16/2. HERMOSO LUGAR

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《• Elizabeth White •》

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《• Elizabeth White •》


Jack iba manejando por una carretera que yo no conocía, no sabía a dónde me llevaría, solo que era alejado de mi casa. La curiosidad crecía en mí al mismo tiempo que nos íbamos alejando poco a poco. Las calles estaban solas y no se veía ni un Alma a estas horas.
Solo a él se le ocurría dar un paseo en la madrugada y solo yo aceptaba a esto.

—Jack, ¿a dónde vamos? —le pregunté cerca de su oído.

Él, sin dejar de mirar al frente me respondió:

—Es una sorpresa.

¿Sorpresa? ¿Acaso se había dado cuenta que era mi cumpleaños? No, no lo creo, tal vez es una sorpresa aparte de eso.

—Creo que necesito saber a donde me llevarás para deshacerte de mí —dije con gracia.

Escuché como él soltó una pequeña risa a pesar del ruido de la moto, y fue como música para mis oídos

—Tal vez no sea solo para deshacerme de ti —respondió.

Yo arrugué mis cejas y le di un suave golpe en la espalda y me sostuve de nuevo a su abdomen. Él negó, mientras seguía llevándome a un lugar desconocido.

De repente, tomó otro camino que se alejaba de la autopista, no sabía a dónde me llevaba, tenía algo de nervios, pues era de noche y nunca había venido a este lugar. El camino era rocoso, con algunas plantas a su alrededor y algunos árboles. La luna iluminaba un poco el camino. Jack apagó las luces de su moto y seguido apagó esta.

Me bajé de la moto y él también, se posicionó a mi lado sin decirme nada y comenzamos a caminar. No caminamos mucho hasta que Jack dijo que parara. Se puso detrás mío y cubrió mis ojos con sus manos. Los nervios habían vuelto. No sabía que estaba pasando.

—Elizabeth. ¿Confías en mi? —susurró, cerca de mi oído.

¿Confiaba en Jack? Sin pensarlo tanto, asentí varias veces convencida. Eso bastó para que él empezara a caminar haciendo que yo también, guiándome hacia Dios sabe donde. Solo sentía algunas hojas secas crujir debajo de mis pies con cada paso que daba en ese camino desconocido.

Después de poco nos detuvimos. Él aún seguía cubriendo mis ojos. Pude sentir la brisa de la noche recorrer mi cuerpo, lo que hizo que me estremeciera de frío.

Poco a poco Jack, fue retirando sus manos y cuando estuve completamente libre de oscuridad vi que estaba parada en el filo de una montaña que daba vista hacia la ciudad. Por inercia, di algunos pasos hacia atrás para no caer y choqué con un cuerpo cálido.

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