Al fin había llegado la hora...
Ella se levantó al instante en que el reloj marcó las 00:00 y la fecha cambió, el 31 de Octubre había llegado, y este año, ella por fin podría ver con sus propios ojos lo que esa fecha traía.
Tomó la linterna que había escondido bajo su almohada y abrazó su peluche de león mientras abría con cuidado la puerta de su habitación, comenzando a recorrer los oscuros y desolados pasillos de la mansión.
Había algo raro esa noche, demasiado silencio.
Ella siempre fue capaz de escuchar los sonidos de la noche, los grillos, el viento, o los propios ronquidos de su abuelo, que eran tan fuertes que lo pusieron en una de las habitaciones más apartadas para que no molestara a los demás, pero esa noche no escuchaba nada. Ni siquiera cerrando sus ojos para concentrarse en sus otros sentidos detectaba algún sonido que no fuera provocado por ella.
Algo preocupada se encaminó a la habitación de sus padres, el aroma a chocolate amargo y a la todavía leve canela sirviéndole de guía.
Pero se sobresaltó al abrir la puerta y no encontrar a sus padres abrazados como era costumbre siempre que los buscaba en la noche.
Así que salió a buscarlos, puerta por puerta, recorrió apresurada los dormitorios sin encontrar a nadie más que ella.
Solo había algo que evitaba que terminara de entrar en pánico, y era el aroma de sus padres que envolvía la mansión. Cuando pasó junto a las escaleras se detuvo al sentir más fuertes los olores, así que, cuidando sus pasos para no tropezarse, bajó los escalones en silencio y abrazando su peluche.
Cuando llegó al primer piso su linterna se apagó a pesar de que estaba segura de haberla cargado bien. Se sintió nerviosa al verse envuelta en las penumbras una vez más, pero respiró hondo, recordándose que solo era por la ausencia de luz, que ella todavía podía ver.
Al estar concentrada en esto, no notó las dos presencias que se acercaban a ella desde atrás. No hasta que sintió como era alzada por un par de fuertes brazos.
—¡Te tengo!
Cualquier indicio de miedo en su cuerpo desapareció al escuchar esa voz, no necesitaba ver para reconocerlo.
—¡Papi! —Exclamó abrazándolo.
—Kufufufufu, no solo yo princesa. —Dijo y la pequeña sintió unas caricias en su cabello.
—Perdón por asustarte bebé.
—Está bien mami, no me asusté porque los olía cerca. —La tranquilizó mientras se inclinaba para sentir más su toque—. ¿Pero por qué no hay luz?
—Kufufufufu, era para dar ambiente.
Ella fue a preguntarle a qué se refería, pero antes de que esto pasará se encendieron las lámparas en las paredes, dando una iluminación tenue y permitiéndole ver a sus padres.
—¡Sorpresa! —Dijeron ambos con una sonrisa.
La cachorra se sorprendió al verlos vestidos de esa manera, ambos llevaban trajes de estilo antiguo con lazos llamativos y algunas cadenas colgando, Tsuna tenía también unos cuernos en su cabeza y unos colmillos sobresalían en su dentadura, mientras que Mukuro tenía orejas y cola de lobo.
—Feliz Halloween princesa. —Le dijo Mukuro chasqueando sus dedos, haciendo que el pijama de su pequeña fuera reemplazado por un adorable traje de bruja.
—Sabíamos que no esperarías a la mañana para bajar a explorar. —Explicó Tsuna mientras le colocaba el gorro puntiagudo en la cabeza.
Mukuro apareció un espejo frente a los tres y los ojos de la pequeña brillaron cuál zafiros al verse, parecían una familia monstruosa, digna de esa fecha.
—Florecitaaaaaaaaa~.
Los tres abrieron los ojos al escuchar este grito y se miraron entre ellos antes de comenzar a reír.
—¿Nos vamos ya? —Preguntó Tsuna.
—Kufufufufu, será lo mejor, así no se comen todos los dulces sin nosotros.
—¡Dulces!
Esta exclamación de la pequeña fue la señal para dirigirse al comedor entre risas y caricias, al llegar, fueron recibidos por una habitación alumbrado a la luz de las velas y las calabazas de Halloween, las paredes decoradas con enredaderas de ramas secas, algunas telarañas que brillaban como la plata y murciélagos artificiales en el techo.
Ella adoró la decoración, pero más que eso, más que la mesa llena de golosinas frente ella, lo que más feliz la hizo fue ver a todos sus seres queridos reunidos y disfrazados de acuerdo a la ocasión.
—Dulce o travesura. —Le dijeron todos al unísono cuando ella entró con sus padres.
Y por supuesto que les respondió.
—¡Dulces!
Un primer Halloween junto a la familia que tanto amaba.
Fin
Verde: Bueno... Esto sin duda fue refrescante. —Comentó el científico que estaba disfrazado como Frankenstein y tenía una leve sonrisa en su rostro.
Yo: Shi, fue hermoso( ꈨຶ ˙̫̮ ꈨຶ ). —Dijo mientras se secaba las lágrimas de emoción.
Ella estaba vestida como una gata negra y tenía a Verde sentado en sus piernas mientras lo abrazaba. A su lado, Mosca Verde, que estaba decorado con musgo y telarañas, asintió mientras su pantalla mostraba un corazón.
Verde: Mosca Verde, las palabras.
El robot se sobresaltó al escuchar esto y su pantalla comenzó a cambiar, mostrando primero a los Teletubbies, después se vio a Tom persiguiendo a Jerry, volvió a cambiar y fue el turno del Titanic. El científico y la autora podían jurar que el robot estaba sonrojado y soltando humo por las orejas, sí, tenía orejas. Después de varios canales más, que incluyeron uno algo subido de tono en el que la autora y el científico taparon los ojos del contrario, finalmente se mostró una pantalla que solo mostraba "749 palabras".
Y el robot para ese entonces, comenzaba a entrar en cortocircuito.
¡🎃👻🍭Feliz Halloween🍬🧙🏼♀️🎃!
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Il Destino Negato
FanfictionLos destinados son como los calcetines. Un calcetín es una unidad, ya existe, cumple su función sin necesidad de otro, un calcetín para un pie. No necesitas un calcetín enorme para ambos pies, es uno para cada pie. Así que eres tu propia persona y t...