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Capítulo 5.2

—¡Taehyung! ¡Despierta, vamos!

La voz de Dahyun parecía venir de ultratumba. Estaba aún dormido y los párpados le pesaban toneladas; no podía abrirlos. Se restregó los ojos. Como en la lejanía, escuchaba los pasos presurosos de su criada.

Trató de ubicar la ventana de su habitación: no la encontró. Tanteó con la mano, buscando el pañuelo en su mesa de noche, pero la cama parecía no tener fin.

—¿Dónde estoy?

Aunque sabía que no estaba en el dormitorio de la casa de su abuelo sino en lo de Kim, necesitó preguntar.

—Te encuentras en casa de tu alfa, el señor Kim Namjoon, ¿lo recuerdas? —replicó Dahyun, siguiendo el juego.

Por fin, Taehyung se incorporó. Sentía un dolor muscular en la espalda y la cabeza le pesaba. Reconoció a Dahyun que revisaba entre los baúles.

—¿Qué haces?

—Vamos, Taehyung, levántate. —Fue todo lo que le dijo.

—No quiero levantarme; quiero seguir durmiendo —dijo con pereza y volvió a recostarse sobre la almohada de pluma de ganso.

—¡Vamos, Taehyung!

Esta vez la mujer dio media vuelta y lo miró fijamente. Taehyung volvió a incorporarse.

—¡Vamos, levántate! Kim mandó decir que te espera en el comedor hoy a las ocho y media para cenar —insistió Dahyun, mientras retomaba la búsqueda—. ¡Ah, por fin! ¡Lo encontré! Te pondrás éste; es bellísimo y no está tan arrugado —dijo, mostrando en alto una túnica azul.

—¿Que Kim quiere cenar conmigo? ¿Quién te dijo?

—Y quién va a ser sino Solar —contestó Dahyun, sin quitar los ojos de la camisa—. Anda, levántate. Todavía hay mucho por hacer. Tengo que prepararte. Debes lucir como el omega deslumbrante que eres.

Cuando bajó al comedor, Kim y Solar ya estaban sentados a la mesa. Al verlo entrar, Namjoon se puso de pie y salió a su encuentro; sin decir palabra, le ofreció el brazo para acompañarlo hasta su sitio, al lado de él y frente a Solar. La beta lo observaba seriamente, con una mirada cargada de desaprobación. «No será fácil», pensó Taehyung, dirigiéndole un vistazo furtivo.

Una vez en su lugar, por el rabillo del ojo trató de mirar una vez más a Namjoon. Su cabello oscuro brillaba bajo la luz y su peinado, todo hacia atrás; Taehyung, perplejo, tuvo que admitir que le sentaba muy bien. Esa noche vestía una impecable camisa blanca con puños de encaje del mismo color. Tae odiaba los chalecos coloridos combinados con negro, pero a Namjoon le quedaba muy bien el suyo, tal vez por el contraste con su piel y el cabello oscuro, tal vez por la forma en que contorneaba su pecho.

El  omega estaba nervioso; las manos le temblaban, y se le ponían cada vez más húmedas a medida que los minutos corrían y nadie hablaba. Cuando las tripas comenzaron a hacerle ruido temió que Namjoon oyera. Tomó su copa de cristal y bebió un poco de agrio, pero la acidez de la bebida surtió el efecto contrario: acentuó aún más el vacío del estómago y los ruidos de sus entrañas. Tenía deseos de levantarse y salir corriendo sin dar ninguna explicación, a pesar de que le había prometido a Dahyun que se comportaría como un omega ejemplar.

COMO LA MARIPOSA - [NamTae] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora