Máscaras de Cristal ⚔️ Wangxian

V

«Qishan»

Qishan, la cuna del auto nombrado Reino del Sol, no parecía hacer mucho honor a su nombre, más bien debía llamarse el Reino de la penumbra, o de las sombras, de la oscuridad... En fin había un montonal de nombres distintos que lucirían más tomando en cuenta el deprimente aspecto de la Ciudad que rodeaba al Palacio Imperial de los Wen, la Ciudad sin Noche.

Ciudad sin Noche poseía un paisaje sombrío y un tanto difícil de describir, un paisaje que más bien llegaba a carecer de la presencia de rayos solares, manteniendo la mayor parte del tiempo un cielo grisáceo y lúgubre que a decir verdad resultaba realmente deprimente. La percepción de la energía en el ambiente a menudo resultaba pesada, casi tanto como si la energía resentida fluyera continuamente en los aires de Qishan, la tierra era poco fértil y la gente era jodidamente pobre a comparación de la ostentosa y lujosa vida que llevaban el Emperador y sus hijos, así como sus funcionarios más arraigados, los aduladores profesionales así como algunos arrastrados de por ahí que siempre andaban detrás de la familia Real igual que un montón de perros falderos con la cara demasiado delgada. Solamente este pequeño grupo era el que podía gozar de suficientes monedas como para despilfarrar, todo lo contrario a las penurias que día con día enfrentaban los ciudadanos, luchando todos los días por ganar un par de monedas que a duras penas y alcanzaban para poder llevar un poco de pan barato a sus mesas, gente que se hundía en la pobreza y la desesperación por no tener lo suficiente para mantener a sus hijos y familia en general, gente que todos los días salía a trabajar para ganarse la vida honradamente y que al final del día no obtenía más que una miseria que no rendía lo suficientemente para cubrir todas sus necesidades. Mientras que había otros que simplemente siendo un montón de arrastrados vivían mucho mejor... Razonando de esa forma la situación, muchos ciudadanos de Qishan llegaron a cuestionarse cuál era la forma correcta de actuar, ¿Debían abandonar su moral y aferrarse desesperadamente a los muslos de los de arriba para vivir bien?¿Servía de algo la honestidad y el esfuerzo? ¿Por qué a aquellos que actuaban mal a menudo les iba mejor en la vida?

Pero sin importar cuánto lo pensaran, nunca encontrarían una respuesta apropiada para sus inquietudes, al final del día la mayoría concluía que a pesar de verse como la alternativa más fácil, seguir un camino plagado de arrastrados y malas acciones, en realidad no era nada fácil, al terminar la historia, todos aquellos que actuaban malamente estaban condenados a ser castigados por los justos o simplemente por el karma, además de que vivían su vida con temor a que sus crímenes fueran expuestos; de modo que, la mayoría prefería seguir adelante todos los días esforzándose al máximo para salir adelante, con la frente en alto y la conciencia limpia.

A lo largo y ancho de los antiguos textos que hablaban de la historia de cada Reino, Qishan siempre había sido caracterizado por ser un Reino... Un poco distinto a los demás. Wen Mao, uno de los primeros gobernantes del Reino del Sol, había sido el primer Emperador en centrar su atención en los descendientes reales de sangre pura, sin aceptar relación con discípulos de otras familias ni con otros Reinos a los que considerara inferiores. A pesar de que después de la muerte del Emperador, causada por una supuesta desviación de Qi, el antíguo régimen había desaparecido, aún así, muchos de sus principios aún seguían en pie.

Wen Ruohan, el actual líder del reino de Qishan, había estado rescatando y actuando de acuerdo a muchos de estos preceptos, aunque realmente había ido demasiado lejos a comparación de lo que Wen Mao hizo en su momento, mira que atacar a varios Reinos simultáneamente y sin razón era algo impensable, sin embargo, el objetivo de Wen Ruohan, a todas luces, era obvio: Obtener el poder y control absoluto de los territorios y riquezas del resto. Sin importar si tenía que asesinar, engañar o lo que fuese en el proceso, su ambición no tenía límites.