VII

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“No importa el dolor que sienta tu corazón, si sigues creyendo, el deseo que quieras se hará realidad.”
«CEN»

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Número 12 de Grimmauld Place
Sirius Black salió cabreado de la reunión con la Orden. Voldermort parecía haber cambiado y querían aprovecharse de la situación, hasta ahí él estaba de acuerdo. Pero querían utilizar a Harry, su ahijado. La única familia que le quedaba, o al menos que le importaba. No podía permitir que aquello ocurriera. Sí algo se salía de control lo perdería a él también.

Se dirigió hacia su habitación con la intención de relajarse pero se encontró con su elfo doméstico allí.

¡Kreacher! ¿Cuántas veces te he dicho que no entres a mi habitación?

Su elfo en realidad era el elfo de la familia Black, él seguía siendo fiel a su familia de sangre y a sus ideales.

Kreacher lo siente.

Como siempre el elfo añadió algo más susurrando.

En realidad no.

No se molestó, ya estaba acostumbrado a su manía y sabía de sobra que el elfo seguía siendo fiel a su hermano, Regulus.

Iré a darme una vuelta. Ni se te ocurra pasar de nuevo aquí.

Cogió su chaqueta donde tenía su dinero. No debía salir de allí, siempre estaba encerrado debido a que mucha gente seguía pensando que él había traicionado a los Potter y a la Orden, también que era un despiadado asesino de muggles.
Pero aquel día había tenido suficiente, necesitaba una copa.

Por supuesto.

Está vez susurró algo que lo descolocó un poco pero que ignoró.

¡Por siempre puros!

El lema de la familia a la que había abandonado.
El cuadro de su madre, que colgaba en mitad del gran salón, se rió cuando salió por la puerta.

En algún motel cercano a Islington
Ya tenía localizado los sitios de ocio que podía visitar en la ciudad muggle. Si no podía ser visto por otros magos, al menos le quedaba el desahogo de poder relacionarse con otras personas. Por supuesto esto no se lo había trasladado a ninguno de la Orden con temor a que le prohibieran su único ocio. Había estado atrapado por mucho tiempo e injustamente, se merecía algo así.

Entró al motel y se sentó en el primer sitio que se encontró libre en la barra. Al sentarse una hermosa mujer de cabello negro se le acercó.

¿Me invitas a una copa?

Le sonrió de medio lado, no tenía porqué privarse del placer aquella noche.

Por supuesto, ¿qué quiere esta hermosa dama?

En menos de media hora Sirius empezó a sentirse algo mareado y borracho, quizás se había pasado con las copas.
Se distrajo cuando sintió un dulce susurró en su oreja.

¿Quieres subir a una habitación?

No fue capaz de negarse con aquella mirada que le estaba dando esa hermosa mujer. Dejó que le agarrara la mano y lo dirigiera a una de las habitaciones de arriba.

Purified heart.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora