Capítulo 7

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10 de septiembre del 2016

-Oye –una voz me llama.

Siento que me acarician el hombro suavemente.

-Cariño, levántate.

Me giro dándole la espalda, pero con la fuerza que tiene se las arregla para voltearme de nuevo.

-Déjame dormir -susurro.

Suspira- Tengo que irme –abro los ojos inmediatamente.

Me encuentro con que está sentado a medio lado en mi cama. Tiene el cabello algo mojado, lleva una camiseta negra que se ajusta perfectamente a su torso y unos jeans.

- ¿Sucede algo? -pregunto algo desorientada.

-Trabajo, eso es todo, estaré en Albania por 3 días, pero volveré, lo prometo –dice mirándome a los ojos.

Como puedo, me siento en la cama. Sus ojos se desvían al escote de mi pijama azul cielo.

-Mis ojos están acá arriba –le digo con una ceja alzada.

Una sonrisa se forma en sus labios –Lo sé, solo que es algo que se me sale de las manos –dice y se encoge de hombros.

- ¿Irás con Nick? –indago.

Suspira pesadamente –No, el queda a cargo acá, iré con otros de mis hombres –dice y levanta su mano y acaricia con su pulgar mi mejilla.

-Quédate, por favor –siempre lo intento, pero la respuesta es siempre la misma.

-No, lo siento, ya hemos hablado de esto, estaré bien –dice y bajo la mirada- ¡Ey! Mírame –alza mi barbilla con delicadeza- Te amo ¿lo sabes? –recuesta su frente con la mía.

-Más te vale que regreses –le advierto y ríe.

-Estás hablando con unos de los mejores, no tienes por qué preocuparte, además yo siempre regreso.

-Sí, pero con un brazo roto, un golpe en la cara, una costilla rota, una herida de bala, una lesión en el brazo o...

-Wow, Wow –ríe- esos son efectos secundarios, pero...-suspira- Pase lo que pase, yo siempre encontrare la manera de volver a ti.

No resisto más y lo beso desesperadamente.

Besarlo es una de las sensaciones más maravillosas que he experimentado, me pierdo en el éxtasis y deseo que desencadenan sus labios, muerde mi labio inferior y deja un leve ardor que luego calma con la punta de su lengua, vuelve a presionar sus labios de manera casta y se separa.

Me pierdo en sus ojos, me quedo con cada detalle de su cara.

-Te amo –le digo.

-Yo a ti...

AGH.

Maldita sea.

Arrojo una almohada a la pared y dejo escapar un grito de frustración.

Miro la hora son las 8 am.

Ok, no debería hacer esto, pero lo hare.

No creo que responda, allá deben ser aproximadamente las 2 am. Cojo mi teléfono en la mesa de noche y marco el número.

Un timbre, nada.

Dos timbres, nada.

Va por el quinto y decido que voy a colgar, pero responde.

Sobreviviendo al pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora