Caminaba a paso lento mientras observaba las calles que no había transitado en una década. Ella dejó Namimori poco antes de cumplir 17 años y presentarse tardíamente como omega.
Para ese entonces ya había vivido múltiples experiencias que nadie le creería si se las contaba, pero que aún así no pudieron prepararla para lo que pasó después.
Evadió cualquier contacto físico con los demás peatones, tomando desvíos por caminos poco transitados con tal de no sentirse sofocada, aún era duro estar fuera de su refugio y sola. Se recostó en la pared de un callejón y se aferró a la pulsera de cascabeles que llevaba en su muñeca mientras respiraba hondo para calmarse.
Una vez se sintió mejor continuó el trayecto hasta la que una vez fue su hogar, los escándalos que se escuchaban dentro de la acogedora casa sintiéndose ajenos, e incluso atemorizantes.
Está bien...
Se animó en sus pensamientos.
Estoy aquí por trabajo, los fallos no se permiten.
Con una perfecta máscara de seguridad y calma en su rostro tocó el timbre, escuchando como una cálida voz femenina respondía al sonido. Su máscara casi se desmorona al ver el rostro incrédulo de su madre.
¿Tanto tiempo la había descuidado para que pusiera esa expresión?
—Tsu-chan... —La mujer llevó ambas manos a las mejillas de su única cachorra biológica—. ¡Al fin regresaste!
Nana la abrazó fuertemente al procesar la situación. Tsuna sintió por un momento asco del toque y se tensó, pero el suave aroma a lavanda de su madre y las sutiles feromonas que desprendió para ella la hicieron sentir segura, pocas personas tenían permitido ese tipo de contactos con ella en la actualidad, y solo una no la incomodaba en lo absoluto, pero por lo visto su madre era una excepción.
—Lamento haber estado fuera tanto tiempo mamá, el trabajo no me dejaba tiempo de viajar. —Le dijo acariciando su espalda, eso era una mentira a medias.
—Está bien Tsu-chan, pero por favor no vuelvas a cortar el contacto. Me preocupaba mucho aunque Reborn-kun me dijera que estabas bien...
No estaba bien. Pero supongo que no te interesaba averiguarlo, ¿verdad Reborn?
Pensó con un nudo en la garganta.
—¿Quién es màmma? —Preguntó un adolescente de cabellos negros rizados y ojos verde esmeralda, congelándose al ver a la Vongola.
—Creciste mucho Lambo. —Comentó con una sonrisa sincera.
—Tsuna-nee... —Los ojos del chico se aguaron al instante y corrió a abrazarla—. ¡Tsuna-nee!
Tsuna no lo apartó, se concentró en el leve aroma a leche que emanaba de Lambo para no rechazarlo, esa esencia tan característica de los cachorros y que estaba desapareciendo al estar cerca de su presentación.
Se escuchó como más personas corrían a la entrada de la casa, Tsuna sintió sus ojos picar al ver al joven de cabellos cenizos y ojos chocolate junto a una adolescente de cabellos azabaches trenzados y ojos del mismo color. Eran Fuuta e I-Pin, sus otros dos hermanos adoptivos.
—¿No van a saludarme? —Les preguntó con una sonrisa, la nostalgia invadiendo su cuerpo al ver a los que había cuidado desde pequeños ya crecidos.
Ambos se unieron al abrazo, I-Pin desprendía un aroma a cachorra más fuerte que Lambo al ser menor por 6 meses, mientras que Fuuta desprendía un dulce aroma a manzanilla digno de un omega.
—Bienvenida a casa Tsuna. —Dijo una mujer pelirrosa de ojos verdes asomándose desde el salón.
Ella había decidido no unirse al asfixiante abrazo, pero su mirada cálida mostraba su alegría.
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Il Destino Negato
FanfictionLos destinados son como los calcetines. Un calcetín es una unidad, ya existe, cumple su función sin necesidad de otro, un calcetín para un pie. No necesitas un calcetín enorme para ambos pies, es uno para cada pie. Así que eres tu propia persona y t...