Epílogo

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Epílogo

El taxi se detuvo frente a una hermosa residencia pintada totalmente de blanco. Era otra de esas desapacibles noches nebulosas.

Miró por la ventanilla tintes de descender del automóvil. Había luz en la planta alta de la mansión. La cortina se descorrió y ahí estaba él, mirando el taxi desde arriba, con enojo. El muchacho sonrió antes de abandonar el vehículo.

—Quédese con el vuelto —dijo, sin mirar al conductor.

La lluvia, cada vez más fuerte, lo obligó a correr hasta la entrada de la mansión.

Antes de que llamara, una empleada le abrió la puerta.

—Buenas noches señora Oh.

—Buenas noches, joven Taehyung.

El muchacho traspasó el recibidor y esperó al pie de la escalera. Se quitó el impermeable y se sacudió la cabellera.

—Tae, deja de sacudirte como si fueras un cachorro —ordenó alguien desde la planta alta.

—¡Jin! —exclamó el muchacho.

—Llegas tarde, Taetae —dijo Jin con una mueca seria mientras bajaba.

—Sólo unos minutos, Jinnie, no seas cascarrabias —replicó el muchacho, acercándose al pie de la escalera. Su primo se mantuvo unos segundos en el último escalón, contemplándolo.

—¡Okey! —exclamó por fin, con hastío—. Si no fuera por la importancia de lo que te diré y porque eres mi primo consentido...

Taehyung sonrió. Su primo era apenas un par de años mayor que él y se empeñaba aparentar un recato y una rectitud que no tenía, al menos que no tenía para con él. Toda su vida la habían pasado juntos; Jin lo había mimado como si de un  pequeño hermano se tratara. Entre ellos había algo muy especial que aumentaba con los años; una complicidad innata. Tenían, por otro lado, la vieja costumbre de celebrar sus días de cumpleaños con un viaje juntos. Y ahora, estando a pocos días del cumpleaños de Taehyung, Jin se decidió por una reunión previa.

—Preparé la cena —invitó su primo mayor—. ¿Tienes apetito?

—Mucho —respondió Taehyung.

—Entonces, no podrás resistirte al pescado que con mucho esfuerzo hice.

—Tu comida es la mejor, Jinnie.

Durante la velada conversaron de la familia, y las clases en la universidad. Jin terminó sus estudios hacía muchos meses ya, así que Taehyung lo echaba mucho de menos en la facultad. Asimismo, le contó varias de sus últimas anécdotas ahí. Saborearon lentamente sin dejar de lado sus comentarios amenos y bromas que nunca faltaban.

El horrible reloj del recibidor dio las doce. Jin se sobresaltó y, poniéndose de pie, le dijo:

—Bueno, supongo que no puedo alargar esto por más tiempo.

—¿De qué hablas? Has estado demasiado misterioso desde que me llamaste el otro día. ¿Pasó algo malo? ¿O es que cancelaremos mi viaje de cumpleaños?

Jin sin pronunciar palabra se encaminó al bargueño de donde tomó una caja. La abrió, sacando una más pequeña, y se la entregó a Taehyung.

—Ábrelo, es uno de tus regalos de cumpleaños. El primero que te daré.

El muchacho abrió el estuche.

Contenía una miniatura con el retrato de alguien muy parecido a él. Era de marfil, con marco de oro y brillantes engarzados.

COMO LA MARIPOSA - [NamTae] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora