lazo.

Los cambia formas desolados, buscaron salir adelante con parejas humanas, llegando a formar familias con ellos, debilitando poco a poco nuestra sangre antigua y dando luz a una nueva raza: los betas. Humanos comunes que portaban los genes de lobo y se lo podían heredar a sus hijos.

Para cuando los humanos se percataron de la existencia de los cambia formas, ellos ya habían preparado el terreno y lucharon por sus derechos. Los humanos que nunca supieron de su existencia, perdieron una batalla en la cual se blandieron palabras en lugar de armas. Y finalmente, los cambia formas fueron reconocidos como personas.

Con el paso de los siglos, nuestra sangre se ha debilitado y casi nadie puede adoptar forma de lobo. Pero el lazo de los destinados y los instintos de nuestros ancestros siguen latentes en nosotros, guiándonos hasta aquella persona que nos acompañará y atesorará el resto de nuestras vidas.

Todo bajo la bendición y mirada de la Diosa Luna.

La niña aplaudió con sus pequeñas manos y encaró a su madre con un rostro emocionado.

—¿¡Yo también encontraré a mí destinado mami!? ¿¡Me amará tanto como papá te ama a ti!? —Sus grandes ojos resplandecían con ilusión e inocencia.

—¡Pero claro que sí! El día que lo encuentres a él o a ella y se reconozcan como compañeros, conocerás el segundo amor más incondicional y puro de este mundo.

Mentiras...

—Patética...

¿Por qué nadie me advirtió..?

—No te acepto...

Todas esas eran mentiras...

—Por esto no sirves...

El destino...

—¿No crees que te creíste demasiado?

Es una mierda...

—Parece que lo disfrutas...

—¡¡Noooooooooooooooo!! —Gritó una mujer de cabellos y ojos marrones mientras se incorporaba en su cama, el sudor frío perlando su pálido rostro y la respiración agitada a causa del sueño del que acababa de despertar—. ¿Qué mierda...? Al menos déjenme en paz mientras duermo... —Recriminó a la nada con su voz quebrada, sintiendo la frustración en su cuerpo al no poder escapar de los recuerdos por más que lo intentara.

Un toque en la puerta de su habitación la sacó de sus pensamientos.

—¿Qué ocurre?

—Estaremos aterrizando en una hora pequeña Vongola. —Le informó una voz masculina que conocía desde hace años.

—Gracias por avisar, me alistaré antes del aterrizaje.

El hombre detrás de la puerta no respondió, como si cavilara qué decir ahora, o si debía hacerlo siquiera.

—...Si necesitas mi ayuda, no dudes en decirlo. —Y con esto se alejó de la puerta con sus pasos haciendo eco en el pasillo del avión.

—No la pediré... No puedo encarar esto drogada... —Dijo con amargura al recordar que no había despertado de su pesadilla, si no que se dirigía a ella.

Continuará...

Verde: Bueno... Me temo que seré yo quien ayude con las notas de este fic. Reborn tuvo que irse a un... ¿Auto entrenamiento? Tras leer algunos borradores de la autora traumada que le provocaron ganas de suicidarse... ¿Tú no vas a hablar?

Voltea a ver a la autora y la encuentra subiendo a una silla mientras sostiene una soga.

Verde: Mosca Verde. —Inmediatamente el robot agarra a la autora y esta empieza a patalear.

Yo: ¡¡Déjame!! ¡¡No me hagas vivir con este remordimiento!! ¡¡Fran casi me mata y con esto sumado me merezco arder en el infierno༼;'༎ຶ ۝ ༎ຶ༽!!

Verde: Arde cuando termines todos tus proyectos, no quiero que después me persigan a mí por no impedir tu suicidio. —Dijo mientras ojeaba unas notas—. Este capítulo tuvo 839 palabras. La traumada tratará de explicar las cosas a su debido tiempo dentro de la historia, pero en caso de que tengan alguna duda técnica sobre este omegaverse y estén impacientes, pueden preguntarme. Les explicaré sin dar spoilers.

Tras decir esto vuelve a su laboratorio y deja a la autora atrapada por Mosca Verde.

Il Destino NegatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora