Purified heart.

XII

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“No es posible que un mundo que hace tantas maravillas sea tan malo.”
«LASIR»

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Mansión del señor oscuro
Hermione estaba entre la espada y la pared. Su mejor amigo la necesitaba, aquel chico que conocía desde el primer año de su vida académica mágica. Pero por otro lado el señor tenebroso, el amo y señor de la oscuridad, Voldermort se encontraba deprimido por su culpa. ¿A quién debía acudir primero? Quizás podría hablar con Voldermort y solucionarlo rápido para acudir en ayuda de su amigo.
Sí, eso sería lo más justo.

— Voldermort.

Demasiado seria llegó a la habitación del hombre a quien encontró sentado en la cama mirando hacia una pared, como si esta fuera muy interesante.

— ¿Qué ha pasado con Voldy?

— No es el momento.

Hermione se subió en la cama y se deslizó hasta quedar detrás de él para abrazarlo por la cintura y dándole pequeños besos desde atrás. Fue bajando por sus mejillas hasta llegar a su cuello donde mimó más tiempo al ver que eso le gustaba.

— Lo siento, no quería decir nada de eso. Tú tienes tus motivos y yo soy solo una niña aún.

Le dijo cambiando la posición de su abrazo, ahora lo abrazaba por los hombros y había pasado sus besos a uno solo en su cabeza.

Él se giró rompiendo el abrazo para crear otro con el que terminaron ambos tirados en la cama abrazados. En aquella posición se podían mirar a los ojos cuanto quisieran. No había incomodidad por ninguno, sentían que aquel era el lugar correcto para estar.

Sin mucho reparo él se acercó a sus labios dejando un suave beso antes de soltarla.

— Querías decir todo lo que me dijiste pero no te preocupes. No tienes porqué verme en mi otra forma si no quieres.

Hermione se quedó mirándolo en silencio aún tumbada en la cama. Debía dejarlo y le estaba costando más de lo que debería.
Se sentó a su lado y le agarró la mano apretandosela.

— Tengo que volver al colegio pero prometo que volveré.

— ¿Por qué?

La chica lo miró sin comprender demasiado bien la pregunta y él extendió su razonamiento.

— ¿Por qué volverías?

— Porque quiero.

— ¿Y por qué quieres?

Todavía no comprendía por dónde iban aquellas preguntas.

— Te quiero.

Soltó su mano al escucharle aquellas palabras. Sabía que él sentía algo por ella. Sino ya la hubiese matado pero no esperaba una confesión tan pronto y algo aterrorizada se lanzó a sus brazos callando sus labios con un beso.

Separándose ambos se despidieron sin palabras, con una simple mirada que sellaba sus palabras.

Hogwarts
Harry, Luna, Ron, Neville y Ginny se encontraban en un rincón escondido en las afueras del colegio.
Cuando Harry les contó su preocupación a sus amigos estos no dudaron en ayudarle a ir en busca de su padrino y con seis mentes pensaron un plan de huida hasta el ministerio. Usarían los Thestrals del colegio para así no dejar ningún rastro de magia y así poder cruzar las protecciones del colegio.

— ¿Os ibais sin mi?

Harry se giró hacia la persona que les habló y se encontró con una sorpresa. Feliz casi se tira a sus brazos para no soltarla.

— Gracias a Dios, Herms.

— ¡Herms!

Sus otros amigos la rodearon dándole la bienvenida también. Pero el momento pasó rápido en lo que le contaron a la chica los últimos acontecimientos con su plan.

— Yo voy también.

— Tengo una pregunta para ti.

Harry la ayudó a subir al Thestral pero le sujetó la mano antes de dejarla ir.

— ¿Has estado todo el tiempo con Voldermort?

Ella asintió y comprendió a su amigo al instante.

— ¿Seguro que no es una trampa de sus mortifagos? Él no ha podido hacerte ver nada durante todo el tiempo que estuve con él. O eso creo, me habría dado cuenta.

El chico asintió y se dirigió a su propio Thestral dirigiendo al resto para que le siguieran hacia el ministerio.

Mansión Malfoy
Tom Riddle miraba a la serpiente fijamente.
Nagini notó algo extraño en su amo pero aún así no rompió la lucha de miradas que había comenzado.

— ¿Qué pasa, amo?

— Nagini, he perdido uno de mis horcruxes cuando esos inútiles me hicieron llamar. Necesito otro horcrux y estoy pensando que podría ser esta vez. O mejor dicho, quien.

— Y, ¿quién podría ser?

— Tú, mi querida amiga. Has demostrado que eres distinta a las demás y leal a mí.

Unos golpes en la puerta detuvo su conversación y por esta entró Lucius Malfoy con la mirada agachada como si temiera algún movimiento por parte de su señor.

— ¿Quería verme, mi señor?

— Lucius, quiero que vayas al ministerio para darle la bienvenida a Potter y me traigas la profecía.

El hombre asintió sin mucha opción a negarse a una orden de su amo y se dio la vuelta para salir.

Ministerio de Magia
Los amigos se dirigieron al departamento de misterios donde deberían encontrar a Sirius Black según la visión de Harry pero allí no encontraron a nadie.

— ¿Estás seguro que es aquí?

Hermione preguntó mirando hacia todos lados preocupada. Había sido muy fácil entrar allí y aquella sala en silencio era muy rara.

— Si, ¡lo vi aquí!

— ¡Harry!

La voz de Neville llamó la atención de todos que se giraron hacia él, quien miraba hacia una profecía.

— Esto tiene tu nombre.

El chico se acercó hacia la profecía y la agarró haciendo que una luz la envolviera.

«El único con poder para derrotar al Señor tenebroso se acerca. Nacido de los que lo han desafiado tres veces, vendrá al mundo al concluir el séptimo mes...»

La voz de la profesora Trelawney fue interrumpida por unos aplausos. Todos se giraron hacia el origen del sonido.

— ¿Por qué no sigue señor Potter? ¿No tiene curiosidad sobre su profecía? El porqué de todo. De su vida y su unión con el señor tenebroso. ¿Por qué usted y no otro?

Algunos mortifagos aparecieron tras Lucius Malfoy, quien se iba acercando lentamente al chico con gafas.
Lucius levantó la mano con la intención de coger la profecía pero el chico se apartó.

— Ya llevo esperando muy tiempo esperando. Qué más da un poco más.

Las palabras de Harry provocaron a Bellatrix Lestrange quien levantó su varita con la intención de herirlo pero Lucius la detuvo por miedo de romper la profecía.

Los chicos fueron andando cuidadosamente hacia atrás cuando todos echaron a correr hacia la salida.

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