-Vamos, vamos para- Asami no podía de la risa, ambas iban entrando al departamento de la ojiverde jugando a las cosquillas.
-no.. esa no es la palabra mágica ojiverde tramposa- la morena no cedería, ambas entraron y Korra con su pie cerró la puerta- Vamos soy el monstruo de las cosquillas graaaaah- la militar tomó en sus brazos a la CEO y la dejo en el sofá, al subirsele encima siguió con su juego escuchándola reír, una vez se detuvo para dejarla tomar aire alzó una ceja- ¿Cuál es la palabra mágica?
-¿Porfavor?- la CEO respiraba agitadamente.
-No lo creo... Pero como soy muy benevolente te daré otra oportunidad, a ver dime.. ¿La palabra mágica?
-Oh vamos, la "oración mágica"- siempre corrigiendo la ojiverde- es Dame un beso.
-Tilin tilin- los aplausos exagerados de la escolta hicieron reír a Asami- esa es la oración correcta, Entonces soldado Sato pido permiso para proceder...
-Concedido general Waters- la coqueta ojiverde atrapó los labios de la morena y ambas se sumieron en un caliente y fogoso beso. Asami se sentía en las nubes al poder besar a la militar de esa forma.
Las manos de Korra tomaron firmemente la cintura de Asami, la morena quería sentirla cerca. Una de las camisas salió volando y esa fue la de Korra dejándola en un top deportivo, cosa que a la Ojiverde excitó demasiado. La militar tenía un cuerpo de infarto, ese Abdomen definido, esa fuerte espalda y los brazos que le daban ese toque de rudeza y a la vez feminidad, con solo verla así sentía que podía venirse almenos una vez.
La morena le quitó la blusa a Asami y notó los hermosos y voluptuosos pechos de la CEO. Asami se sentía halagada por ver el hambre con el que Korra miraba sus dos pechos, pero no podía dejar de sentirse insegura, Iroh siempre le había dicho que ella era mala en el ámbito sexual, no quería decepcionar a Korra de esa manera. ¿Y si la militar se aburría? Los miedos de Asami se podían ver en su mirada y eso detuvó a la militar.
-¿Estás bien?- Korra jadeó mirándola y le acarició el rostro- es.. ¿Es por lo que dijo Iroh verdad?- al mirarla asentir pasó saliva- Asami, eso a mí no me importa y a ti debería tampoco importarte, es un comentario sin importancia.
-¿Y sí no logró hacerlo? ¿Y si soy tan mala como dice Iroh?.. ¿Porqué estás aquí? Hay tantas chicas que podrían darte la mejor noche de tu vida, creo que hasta mi mamá podría y tú estás con una..
-No te atrevas a decir eso- Los labios de la militar sellaron los de la ojiverde impidiéndole hablar- Asami, muchas veces la gente es patética y dice cosas por ocultar sus inseguridades. Tú eres una mujer completa, y si ese imbécil no pudo verlo fue y será su problema toda una vida. ¿Porqué te reclamaría como tuya hoy sí fueras mala en la cama? Lo sexual es lo de menos, porque si tú eres mala Entonces yo soy una imbécil, porque no de trata de como fue tu experiencia en el pasado, somos nosotras dos ahora y ambas tenemos cosas que aprender, quiero conocer tu cuerpo, quiero que cada vez que sienta tu aroma tan delicioso mi propio cuerpo se pierda en placer, quiero recordar tu suave y deliciosa piel, no necesito que un imbécil como Iroh me diga cómo hacerte el amor porque yo misma lo descubriré, y tú.. tú déjate llevar, con amor las cosas salen siempre bien.
-Porfavor hazme tuya..
-son las palabras más hermosas que he escuchado, Gracias Dios por crear el español- La militar hizo una señal al cielo haciendo reír a la ingeniera. Aquella risa fue reemplazada por un suave gemido de placer, el primer roce de los labios de la ojiazul en su cuello era el causante de aquel sonido. Los besos de korra bajaron humedamente por las clavículas definidas de su mujer, sus manos tibias se encargaron de retirar aquel molesto cinturón y el pantalón dejando a la ojiverde en su sexy conjunto de lenceria- vaya vaya pero que tenemos aquí.. mmmm- el deseo en los ojos de la militar hizo erizar a Asami, jamás pensó que alguien podría verla con tal deseo, Asami sintió que de esta no saldría viva.
ESTÁS LEYENDO
•La Guardaespaldas• (My bodyguard)
FanfictionKorra Waters es una ex-militar retirada de las fuerzas especiales de ciudad República. A sus 32 años fue una de las mejores comandantes que las fuerzas especiales pudo tener pero un fatídico accidente le costó su carrera, lo que la dejo devastada. c...