Vuelve a mí © Cloudville

19; Los ciervos son los cazadores

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CAPÍTULO 19

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Segunda Dimensión;

En la actualidad:

—¿Vamos todos así vestidos? —mi pregunta logró que Bianca sacara su mirada de su celular para así mirarme de pies a cabeza.

—Si, todo a juego —explicó levantándose del borde de su cama para caminar hacia mí y acomodar mi corbata negra.

La mansión Freeman, otra de las familias adineradas del pueblo con la diferencia de que esta contaba con la señora Sandra y su hija, no había un marido en ella. Sandra Freeman trabajaba como diseñadora, tenía un Imperio completo hasta el punto de trabajar para personas famosas. Ella era la cabeza de su familia desde que se casó con su ahora muerto esposo.

Bianca y ella eran las últimas del linaje Freeman con vida, pues, tenía entendido que el resto de todo aquel que llevaba su apellido, morían en incendios.

"La maldición Freeman"

—¿Por qué? —el traje consistía de una falda negra ajustada (Aquella que había visto en el armario de Dylan), una camiseta de botones y manga larga blanca, una corbata letra y un largo abrigo de cuero. Bianca usaba un pantalón ajustado en su cintura, una camisa blanca igual que la mía, un moño negro en lugar de una corbata y uno de sus abrigos peludos, solo que este era negro.

—Ya lo verás —afirmó sonriendo dulcemente, tomó una de las máscaras que se encontraban sobre su cama. Estas, por alguna extraña razón, parecían ser cabezas de ciervos.

Detallándole bien, llegaban incluso a ser tétricas. Cubrían toda nuestras cabezas, las orejas sobresalían en lo alto, el pelaje era café y sus ojos negros.

Daba escalofríos de solo mirarla.

—¿Por qué esto? —pregunté extrañada.

—¿Prefieres ser una conejita Playboy? —bromeó sin dejar de sonreír. Me extendió una y tomó otra para sí misma, aún extrañada y poco confiada, tomé la cabeza de ciervo entre mis manos para ver el como ella se la ponía—. No es tan difícil.

Es inquietante.

—Iré al baño —avisé caminando al baño de su habitación, llevando incluso la máscara conmigo. En cuanto cerré la puerta a mis espaldas, me dejé caer sobre ella dando un sonoro suspiro.

Me da náuseas el solo ver esas máscaras.

—"¿Por qué estás vestida así?" —tras dar un pequeño salto por la sorpresa, me encontré con unos ojos azules en el reflejos del espejo. Después de semanas, Dylan volvía a estar frente a mí.

—Dylan —susurré sabiendo que si hablaba muy fuerte, Bianca me escucharía—. Quería hablar contigo desde hace días, en serio lo lamento yo...

—"No importa. Lo entiendo" —me interrumpió con suavidad, como si realmente ya no estuviese molesta—. "Pero esto es más importante ahora"

Con esas palabras, parpadeé un par de veces y toda mi atención se detuvo en las palabras que la contraria diría.

—"Estuve investigando y encontré algo sobre agujeros negros"

—¿Y bien?

—"Hay teorías que hablan sobre como los agujeros negros pueden ser puertas a otras dimensiones" —mis cejas se fruncieron con confusión y ella lo notó—. "Antes de que preguntes si entramos por un agujero negro, déjame decirte entre otras cosas también investigué sobre la teoría de las cuerdas y los choques de multi universos que me dijiste. Y he llegado a la conclusión de que hemos logrado un choque de dimensiones"