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Capítulo 12

Kim regresaría esa noche de Bellafire y Tae, ansioso, no podía quedarse quieto.

—Dahyun, por favor, prepárame mi atuendo amarillo… Ése con seda blanca en las mangas. ¿Sabes qué habrá para la cena?

—No, de eso se encarga Solar.

Taehyung caminaba nervioso por la habitación.

—¿Por qué quieres saberlo, Taehyung? —preguntó Dahyun, extrañada.

—Había pensado en carne de cordero asada con puré de papas. Tal vez de entrada, pastel de arándanos. ¡No, pastel, no! Mejor algo más liviano. ¿Se te ocurre algo?

—No sé, estaría bien una ensalada. ¿Qué se te ha dado por organizar la cena?

—¡Ah, ensaladas, claro! Pero no sé qué ensaladas prefiere Kim. No importa, le preguntaré a Solar.

—¡No puedo creer tanto alboroto por una cena para Kim! ¡Quién te ha visto y quién te ve, Jeon Taehyung! —La criada sonrió con picardía.

—¡Ay, Dahyun! A veces eres insufrible. —Dio media vuelta, y se dispuso a abandonar la habitación—. Indícale a Solar cómo he dispuesto la cena antes de que haga preparar otra comida —ordenó antes de salir.

—Como usted diga, joven Kim —contestó Dahyun con tono socarrón.

—¡Uy! Hoy no te aguanto.

Cerró la puerta y se marchó. Lo mejor sería salir un rato a despabilarse.

****

Hacía días que no visitaba a su amiga del monte. Siempre era bueno conversar con Catusha mientras tomaban el té. Taehyung encontraba mucha paz en su cabañita. De todos modos, no podía quejarse: las cosas iban mejor con Kim, después de todo.

Llegó y la encontró en el jardín, cuidando unos malvones. Esa mujer tenía una afinidad especial con las plantas. A su alrededor, todo parecía crecer sin dificultad. Las flores eran más bonitas, y sus colores más brillantes. Catusha hablaba con los rosales y los geranios como si fueran niños. Les decía cosas bonitas y cuánto los quería. Al principio Taehyung se sintió muy incómodo; llegó a pensar que su amiga del monte estaba loca de remate; pero al poco tiempo se acostumbró.

Catusha se puso tan contenta al verlo que Taehyung se imaginó la persona más importante para ella. El omega se sentía un príncipe cuando visitaba su cabaña: así era como su amiga lo trataba. Lo colmaba de atenciones y lo mimaba más que nadie. Charlaban de todo durante horas, y Taehyung siempre aprendía algo. Comían las exquisiteces que ella misma preparaba, tocaban el piano, y hasta leían juntos.

Aunque, en ocasiones, Catusha perdía la mirada en lontananza y por largos minutos no decía una palabra; en especial cuando mencionaba a Ken, su dichoso Ken.

****

Kim llegó a la estancia y olfateó que algo estaba sucediendo. Y no parecía ser nada bueno.

Solar daba órdenes a un grupo de peones en la puerta del establo principal; le pareció raro no ver a Dowoon; Dahyun lloraba con desconsuelo, mientras escuchaba a la beta dar sus instrucciones a los empleados. Sang-ho tampoco estaba a la vista.

Solar se calló cuando vio a Namjoon entrar al establo montado en su padrillo. Dahyun ahogó un grito de terror y sus sollozos recrudecieron.

—¿Qué pasa? —preguntó alarmado, aunque ya se lo estaba imaginando.

—Namjoon…

—¡Vamos, Solar, qué pasa!

—Taehyung… Salió muy temprano esta tarde y aún no ha vuelto.

COMO LA MARIPOSA - [NamTae] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora