Purified heart.

XV

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“Los hombres siempre han aprendido del pasado. Después de todo, ¡puedes aprender la historia al revés!”
«LEELP»

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Mansión Malfoy
Tom Riddle estaba sentado en una silla frente a una bola de cristal, la única iluminación de la habitación. A través de esta veía a la sangre sucia saltar de un lado hacia otro.

— ¿Por qué hace eso?

Le preguntó a su serpiente quien no se separaba de él.

— Señor, debería haberle dejado algo para que se entretuviera.

— Pero no quiero que se sienta cómoda. Quiero que sufra como no puedo hacerle sufrir.

— ¿Y por qué se preocupa por ella?

— No lo sé. Nagini, cambiemos de tema. Quiero castigar a ese inútil de Malfoy. Pero han terminado pillandolo. ¿Tiene familia?

Así dejó de pensar un rato en la sangre sucia pero al final del día tuvo que volver a su habitación donde la encontró dormida.

Se quitó la ropa quedándose en ropa interior y agarrando la manta se metió dentro junto a ella. La chica se giró para abrazarlo apoyando el peso en su pecho.

Tom no sintió la necesidad de apartarla de sí y echarla a un lado.

Hogwarts
Snape y Harry llevaban un rato intentando que el chico se uniera en aquella rara conexión con el señor oscuro. No habían tenido mucho éxito.

— Como ha sabía, es usted un inútil Potter.

El profesor salió cerrando fuertemente la puerta de la sala dejándolo solo.

Harry se sintió furioso, ¿por qué no podía usar la conexión cuando quisiera?

Se golpeó la cabeza contra la mesa y cerró los ojos viendo una habitación que no era la suya. Siguió golpeándose la cabeza.

Se vio tumbado en una cama casi desnudo y con Hermione sobre su pecho.
No podía controlar su cuerpo pero si podían ser espectador.
Su cuerpo se movió quedando de medio lado y se acercó para darle un beso en los labios. La chica parecía estar dormida.
Sus manos se movieron hacia la camisa de la chica que empezó a subir hasta arriba de sus pechos. Sus manos se movieron hasta los montículos y la carne expuesta del sujetador, donde apretó. Ya sentía algo doloroso entre sus piernas pero el propietario del cuerpo siguió moviéndose.

Mansión Malfoy
Tom tenía a la chica como quiera, no sabía desde cuándo, entre sus brazos. Sus pechos eran tan blandos y grandes que los sintió contra su cuerpo y necesitaba probar de ellos.
Bajó hasta la altura de la chica en la cama y tras tocarlos por encima del sujetador, sintió que necesitaba más de ella. Le bajó el sujetador quedando los pechos hacia arriba, con sus pezones apuntándole a la cara, como si fuera una petición de querer ser chupados.
No se contuvo y acercó su boca al peso izquierdo mientras seguir acariciando el pecho derecho. Con sus labios rodeo el pezón y dada lamidas por encima. No podía detenerse, era una obsesión que crecía con cuánto más tomaba.
No se detuvo ni cuando escuchó unos gemidos, ni cuando sintió que la chica se tensaba bajo sus brazos.

— ¡Tom!

Hermione se despertó por una humedad en sus pechos, por la saliva del chico, pero también en sus partes por los mimos del chico sobre su cuerpo.

El chico terminó por quitarle la camisa y el sujetador agarrando ahora sus pechos con ambas manos. Amasándolos y acariciándolos con extremo cariño.
Ella se vio abriendo las piernas invitándolo a su placer. Cosa que él no se negó y junto su polla ya dura contra su pelvis, él bajó dejándola casi encima y ahora sintiéndolo contra su coño.

— Tom, por favor.

— ¿Por favor qué?

La chica no le respondió, tenía la mente en blanco y se había dejado llevar. Sólo podía producir gemidos por su boca mientras se dejaba llevar por sus caricias.

Tom maldijo al verla tan lista para él, podía correrse de solo escucharla.
Ella empezó a restregarse encima de su polla con la ropa aún de por medio, pero aquello parecía apizaguar la calentura de momento. Así que él la tumbó sobre su cama y empezó a dar estocadas simulando que estaba follándola.

— Si, así Tom.

Ella se retorcía entre sus brazos y terminó de derretirlo cuando la chica se apretó aún más contra él y con más fuerza corriéndose antes que él.

— Maldita sea.

La cara que había puesto mientras se corría para él y sus pechos que se movían siguiendo los movimientos que él hacia. Él no tardó el llegar.

— Serás mi maldición, bruja.

Hermione se sintió avergonzada en cuanto volvió en sí. Estaba mojada por su orgasmo y podía sentir la humedad en los calzoncillos del chico que se apoyaban sobre su estómago. Podía sentir su corrida a través de la ropa y terminó escondiendo su cara entre sus manos en un intento desesperado por huir.

Tom se levantó dirigiéndose hacia el baño de la habitación. Ella se quedó mirando hacia el techo pensando en lo que había ocurrido. No encontraba una explicación lógica de como se habían comportado. Ni siquiera había sido así con Voldermort. Era raro, eran la misma persona. Quizás su versión joven era más hormonal mientras Voldermort siempre la había protegido y respetado.

El chico salió del baño y la señaló.

— Puedes bañarte o lo que quieras, tengo que hacer algo.

No esperaba amor de su parte pero tampoco aquella indiferencia. ¿Sólo había significado algo para ella?

Hogwarts
Snape le daba una charla a Dumbledore sobre porque utilizar al chico Potter era una mala idea.

— Señor, será mejor que yo vaya a verle. Se cómo contactar con él.

— Severus, ahora no hablamos de querer saber dónde está. No podemos perder su papel de espía para Tom.

— ¿Entonces no confía que esto salga adelante?

— Si algo se sale de control quiero tener un as bajo la manga. Usted no puede perder su rol.

— Pero él estará de nuestra parte.

— Él si. ¿Pero ha pensado sobre cómo será una vez se una a su otro trozo de alma?

Dumbledore tenía razón, como siempre. Snape estaba cansado de ser un doble espia pero era su castigo por matar a la mujer que amaba.

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