Para cuando Mesh caminaba por los pasillos devastados de la mansión de los Héroes estaba claro que allí se había desatado el caos brutal y feroz de la batalla. En lo personal no le fue difícil lidiar con el enemigo que había encontrado en las afueras, pero bien sabía que para humanos comunes tener que hacer frente a las bestias de sus pesadillas era algo sencillamente imposible. Con esto en mente no llamó su atención el no ver restos de las fuerzas enemigas y sí toparse con los cadáveres (o partes de cuerpos mutilados) de las mismas fuerzas de defensa que conformaban o a la propia HexHell o a los cuerpos de seguridad avocados a la protección del Concilio.
Por el pasillo que conducía a la sala de reuniones se detuvo. Las paredes estaban manchadas de un extraño color negro y a sus fosas nasales llegó el inconfundible olor dulzón y fuerte de la tinta.
¿Qué diablos sucedió? Se preguntó seguro de que fuera lo que fuera algo grande se había desatado en ese lugar y momentos tan especiales y sin ninguna duda no se trataba de un ataque casual y repentino.
Su llega a la sala de reuniones fue recibida por el murmullo creciente de los presentes. Observador como era notó un cuerpo repleto de heridas de bala recostado contra una pared al que nadie prestaba atención. Vestía las ropas de las fuerzas de defensa, pero su rostro y lo que quedaba del cuerpo estaban tan destrozados por los disparos que fue incapaz de reconocer a la persona que hubiera sido, aunque sí pudo ver que se trataba de una mujer. ¿Un ataque interno quizá? ¿Una traición? Con estos pensamientos se abrió paso hasta el lugar en que divisó a Selena Pendragon y algunos miembros de HexHell.
A medida que los líderes se percataron de su presencia un silencio generalizado se formó en la sala.
La líder de HexHell le dedicó una mirada seria y Mesh pudo escuchar en sus propias palabras el "tenemos que hablar" sumado a un "solo espero que traigas buenas noticias".
Él abrió las manos de par en par y agachó levemente la cabeza.
—Veo que no solo nosotros fuimos sorprendidos —dijo lo suficientemente bajo para que solo su jefa y aquel que era su mano derecha, Michael B. Roughs, lo escucharan.
Palabras alegres y de una cordial sinceridad a pesar de la ocasión, interrumpieron la ausencia de sonidos.
—Muchacho, hacía mucho tiempo que no te veía —saludó la reina María de Eudamonia a la distancia, con el rostro ensombrecido a pesar de la sonrisa que exhibía.
—Mi señora, sigue siendo tan hermosa como hace sesenta y cinco años atrás —Mesh, al acercarse con rápidas zancadas, tomó la mano que la reina le ofrecía entre las suyas y la besó con suavidad, como si acariciara una flor. El aroma de la edad le llegó junto con el de mil recuerdos de momentos pasados y hasta ese entonces olvidados en su mente.
—Tan halagador como siempre. Y además tu sí que permaneces igual que antes. ¿Compartirías algún día el secreto de tu eterna juventud?
—¿Para qué quiere eterna juventud una mujer que permanecerá joven y fuerte en el recuerdo de todo su pueblo? Eso es lo que llamó una real inmortalidad —dijo el guardián regresando a su lugar con una sonrisa en el rostro, ignorando las miradas que todos en la audiencia le dedicaban, algunas de ellas tan amigables como las que un cocodrilo podría dedicarle a una cebra empantanada que esta por ser su presa.
—Mesh, ¿qué sucedió con la tarea que te fue encomendada? —Era Selena ahora quien hablaba, leyendo la tensión del ambiente y sabiendo que lo mejor era adelantarse a cualquier clase de queja sobre la "tardía" llegada del mejor de sus guerreros.
—Misión cumplida. —respondió sin dudarlo aquel hombre de largos cabellos y gran estatura. Se giró, le dedicó una mirada que la respetable líder pudo interpretar correctamente como el "¿se divirtieron?" que era y no agregó nada más.
—Siempre en esas misiones tan extrañas, tan curiosas. ¿Creerías si te digo que para una reina la existencia de otros mundos no es más que un asunto menor comparado a la política del suyo propio? —comentó la reina María antes de que alguien más pudiera decir palabra alguna.
—La política... —comenzó Mesh y recorrió con sus ojos la atiborrada habitación —también es el arte de manejar las historias y los sueños. No creo que exista una gran diferencia —afirmó complaciente. La reina lanzó una carcajada bastante extraña en ella luego estiró su mano en dirección a Selena. —Comparte las buenas noticias con el recién llegado —dijo, u ordenó, pues cuando se trataba de aquella mujer siempre era difícil saber cuándo era una cosa o la otra.
—Sabemos quién es el enemigo. Lo que viste afuera más que un ataque fue una suerte de presentación. Los —
—Genealogos. —interrumpió Mesh —Sí. Ya tuve el gusto. Me encontré con uno afuera, se hacía llamar D o algo parecido. Vlad dio buena cuenta de él. Ahora mismo sus recuerdos e ideas me pertenecen y puedo verlos con claridad. —dijo como si se tratase de lo más lógico del mundo. —Con que los Genealogos, ¿eh? Un nombre curioso sin dudas. La pregunta es, ¿se trata de una pista hacia algún árbol genealógico o será quizá la pancarta de una contra historia subjetiva?* —
—Ya hablaran de eso en su base. —comentó la reina juntando las viejas manos sobre el regazo. Luego volvió el rostro hacia todos los presentes dedicándoles una mirada a todos y cada uno de ellos. Por un momento pareció querer dar un discurso, pero luego suspiró y solo dijo —Imagino que todos tendrán mucho de qué hablar este día y los siguientes. No dudo igualmente que cada uno de los presentes recordará y por sobre todo honrará adecuadamente el pacto de secreto que atraviesa a todas y cada una de las personas enteradas y encargadas de las relaciones con el mundo más allá de este mundo, ¿verdad? —Un rápido asentimiento siguió a sus palabras de advertencia velada. —Siendo así dado lo intenso de las últimas horas creo que lo mejor es dar por terminada la sesión. ¿Alguien en contra? —inquirió y tal como esperaba nadie se opuso, aunque alguna que otra mirada fue intercambiada.
Tras sus palabras todos los líderes y sus guardaespaldas (en el caso de estos últimos, los pocos que habían sobrevivido) se levantaron de sus asientos y a paso más o menos tambaleante salieron del lugar. Estaba claro que de haber sido por ellos permanecerían debatiendo toda la noche (y toda la vida, si se les permitía, pensó Selena para sí).
—Guardián de la historia —la voz fuerte de María lo llamó desde su lugar todavía en la cabecera de la mesa mientras se marchaba tras su líder y los miembros de la organización.
Mesh se volteó mientras el resto de los presentes terminaba por marcharse.
—Fuimos atacados en nuestra propia base. Valientes hombres y mujeres murieron en esta casa donde tantos años antes sucedió la misma historia. Aquí donde llevamos adelante nuestra heroica revolución. No permitas que se burlen de nuestro pasado. Elimina a los enemigos de la humanidad. A todos. —Dijo en un tono que distaba de ser un pedido o un ruego. Aquellas palabras no admitían discusión, eran una orden fuerte y clara.
Mesh sonrió y haciendo sentida reverencia respondió:
—Así será, María de Eudamonia, la reina de ningún lugar —.*Genealogía puede referir a dos cosas. Por un lado, la idea tradicional apunta al estudio y seguimiento de la ascendencia y descendencia de una familia (normalmente así es como se crean los "arboles genealógicos"). Por su parte el filósofo francés Michael Foucault amplió el concepto a fines del siglo XX para convertirlo en una metodología de investigación histórica que colocaba a los sujetos en una posición privilegiada y desde la que se derivaba el desarrollo de las sociedades y la misma historia.
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HexHell ©
AçãoLos monstruos son reales, acechan en nuestras pesadillas pero cada tanto pueden escapar de allí y volverse un miedo tangible y cercano. Cuando estas amenazas invaden, solo existe un grupo capaz de hacerles frente. Los "HexHell", están aquí para ca...