Capítulo 4: Una Palabra, Un Abrazo, Una Vida

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Los norcoreanos van hasta el lugar de la explosión en búsqueda de los fugitivos, al llegar los encuentran junto con el escuadrón Alfa, quienes estaban cerca del lugar y recibieron un llamado de auxilio por radio de parte de Sveinbjörn antes de que el helicóptero callera, en ese momento acribillan a los pocos norcoreanos que estaban allí y mientras suben a todos los prisioneros a los dos helicópteros que llevaban estos combaten con los demás norcoreanos que se acercaron, acabando sin problema con ellos, mientras van camino a la base, Vladimir se percata de que Morgan y Murray tienen heridas leves, y que podrán sobrevivir, mientras que Sveinbjörn tiene heridas más graves, dos impactos de un rifle de francotirador calibre cincuenta y cuatro cristales enterrados en el abdomen, uno de ellos a punto de perforarle el hígado.

Al llegar a la base, los oficiales le avisan a Allyson que traerán a algunos prisioneros de guerra que fueron rescatados, le informan que hay dos con heridas fáciles de tratar, que estarán bien y que podrán aguantar, ya que ella estará encargada de tratar primero al más grave, ella inmediatamente ordena que se preparen para cirugía, es entonces que ve entrando a su esposo quién estaba cautivo, entrando en una camilla muy malherido, ella inmediatamente a pesar de no poder evitar que salgan sus lágrimas, se concentra en realizar la cirugía y evitar el llanto. Pasadas dos horas y media la cirugía termina, y Allyson inmediatamente atiende a Morgan y a Murray quienes tenían heridas leves. Entonces va de vuelta a la cama donde se encuentra su esposo, entonces pide que la dejen a solas con Sveinbjörn, rompiendo en llanto inmediatamente, pasados unos treinta minutos y sin que Allyson se de cuenta, Sveinbjörn recupera el conocimiento y al ver lo que sucede se da cuenta de que lograron huir de su cautiverio y que su esposa le salvó la vida, entonces este le dice -Ya estoy aquí, no te preocupes, ahora estoy bien- Allyson inmediatamente escucha esas palabras lo abraza fuertemente y llorando le dice -No vuelvas a asustarme así maldito imbécil, creí... Creí que te perdería para siempre- al escucharla, Sveinbjörn se funde en un gran abrazo con ella.

Entonces se ve al sargento Jang en su refugio junto al francotirador misterioso quién dice -Aún no sé quién eres y tú tampoco sabes quién soy. Pero pronto lo sabremos y entonces comenzará el Armaggeddon-.

Sangre, Pasión Y BalasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora